¿Por qué caemos Bruce? Para aprender a levantarnos.—Thomas Wayne a Bruce
—Podría ser peor.
Mi oración se perdió entre las masas de aire, como un fallido intento de rebajar la tensión palpable en el ambiente. Me mordisqueé de inmediato el labio inferior, desviando la mirada, algo turbada ante el escenario que se desarrollaba frente a mis ojos, como una película en blanco y negro.
Era una visión desagradable y desmoralizante que estaba teñida de una extraña nostalgia. Quizás esa sensación contradictoria se debía a mi aversión natural contra los cementerios.
Porque sí, aquel misterioso lugar donde Flynn me arrastró después de abandonar la comisaría fue el cementerio municipal de San Francisco, ubicado a un par de kilómetros de la ciudad, en una tranquila colina sepultada en césped oscuro del cual surgían a intervalos regulares lápidas de piedra.
—Tal vez —concedió Flynn, de pie, inmóvil, a mi lado— también podría ser mejor.
Asentí en silencio, flexionando las rodillas con cuidado, depositando en la tierra recién removida un pequeño ramo. Mis ojos fueron a parar inevitablemente a las letras grabadas en la roca.
—No se lo merecía —conseguí murmurar— no te lo merecías, Nicole. Es curiosa la manera en la que funciona la vida. Hay gente que cree en un Dios, omnipotente y omnipresente, justo e indiscutible. Dudo mucho que él hubiese querido esto para ti. Tú... fuiste una mujer increíble, dada a la ciencia y a todo aquello que amaba. Siempre me ha parecido desconcertante que la gente hablara con las tumbas... y mírame, aquí estoy, dejando que las palabras reflejen todo lo que no pude decirte. Sospecho que conozco una manera de resumir todo lo que siento: gracias. Gracias por todo.
Me quedé unos instantes más en la misma postura, agachada frente a la pulida superficie de granito, tratando de no derramar ni una sola lágrima, aparentar una fortaleza que estaba lejos de sentir. Con suma delicadeza extendí la mano, rozando con las yemas de los dedos la superficie suave al tacto.
Con algo de torpeza quedé nuevamente erguida sobre mi altura.
—¿Es la primera vez que vienes? —Interrogué, tratando de romper el silencio con el sonido de mi propia voz.
—Sí —sacudió los hombros— no me sentía con fuerzas. No podría haberlo hecho solo.
Tracé una sonrisa en su dirección.
—Eso no es necesario. Te acompañaré aquí cuantas veces quieras.
Los ojos de Flynn capturaron los míos, en su particular y extraordinaria mezcla de colores y emociones que despertaron aquel incómodo cosquilleo en lo más profundo de mi ser. Dio una amplia zancada, extinguiendo el espacio que nos distanciaba.
La respiración se detuvo bruscamente en algún punto de su trayecto por mis vías respiratorias cuando sus dedos se deslizaron por mis mejillas, apartando con ternura los mechones rebeldes del cabello. Su altura le forzó a inclinarse en el instante que apoyó la frente sobre la mía, mandando una orden de desconexión por todo mi organismo que sufrió un importante cortocircuito.
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Ruby Tiger [✓].
Science FictionGANADORA DE LOS WATTYS 2020 EN LA CATEGORÍA CIENCIA FICCIÓN. Serie héroes #01. Misterioso, malhumorado, perezoso, agresivo, caótico, arrogante, incapaz de marcar un rumbo para su vida... y, sin embargo, la única persona en toda la ciudad capaz de im...