"La tormenta en mi corazón me dice que la zozobra está a punto de desbordarse en un mar de lamentaciones"
Limpié mis lágrimas, nuevamente me hallaba llorando de manera descontrolada. Había vuelto a soñar con los gemelos, cada noche era peor, no podía estar tranquila ni en los sueños encontraba tranquilidad. Me incorporé de la cama y fui al baño a bañarme. Me sumergí en la tina y cerré los ojos tratando de conseguir por un momento paz. Mis extremidades estaban tensas, sin embargo, poco a poco logré relajarme, me hundí en el agua.
"Muñeca"
Negué, no, no escuché nada, estaba en mi imaginación...
"Fea"
Apreté los puños y cerré aún más los ojos, déjenme...
"¡Adeline!"
Abrí los ojos de golpe, Ewan y Owen estaban viéndome fijamente, me sobresalté y salí rápidamente de la tina, espabilé repetidas veces y me di cuenta que era mi imaginación, ya no estaban. Respiré hondo, llevé mi mano a mi pecho, el cual bajaba y subía con intensidad. Salí del baño, me vestí y bajé. En la mesa estaban, mis padres y mi hermana desayunando.
—-¿Cariño, cómo amaneciste? —-inquirió papá, después de haberlos saludado, viendo el periódico.
Me encogí de hombros indiferente, no quería mentirles, por eso decidí no responder esa pregunta que era algo obvia.
—-¿No has sabido nada sobre el caso? —inquirí, tomando asiento para empezar a desayunar.
—-No, parece que esos desgraciados desaparecieron, pero descuida que tarde o temprano van a pagar por todo lo que te han hecho. —-aseguró.
—-Mientras más pasa el tiempo, más expuesta estoy a que vuelvan por mí, lo sé.
—-Adeline, cariño, no va a ocurrir, no otra vez...
—-¿Cómo puedes estar tan segura? —-interrumpí a mamá, arqueé una ceja, viéndola fijamente—- no los conoces, no sabes de lo que son capaces.
—-Tranquila, confía en mí, no permitiría que te secuestrarán de nuevo —papá afirmó con una seguridad para creerla, sin embargo, asentí no muy convencida y me propuse a comer.
—-Adelaida... ya faltan semanas para tú boda, ¿No estas contenta? —- vi a mi hermana quien estaba concentrada comiendo, sin presentar atención a nuestra conversación anterior.
—-Bueno yo —-hizo una mueca de incomodidad—-,he pensado que sería mejor posponerla ya sabes... por todo lo que ha pasado y...
—-Espera —-la interrumpí—- has esperado mucho para ese día y no puedes posponerla por lo que ocurrió... yo estoy bien.
ESTÁS LEYENDO
La Maldición de Adeline -Doble Maldición-
General FictionLa tranquila y aburrida vida de Adeline Meyer se volvió una completa pesadilla gracias a Ewan y Owen Marshall. Unos gemelos despiadados, sin sentimientos, psicópatas, enfermos y obsesivos, los cuales la secuestraron, la violaron, le destruyeron la v...