"El sosiego en mi corazón me dice que estoy a punto de rendirme"
Me removí una y otra vez, incómoda en la cama, cada que sentía un poco de comodidad las pulsadas de dolor en mis piernas, no me dejaban dormir. Después de lo sucedido en la cocina, Ewan llamó a un médico. Éste había dicho que no era nada grave, que iba a doler pero que no era una quemadura de alto riesgo.
Me mandó unas cremas y unos analgésicos para el dolor, sin embargo, parecía que ya las pastillas habían perdido su efecto, porque me dolía horrible.
Al no poder conseguir relajación me levanté y caminé hacia el balcón con un poco de dificultad. Me recosté en él y observé la hermosa y grande luna que nos iluminaba hoy. Era hermoso, ver el cielo estrellado. Al ver profundamente a la luna llena parecía que te sumergías en ella y encontrarías un mundo diferente... en donde la maldad, la aversión, la obsesión y la agresividad no existían.
Limpié unas cuantas lágrimas que corrían por mis mejillas y cerré los ojos. La imagen de Alessio sonriéndome con amor y alegría vino a mi mente. Mi corazón se oprimió con dolor y angustia, al pensar que más nunca lo vería sonreír de esa manera. Me mataba el hecho de no verlo a él y a mi familia más. Sin tan sólo fuese lo suficientemente valiente como para salir de este miserable lugar en el que me tenían. Sentía que estaba en un callejón oscuro y frío sin salida, en donde una doble maldición me consumía.
Respingué asustada cuando sentí unas manos en mi cadera, me aparté de inmediato cuando supe de quien se trataba.
—-Owen —-pronuncié su nombre con repudio. El sólo hecho de verlo me daban arcadas.
Estaba un poco acostumbrada a no verle su estúpida cara por la casa, que al volver a verlo me dio asco y pánico. Al recordar lo que me hizo la otra vez me hizo revolver el estómago.
—-Hola, fea. —-sonrió de una manera desagradable y engreída—- ¿Cómo has estado, querida mía? —-inquirió y pasó su lengua por la comisura de su labio inferior causando más náuseas en mí.
¿Querida mía? Estará loco él si creía que era su querida, ni mucho menos, suya.
Lo ignoré y caminé de regreso a la cama, un poco aterrada por su presencia. Cuando estaba a punto de acostarme en ella, sentí como me agarraba de el ante brazo. Me tensé.
—-¿Sabes? Estoy aburrido y me apetece distraerme contigo —-sentí su asqueroso aliento en mi oído, causando un desagradable escalofrío que recorrió mi espina dorsal.
—-No, Owen déjame —-moví mi brazo para que me soltara, sin embargo, su agarré se hizo más fuerte causando un leve dolor en él—- ¡Suéltame! —-chillé cabreada.
—-Cariño, cuando quiero algo lo obtengo... y ahora te quiero a ti debajo de mí y gimiendo mi nombre —-dijo y en un movimiento rápido me giró y estampó sus labios contra los míos.
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La Maldición de Adeline -Doble Maldición-
Ficción GeneralLa tranquila y aburrida vida de Adeline Meyer se volvió una completa pesadilla gracias a Ewan y Owen Marshall. Unos gemelos despiadados, sin sentimientos, psicópatas, enfermos y obsesivos, los cuales la secuestraron, la violaron, le destruyeron la v...