"Volvamos al presente, dónde la pesadilla se hizo evidente"
—-¡Felicidades, Adeline! —-todos aplaudieron, sonriendo. Todos estaban reunidos celebrando mi cumpleaños, nunca me había sentido tan alegre y cómoda en un cumpleaños.
Mi familia, Alessio, Alana, los padres de Alessio, todos estaban aquí. Estaba agradecida con ellos, me sentí especial. Todos me sonreían alegres, sin embargo, cuando caminé hacia ellos, para darles un gran abrazo, fueron desapareciendo... Fruncí el ceño confundida. Me acerqué a mamá.
—-¿Mamá...? —- cuando fui a tomar su mano esta se desvaneció lentamente, jadeé asustada.
Adelaida desapareció, Alana, Allen, papá... Cada uno se fue, sin saber el por qué, sólo quedaba Alessio, corrí a él y lo abracé, aferrándome a él.
—-Adeline... —-sentí su mano sobando mi cabeza, lo abracé con más fuerza—-Lo siento mucho, Adeline.
—-¡No me dejes sola, no! —- repentinamente me hallaba abrazándome a mí misma—- ¡Alessio, no me dejes sola! ¡Por favor!
Escuchaba risas burlonas a mi alrededor, pero, no había absolutamente nadie, solo la oscuridad, el frío y yo. Cubrí mi cara con mis manos y caí al suelo con dolor...
Desperté toda sudada con la respiración agitada. Tomé mi cabeza y fruncí el ceño, ¿Qué significaba ese sueño? No entendía, era la primera vez que soñaba algo así. Una opresión con dolor en mi pecho hizo que frunciera aún más el ceño.
Aún confundida me levanté, estirando todo mi cuerpo, bostecé caminando al baño. Hice mis necesidades, luego me arreglé. Mi teléfono sonó indicando un nuevo mensaje. Lo tomé rápidamente, sabía ya quien era.
Alessio.
--Buenos días, hermosa, ¿Cómo amaneces?√√
No pude evitar la tonta sonrisa de enamorada, que apareció en mis labios al terminar de leer el mensaje de Alessio. Le respondí y llegó otro mensaje, sin embargo, esta vez no era Alessio.
Desconocido.
--Hoy es el gran día, ¿No estás feliz, muñeca? √√
La sonrisa que tenía fue reemplazada por un ademán de confusión y un ceño fruncido, ¿Muñeca? ¿Qué? ¿Quién era? Decidí no responder, tal vez estaba confundido de número y ya.
Bajé al comedor, me encontré con mi mamá y hermana, les sonreí.
—-Buenos días.—-tomé asiento. Ellas me devolvieron el gesto con dulzura.
—-¿Bruja, que te parece si salimos hoy a ver unos vestidos de novia? —-inquirió mi hermana, metiéndose una fresa en la boca.
—-Ehh, sí está bien. —-acepté empezando a comer mi desayuno, el cuál consistía en frutas.
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La Maldición de Adeline -Doble Maldición-
General FictionLa tranquila y aburrida vida de Adeline Meyer se volvió una completa pesadilla gracias a Ewan y Owen Marshall. Unos gemelos despiadados, sin sentimientos, psicópatas, enfermos y obsesivos, los cuales la secuestraron, la violaron, le destruyeron la v...