"Con tan solo una simple frase, te podían destruir el alma a miles de pedacitos"
Bostece estirando mi cuerpo, me senté en la cama y esperé unos momentos para dirigirme al baño. Después de una larga ducha salí ya vestida, me vestía siempre en el baño, ya que era más cómodo para mí. Tomé el inhalador e inhale unas cuantas veces, me sentía muy cansada, los siete meses que tenía de barriga me asfixiaban, me agotaban. Salí de la habitación y por el pasillo escuché sonidos raros, fruncí el ceño y me acerqué a la puerta donde provenían los ruidos, me percaté de que eran gemidos, jadeos y gritos de placer, abrí un poquito la puerta y pude observar como Halsey brincaba encima de Ewan, él estaba de espaldas a mí, así que sólo veía como la manoseaba y besaba sus pechos. Ella se percató de mi presencia y sonrió con malicia y gimió con más fuerza.
Hice una mueca de repudio, giré sobre mis talones y salí de ahí, esa imagen era desagradable para mí. Estos días Halsey había sido insoportable, ¿Cuando se iba a ir? No me dejaba en paz, una vez casi me hizo caer metiendo su pie sobre los míos, Owen se dio cuenta y la golpeó de tal manera que su nariz no paraba de sangrar, aunque no quisiera me daba pena, no me gustaban que golpearán a las mujeres ni a nadie, aunque Halsey era una desgraciada no podía evitar sentirme mal. Ewan ese día tuvo una discusión con Owen, por haber golpeado a Halsey, sin embargo, luego obligó a esta a pedirme disculpas.
Llegué a la cocina y me encontré con Dmitri, sonreí con incomodidad de manera involuntaria, sentí mis mejillas calientes y tuve un impulso de salir corriendo de ahí, ¿El por qué? Había pasado algo y me hacía sentir una desvergonzada. Después que había pasado eso aquella noche, ya no podía verlo igual. Estaba confundida y aterrada, no sabía como había sido capaz de hacer tal cosa.
—-¿Puedo entrar? —-la voz de Dmitri hizo que limpiara de manera rápida mis lágrimas.
—-S-sí —-mi voz tembló al responder. Él entró con cautela y me sonrió mostrando los hoyuelos. Algo en mi estómago se removió.
—-¿Estás bien? —-inquirió y se sentó en el borde de la cama.
Desvíe mi mirada a otro lado, había estado llorando, seguro y me veía horrible. Aquella pregunta que me había hecho había sonado tan absurda, ¿Cómo estaba? Estaba hecha una mierda y él lo sabía, cualquier persona que me viera, se diera cuenta de lo destruida que me encontraba.
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La Maldición de Adeline -Doble Maldición-
General FictionLa tranquila y aburrida vida de Adeline Meyer se volvió una completa pesadilla gracias a Ewan y Owen Marshall. Unos gemelos despiadados, sin sentimientos, psicópatas, enfermos y obsesivos, los cuales la secuestraron, la violaron, le destruyeron la v...