"Estoy cansada de lagrimar, necesito reír y seguir creyendo que existe una esperanza de mejor vida"
—-Buh —-di un respingo y giré para ver al chico de hoyuelos, llevaba una sonrisa de oreja a oreja haciendo que sus hoyuelos se notarán más—- ¿Qué haces, bella dama?
—-¿No es obvio? —-arqueé una ceja y alce el libro.
Me hallaba en la biblioteca leyendo, estaba aburrida de estar en la habitación todo el tiempo. Ya habían pasado tres semanas desde que Dmitri había llegado. Era una persona agradable a decir verdad, no me miraba de la manera desagradable como Ewan y Owen. A veces charlaba con él, sin embargo, Ewan parecía molestarle que me llevase tan bien con su amigo.
—-Era por amabilidad —-rodó los ojos divertido—- pero bueno, ¿Qué lees? — curiosó acercando su rostro a mí, para poder leer el título del libro.
Tragué saliva un poco nerviosa, era la primera vez que se acercaba tanto a mí.
—- Ehh, No-noche de verano de William Shakespeare —-respondí torpemente por su cercanía.
—-Interesante —-frunció el ceño y se veía concentrado en la lectura—- ¿Es bueno? —- giró su rostro hacia mí, quedando aún más cerca del mío.
Podía sentir su respiración, sus ojos me vieron fijamente, me recorrió con su mirada todo el rostro. Me sentía acalorada y nerviosa, ¿Qué me pasaba?
—-Sí —-informé y carraspeé—- bueno yo, ehh creo que iré a descansar—-me alejé de él lo más rápido posible.
—-Espera, Ade —- me llamó y paré para escucharlo.
—-¿Si? —-inquirí sin mirarlo. Estaba nerviosa y no sabía muy bien el porqué.
—-Él te tiene aquí a la fuerza, ¿Verdad? —- llegó a mi lado.
Sentí un nudo en mi garganta y las piernas me temblaron. Fruncí aún más mi ceño, jugueteé con mis manos.
—-¿Po-por qué di-dices eso? —-me atreví a mirarlo—- y-yo estoy f-feliz de estar aquí... —-mis ojos picaron por llorar, sin embargo, lo evité.
—-Ade, se te nota, la manera en que lo miras, la manera en la que actúas cuando estas al lado de alguno de los dos, es notable, no estás feliz aquí —- dijo pausadamente, viéndome—- además los oí anoche...
—-Yo... —-la frase se quedó trabada en mi garganta, si hablaba iba a romper en llanto y no quería eso.
Él me atrajo hacia él y me fundió en un cálido y acogedor abrazo que sin querer, cerré mis ojos y me permití disfrutarlo.
—-Muñeca —-me llamó, hice caso omiso y me hice la dormida—- vamos, Adeline sé que estas despierta.
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La Maldición de Adeline -Doble Maldición-
Ficção GeralLa tranquila y aburrida vida de Adeline Meyer se volvió una completa pesadilla gracias a Ewan y Owen Marshall. Unos gemelos despiadados, sin sentimientos, psicópatas, enfermos y obsesivos, los cuales la secuestraron, la violaron, le destruyeron la v...