"La bestia ahora era un tierno cachorro, ese siempre había sido su, ¿Verdadero ser?
Busqué la botella de Cloroformo, tomé un trapo y vertí un poco. Me acerqué a Ewan y gracias a que estaba débil por los golpes no pudo evitar que lo durmiera. Owen tosió sangre y se levantó.
—-Gracias por ayudarme—-medio sonrió, apreté el trapo en mis manos—-, lo amarraré para que podamos escapar...
Lo amarró bien y fue a limpiarse, sin embargo, yo estaba estática en mi lugar, ¿Por qué no fui capaz de dormirlo al igual que a Ewan? Simplemente no pude, algo me decía que no lo hiciera. No lo había querido admitir pero, creo que sí me gustaba Owen, en el trascurso de "enamorarlo" la que se enamoró fui yo, me había salido el tiro por la culata, reí secamente, negando, ¡¿Cómo demonios me pude enamorar de uno de los hombres que me destruyó?! Parecía imposible, era imposible, pero lo hacía.
Me gustaba Owen Marshall.
Fui rodeada por sus brazos y me estremecí, tragué saliva.
—-Es hora de irnos, fea —-cerré los ojos por un momento, sintiendo su aliento en mi oído, haciéndome sentir extraña de una manera inesperada.
—-Owen, tú me has hecho daño...—-dije, giré a verlo—-y a pesar de eso, quiero estar contigo, quiero tener una vida junto a ti.Sonrió, acarició mi rostro con dulzura, entonces lo besé, por primera vez lo besé con ganas, queriendo sentirlo todo de él. Era increíble como pasé de odiarlo a quererlo con tantas ansías. Enrollé mis piernas sobre su cadera, mientras profundizaba el beso. Mis vellos se pusieron de punta, sintiendo esa chispa en mí estómago. Él caminó conmigo fuera del lugar y subimos las escaleras hasta su habitación, me recostó en su lecho.
Mi pecho bajaba y subía con adrenalina, lo ayude a quitarse la ropa junto con la mía y en un instante ya me estaba penetrando con delicadeza, por primera vez. Acaricié su espalda y cerré los ojos disfrutando por primera vez el sexo con Owen. Antes quería que parara, ahora sólo quería seguir sintiéndolo hasta que me cansara.
Gemí de placer, mordiendo mi labio superior, arañando su espalda, pidiendo más.
—-Ahg, Owen —-hablé con la voz entrecortada—-sigue...
—-No sabes cómo deseé escuchar eso de verdad —-besó mi frente—-arreglaré mis errores y haré que me ames tanto como yo a ti.
Era irónico, ¿De verdad esto estaba sucediendo? ¿De verdad estaba sintiendo placer en lugar de asco y dolor? Todo en mi cabeza era confuso, estaba en blanco pero a la vez, me sentía tan culpable... Tan patética, ¿Amar al hombre que me maltrató miles de veces? Al parecer el síndrome de Estocolmo sí me atrapó.
∆∆∆∆
Terminé de arreglar a mi bebé, tomé mis cosas y bajé. En la sala se encontraban mis familiares, un poco serios por mi decisión pero no importaba, cuando conocieran a Bastian Marshall cambiarían de expresión. Owen tomó mi mano y juntos bajamos.
—-Hola, mamá, papá me alegra verlos —-les di un fuerte abrazo—-los extrañé mucho.
—-Hija, mi pequeña... —-mi madre acarició mi cabello con delicadeza, le sonreí.
Había pasado un año desde la muerte de Ewan, un año en donde me enamoré perdidamente de Owen... Suena loco, lo sabía, pero era una loca realidad que me gustaba. Me casé con él y tuve un hermoso bebé llamado Bastian, una enorme alegría para ambos, una nueva razón de vivir. Lo único que lamentaba era la muerte de Leyna, sin embargo, sabía que mi primer angelito estaba en un buen lugar, nunca la olvidaría.
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La Maldición de Adeline -Doble Maldición-
General FictionLa tranquila y aburrida vida de Adeline Meyer se volvió una completa pesadilla gracias a Ewan y Owen Marshall. Unos gemelos despiadados, sin sentimientos, psicópatas, enfermos y obsesivos, los cuales la secuestraron, la violaron, le destruyeron la v...