🖤 Capítulo 23 🖤

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"Su divina obsesión soy, mi horrible desgracia es"

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"Su divina obsesión soy, mi horrible desgracia es"




Sentí un gran jalón de pie, haciéndome caer de la cama de manera brusca. Desperté sobresaltada, haciendo así que me diera una puntada de molestia en la cabeza. Ewan estaba parado frente a la cama, me veía de una manera extraña, mostrando deseo, odio... Fruncí el ceño.

—-¿Qué es lo qué quieres? —-inquirí confundida, aunque era obvio que lo único que quería era seguir haciéndome daño.

—-¿Por qué? —-musitó apenas audible, el olor a alcohol invadió mis fosas nasales—- ¿Por qué le sonríes a él y a mí no?

Arrugue más mi ceño, quedé consternada, ¿De qué hablaba?

—-¿De qué ha...? —-mi frase no acabó de ser pronunciada, ya que él me tomó de los hombros, parándome de manera brusca—- suéltame, Ewan.

Exigí entre dientes, llevé mi mano a la suya en un absurdo intento de aliviar el dolor, mi corazón empezó a bombardear con intensidad y miedo, nuevamente me sentía acorralada en un pequeño agujero en dónde solo existía el peligro y la oscuridad.

—-¿Te gustan verdad? —-inquirió, sin embargo, parecía más afirmación—- dime, ¿Dmitri o Owen? —-su mirada estaba llena de airado, de dolor.

¿Esto realmente le dolía? Por un segundo muy pequeño, sentí satisfacción al verle la expresión de dolencia.

—-No, no me gustan —-un cosquilleo en mi estómago se hizo notar, haciéndome entender que no había hablado del todo cierto.

—-No te hagas, sé como te comportas cuando estas cerca de Dmitri o cuando le sonríes descaradamente a Owen. —-desvió la mirada por un segundo, pude notar como su cuerpo se tensó—- así que habla, vamos...

—-No me gustan, Ewan ya suéltame —-volví a asegurar, también quería decírmelo a mí, debía creerlo, debía ser cierto.

—-¡No mientas! —-bramó escupiendo su asquerosa saliva sobre mi cara, cerré los ojos sintiendo su fuerte agarre en mis brazos.

—-¡Sólo amo a una persona y esa persona se llama Alessio Morrelli! —- bramé de vuelta, en un momento de valentía absurda.

Su mano quedó marcada en mi mejilla izquierda, solté un quejido de dolor, el ardor empezó a palpitar.

—-Parece que no quieres entender —- me lanzó contra la cama—-, y solo de esta manera sabrás que solo me perteneces nada más que a mí... —- desabrochó sus pantalones, negué, no.

—-No, no, Ewan —-retrocedí hasta que mi espalda chocó contra la cama —-podrías lastimar a Leyna...

—-Me importa una mierda Leyna —-me empujó a la cama.

La Maldición de Adeline -Doble Maldición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora