🖤 Capítulo 37 🖤

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"Era impresionante lo que podían llegar a hacer las personas solo por sed de venganza..."



Presioné mis manos en su nuca para atraerlo más hacia mí, metí mi lengua en su boca jugando con la suya. Él soltó un gemido y me sujetó con más fuerza de la cintura.

–-Gime mi nombre, fea –-me penetró con fuerza haciendo que soltara un chillido. Desvíe mi mirada para que no viera mi cara de asco.

¿Cuál era su obsesión con qué gimiera su nombre? Me sujeté bien de él y cerré los ojos echando la cabeza hacia atrás. Mi respiración era fuerte, agitada.

–-Owen, ahhh –-mi estómago se revolvió de asco al gemir su desagradable nombre, sin embargo, lo hice para que creyera que de verdad estaba disfrutando de esta aberración que solían llamar placer.

–-Más fuerte —-me embistió con fuerza, me levantó del escritorio y me pegó contra la pared penetrándome otra vez—- ¡Vamos, quiero oír tú voz en gemidos!

—-¡Ahhhs- ahh, Owen! —-me agarré de su cabello con fuerza y con la otra mano le arañé la espalda.

Una de sus manos recorrió cada parte de mí cuerpo sin pudor alguno, arqueé la espalda y sin querer se me escapó un gemido involuntario, me reprimí mentalmente por la estupidez que acababa de hacer. No tenía permitido disfrutar la desgracia, no cuando había sido destruida por ellos. Mi cometido era uno... vengarme y nada más.

—Eres tan excitante —-mordió el lóbulo de mi oreja, ocasionando que un escalofrío me traspasara por la espina dorsal. Mi respiración era dificultosa, la cabeza me daba vueltas, quería llorar, sin embargo, ya había empezado esto y debía acabar.

—-¡Más rápido, Owen! —-no lo hagas—-¡Sí, así, Owen sigue por favor, ahh! —-para, ya no más por favor.

—-¿Te gusta? Dime si te gusta como te hago gemir, fea —-me embistió con más fuerza, enterré mis uñas en su espalda, me faltaba la respiración.

¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Iba a ser capaz de esto? Me sentía aturdida, asqueada, sin embargo, está era mi solución, mi última carta a dar, necesitaba ganar porque me había cansado de perder siempre. Adeline, conviértete en la chica fuerte y vengativa por favor, no bajes la guardia. Arriésgate, corre, vence, gana siempre...

—-Sí, sí m-me gusta —-no, no me gusta, me da asco—- ¡Sigue, Owen! – ¡Para, Owen! Mordí su labio haciéndolo sangrar.

—-¡Ahhh, Adeline! —-arrastró un gemido cuando llegó al orgasmo, yo fingí el mío y relajé mis extremidades —-maldita sea contigo...

Me soltó de mala gana, mis piernas estaban débiles así que me sostuve de un estante. Fruncí el ceño.

La Maldición de Adeline -Doble Maldición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora