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Vi un destello iluminar el cielo y una briza helada me alborotó el cabello. Un mal presentimiento me recorrió el cuerpo como una descarga eléctrica, aún no podía moverme y sentía como Howard me seguía arrastrando por los rocosos parajes, de pronto escuché chillidos. Cranks. ¿¡Cómo shuck habían llegado cranks a la isla!? Intenté tensar los músculos y un dolor me abarrotó los huesos, con un crujido, mis músculos cedieron. Me puse de pie.

-Hey, Minho ¡estás bien!- Thomas me miró alegre, pero su alegría no duró mucho, de repente Howard sacó un arma y le disparó en la sien. El cuerpo de Thomas dio una sacudida y cayó inerte al piso. Sentí la adrenalina recorrer mi cuerpo.

En un abrir y cerrar de ojos yo ya me encontraba sobre Howard, ahorcándolo. Escuché chillidos y vi gente correr hacia nosotros. Eran cranks, sus ropas estaban hechas harapos y la carne se desprendía de sus cuerpos, corrían velozmente hacia mi, venían a matarnos, debíamos huir.

-¡Corran!- exclamé poniéndome de pie, aunque al hacerlo, intencionalmente, le di una patada en la cabeza a Howard- ¡debemos ir al bosque! ¡Es lo mejor! ¡No alcanzaremos a llegar a la cueva!- y sin esperar respuesta salí disparado de allí. Eran muchos cranks, me perseguían y chillaban palabras inentendibles, como si intentaran hablarme, pero seguí corriendo, no pensaba detenerme.

Llegué al bosque y ahí comencé a perder a los cranks ¿Pan estaba entre ellos? probablemente fue imaginación mía...

Corrí durante media hora más hasta que todos los cranks desaparecieron. El sol ya se había comenzado a asomar y tenues rayos atravesaban las ramas. Llegué a un enorme prado, se encontraba completamente vacío, o al menos eso creí, porque mientras avanzaba divisé una silueta humana en el centro. ¿Quién podía ser? No era un crank, su postura era demasiado calmada para ser uno. Caminé con precaución, se encontraba dándome la espalda, los largos cabellos rubios se volvían dorados con los rayos del sol, los músculos de los brazos estaban relajados y sus piernas me eran demasiado familiares; eran piernas de corredor...

¿Newt? ¿Qué hacía aquí? Thomas lo había asesinado... Pero ahora se encontraba de pie, a unos pocos metros de distancia, inmóvil. Sentí mis músculos arder y perder las fuerzas. Newt... mi Newt... el Newt que conocí en el Área, ese mismo Newt se encontraba ahí... Junté todas mis fuerzas para poder hablar...

-Newt... ¿eres tú?

Se volteó rápidamente y llegó corriendo hacia mí con grandes zancadas.

-¡Hey, Minho, aquí estás!- exclamó mientras daba vueltas a mi alrededor, como si quisiese estar seguro de que era yo.

-Pero... Thomas te disparó... Él me contó... espera...- me detuve un momento...- ¡Howard mató a Thomas!

-Hey shank, eso ya no importa, lo importante es que nos encontramos juntos- sonrió y recostó su cabeza en mi hombro- Ven- dijo de pronto- te quiero mostrar algo- comenzó a correr.

Era demasiado rápido, incluso para ser Newt, así que me costó seguirle la marcha, pero de todas formas, él se detenía para esperarme cada cierto trecho.

En poco rato llegamos a una cabaña, estaba vieja y cubierta de musgo, algo quemada en algunas zonas, pero aún así era habitable. Newt entró rápidamente y yo lo seguí alerta, sentía que debía estarlo, no sabía muy bien el por qué de ese temor, pero algo me decía que no estaba seguro, pero al ver a Newt sonreírme, decidí sacar todos los malos pensamientos de mi cabeza.

El interior de la cabaña olía horrible y, con la mirada, me puse a buscar el por qué del olor. Miré el suelo y vi miles de pellejos de pequeños animalitos, también habían huesos e incluso pedazos de tripas.

-¿¡Pero qué shuck, shank!?- exclamé con la mirada fija en los restos de animales. Me pareció ver entre ellos a un zorro de pelaje plateado, sus costillas sobresalían y... no tenía cabeza...

"Un lugar para los sobrevivientes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora