La Maldición de Adeline -Doble Maldición-

Final alterno -02-



"La ilusión más bonita que he tenido, ha sido querer ser libre"

—-¿Crees que ya se acabó? —-me sujetó por el brazo y me vio con ironía.

—-¡Déjame! —-forcejeé, mis piernas fallaban del pánico—-¡Tú estás muerto!

—-Puede que sí, pero entiende que estás maldita y eso nunca cambiará —-sonrió mostrando sus dientes—- Estás condena a una maldición, muñeca. Hagas lo que hagas nunca podrás ser feliz...

Sonrió de manera psicópata y se desvaneció su sombra. Un dolor en el pecho me hacía respirar con dificultad. ¿Por qué? ¿De verdad nunca tendría libertad? La agonía se instaló en mi pecho con más intensidad.

—-¡Por favor, solo quiero ser libre! —- chillé asustada, alguien me removió.

—-Adeline, despierta —-abrí los ojos agitada, estaba sudando frío y mi cuerpo temblaba.

—-A-Alessio —-mi voz tembló.

—-Tranquila, sólo ha sido una pesadilla —-me envolvió en un reconforta abrazo—-Estoy aquí para ti —-acarició mi cabello y entonces me solté llorar.

¿Qué significaba el sueño? No entendía el porqué había soñado eso. Sus palabras me dolieron y aún sentía la sensación desagradable del sueño en todo mi sistema. Era horrible.

∆∆∆∆

Las horas pasaban, mañana sería mi boda, no podía creerlo... Después de todo lo que pasé, por fin iba a tener mi momento. Di un suspiro y observé el cielo estrellado, se veía hermoso. Sonreí.

—-Leyna, sé que estás brillando en donde estés, te amo y jamás te olvidaré —-me recosté en el barandal de el balcón.

Cerré mis ojos por un momento, llegando a mí un recuerdo.

"Te dejaré... pero más allá del infierno y el cielo mi amor por ti no acabará, te seguiré amando más allá de la galaxia y los mil universos por descubrir... mi dulce Ade"

Dmitri... ¿Qué sería de él? La última vez que lo vi me dijo que iría a Nueva York, dijo que fuese feliz, sin embargo, él decidió alejarse de mí, que era lo mejor para él. Di un suspiro, quisiera verlo...

∆∆∆∆

Era un manojo de nervios y ansiedad ¡Hoy era mi boda! Y era un desastre andante. Caminé de un lado a otro, mientras agarraba mi cabeza con frustración.

—-¿Podrías calmarte? —-Alana rodó los ojos por sexta vez.

—-¡No puedo! —-chillé desesperada—- ¿Qué tal y lo arruino todo? No lo podría soportar...

—-Adeline, cálmate —-me agarró de los hombros y me obligó a verla—-¿Por qué te sigues torturando? Basta de desespero, eres valiente, fuerte, cariñosa, tienes un gran corazón y tienes que entender que te mereces la felicidad.

Desvíe la mirada, apenada. A pesar de sus bonitas palabras, algo en mí gritaba que las cosas no saldrían bien, creía creerle, pero sinceramente algo más fuerte que yo, me hacía sentir insegura, sin embargo, respiré lo más hondo posible y me obligué a relajarme.

—-Tienes razón, lo siento —-mentí, forzando una sonrisa que pareció más una mueca.

—-Yo te admiro, todos te admiran por lo que eres y tienes que empezar a admirarte tú misma, Adeline —-me abrazó, le recibí el abrazo con fuerza—-Vamos, hay que alistarte para tu día especial —-me guiñó un ojo y fue por el vestido.