"Una realidad alterna es cuando deseas tanto algo que llegas a imaginarlo y es hermoso, falso pero cálido"
Cuatro años, cuatro años habían pasado desde lo ocurrido con los Marshall, cuatro años en donde luché e hice todo lo que pude para salir adelante. Mi mente había sido dañada por completo, mi estabilidad mental y emocional era un completo desastre, creí que iba a parar a más loca, sin embargo, gracias a la psicóloga y mis familiares logré salir adelante... Ya no los veía en todos lados, ya no los escuchaba. Estuve internada en un centro clínico estos años, tratando de olvidar, algo que parecía claramente imposible, pero pude, no del todo pero algo era algo.
A veces cuando escuchaba las palabras fea o muñeca me descontrolaba, empezaba a sentirme asfixiada, asustada, fatigada, me faltaba el aire y mi cabeza daba vueltas, era espantoso. Pero, poco a poco se consigue salir adelante, si luchas por ello.
Hoy por fin terminé los estudios que nunca pude acabar antes, por lo del secuestro. Me sentía alegre porque esto para mí era muy importante.
Terminé de arreglarme porque tenía una cena para celebrar. Alana también estaría y eso me alegraba aún más, ya que llevaba mucho tiempo sin saber de ella.
Tenía puesto un vestido blanco que me llevaba casi tocando las rodillas, era lindo. Mi cabello corto me lo dejé suelto. El cabello que me llegaba por la cadera ahora me llegaba por los hombros. Fue una decisión difícil, amaba mi cabello, sin embargo necesitaba cambios nuevos.
∆∆∆∆
En el restaurante en el que estábamos era acogedor e íntimo, quise que fuese así porque estar rodeada de personas aún no iba conmigo. Habíamos unido dos mesas para entrar todos. Éramos: Los padres de Alessio, mis padres, mi hermana, Allen, Alana, su novio, Alessio y yo.
—-Felicitaciones, te lo mereces —- brindamos todos con Champán y sonreí. Me sentía tan bien estar rodeada de personas que me querían.
—-Es un gusto conocerte, Adeline —-el novio de Alana giró a verme—-Alana me ha hablado mucho de ti, me llamo Ewan Marshall...
Me ahogué con el champán y empecé a toser repetidas veces, Alessio me dio palmaditas en la espalda. Sentí una opresión en el pecho.
¿Qué había dicho?
—-¿C-cómo dices que te llamas? —- inquirí, estaba nerviosa, no podía ser que se llamará así.
—-Emiliano Marschüan —-respondió—-¿Por qué? —-arqueó una ceja. Sentí alivio y respire normal otra vez.
Me di una cachetada mentalmente, ¿Hasta cuando iba a vivir así? Era patética. Debía parar esto, sabía que habían motivos para seguir, no retroceder, había prometido sacar el veneno que habían dejado ellos en mí y así lo haría.
—-Lo siento, no había escuchado bien —-informé e hice un ademán de incomodidad—- ya regreso.
—-¿Hija, estas bien? —-asentí con una sonrisa.
Me levanté y me dirigí al baño, hice mis necesidades y lave mis manos. Me refresque el cuello pasando mis manos por él. Di una respiración profunda y regresé a la mesa.
—-¿Y Alessio? —-inquirí, y arqueé una ceja ya que no se encontraba en la mesa.
—-Fue al tocador —-contestó su madre y me sonrió. Fruncí el ceño, que raro que no me lo topé.
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La Maldición de Adeline -Doble Maldición-
General FictionLa tranquila y aburrida vida de Adeline Meyer se volvió una completa pesadilla gracias a Ewan y Owen Marshall. Unos gemelos despiadados, sin sentimientos, psicópatas, enfermos y obsesivos, los cuales la secuestraron, la violaron, le destruyeron la v...