Capítulo 00 "Ten cuidado con lo que deseas"
Cuando era niña nunca tuve amigos. Una frase cruel para empezar una historia, pero esa fue mi realidad. Solo tenía una hermana un poco mayor que yo. Ella jugaba conmigo de vez en cuando, no teníamos gustos similares y en cuanto llegaba su grupo de amigas yo quedaba a un lado, viendo como ella y los demás niños jugaban y se divertían, mientras yo quedaba sola en un rincón. Me sentía muy sola y cruelmente ignorada.
Todo se debía a mi enfermedad, a los demás niños no les gustaba que no pudiera seguirles el ritmo a la hora de correr: tenía asma y no podía agitarme más de la cuenta, la mayoría de las veces terminaba mal. Ellos no querían ponerse a mi altura y por eso decidieron no hacerme párticipe de alguno de sus juegos nunca más.
Cada tarde los veía, desde lejos, deseando no tener aquella enfermedad, tal vez así tendría amigos, tal vez así no me habría pasado lo que me pasó aquella tarde...
Y tal vez así mi vida no habría sido una maldición, porque en aquel momento no sabía que el único niño que quiso ser mi amigo tiempo después se convertiría en mi peor pesadilla.
Recuerdo claramente aquel día, lloraba bajo un árbol, mis compañeros habían agarrado mi muñeca y le habían arrancado uno de sus brazos, el izquierdo y lo habían arrojado lejos, para que me fuera lejos de donde estaban ellos. Ni siquiera vi en dónde había caído. Comenzaba a desesperarme, mi muñeca era todo lo más cercano que tenía a una amiga y ellos la habían dañado.
Lentamente la abracé fuerte contra mí. Ella era mi muñeca favorita, si tal vez no la hubiese traído, no la hubiesen dañado. Debí protegerla.
En ese momento creí que era lo más cruel que podían llegar a hacerme. Pero a lo largo de la vida entendí que hay diferentes maneras de hacer sufrir a alguien. Y a mí me tocó vivir las peores.
Y en ese momento solo estaba comenzando. Ese fue el inicio.
No comprendía por qué no podía jugar con ellos, no era rara como decían. Solo estaba enferma: tenía asma y no era algo que yo había escogido. Era una niña como las demás, y que únicamente quería divertirse. Mi asma no me impedía jugar todos los juegos, entonces, por qué eran tan malos conmigo. No solo no me dejaban jugar con ellos, se burlaban de mí, de mi condición y de que nadie me quería.
Sorbí los mocos y restregué mis lágrimas con la manga de mi suéter, quedó con una viscosa combinación en él. Ya no quería llorar más, no quería que siguieran burlándose de mí. Me levanté del suelo, sacudí la tierra de mi ropa, decidida a buscar la parte que le faltaba a mi muñeca. Cuando levanté la mirada vi que alguien me estaba mirando a unos cuantos pasos de distancia. Era un niño, como de unos once o diez años. Enfoqué la mirada para verlo bien, tanto llorar me hacía ver borroso. Él era más alto que yo, por supuesto, su piel era muy blanca, su cabello negro y sus ojos de un azul muy intensos, y muy bonitos. Parecía un ángel.
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La Maldición de Adeline -Doble Maldición-
BeletrieLa tranquila y aburrida vida de Adeline Meyer se volvió una completa pesadilla gracias a Ewan y Owen Marshall. Unos gemelos despiadados, sin sentimientos, psicópatas, enfermos y obsesivos, los cuales la secuestraron, la violaron, le destruyeron la v...