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-¡Lo mataste! ¡Miertero, lo mataste!- grité y me abalancé sobre él, presionando mis manos fuertemente en su cuello. Thomas intentó soltar mi agarre, pero yo ya no pensaba, estaba utilizando todas mis fuerzas... Había matado a Newt... Thomas lo había matado...

"Minho ¡suéltalo! ¡sabes que no está bien lo que estás haciendo! ¡yo le pedí eso! ¡él sólo hizo caso a mis palabras!" Newt me exclamó desesperado. Me volteé a mirarlo agresivamente.

-¡Cállate!- chillé- ¡ya estoy harto de escucharte! ¡Vete! ¡Sal de mi miertera cabeza! ¡Estás muerto! ¡Estás muerto! ¡Estás muerto! ¡¡¡Newt, estás muerto!!!- sentí mi voz quebrase y entre las lágrimas ví como la imagen de Newt se desvanecía ante mis ojos.

Volví mi mirada cargada de odio, exasperación y pena hacía Thomas. Ya había soltado el agarre que tenía en su cuello, pero aún seguía sobre él, impidiéndole levantarse.

-Minho, por favor... Sabes que yo no quería... yo... ¡No me quedó otra opción!- las lágrimas también se desbordaban por sus ojos. A mi derecha, Sonya se encontraba igual. Estábamos los tres llorando... los tres estábamos llorando por Newt...

Me levanté con la poca fuerza que me quedaba y Thomas se sentó... no fue capaz de ponerse de pie.

-Fue lo mejor- Sonya habló con un hilo de voz- ahora podemos saber que es de él... ahora sabemos que no está vagando por el Desierto... sufriendo... perdiendo la conciencia de su existencia...

Quería creerle... le creía... ¡Pero yo quería a Newt, aquí, vivo, sano y salvo!... Pero Newt estaba muerto... jamás volvería a verlo... la esperanza de encontrar una cura e ir a buscarlo había desaparecido, se había esfumado al igual que el Newt que me acompañaba en todo momento, que me hablaba en mi cabeza, que sabía que no existía, pero que de todas formas su presencia me reconfortaba... Había perdido a Newt completamente... Newt se había ido de mi vida...

Me dejé caer y me hice un ovillo en el piso, escondiendo mi rostro entre mis brazos, dejando que toda mi pena guardada se liberara en mis lastimeros sollozos. Sólo quería dormir, despertar y que todo esto haya sido sólo una miertera pesadilla. Pero no era una miertera pesadilla, lo sabía... Newt estaba muerto y yo no podía cambiar eso...

-Ya construyeron la puerta... -Sonya suspiró cansada- al parecer estuvieron trabajando todo el día... chicos... ya es de noche...- avisó, y con pena comprendí que el dolor que se había instalado en mi estómago no era sólo por Newt... si no que también era por el hambre...

Levanté la vista y ví la enorme puerta que cubría toda la entrada de la cueva, como si de una fortaleza se tratase, habían construido compuertas de tamaño normal para poder salir o entrar a la caverna. Me estremecí. La cueva estaba sellada a excepción de esas pequeñas puertas.

Jules se encontraba fuera gritando y dando órdenes, al parecer quería que todos entraran. Miré a Thomas y Sonya, ambos asintieron y caminamos al interior de la cueva.

-¿¡Dónde demonios estaban!?- exclamó el hombre cuando llegamos a la puerta- mientras ustedes vagaban por ahí, nosotros estuvimos todo el día construyendo la maldita puerta. Deben trabajar, no pueden descansar siendo que nosotros nos estamos matando para estar seguros. Ahora, si no quieren que los cuelgue, Thomas, ve a organizar las tareas para mañana, Minho, tu ve a hacer un inventario de toda la comida que tenemos y ¡no saques nada!... por último, Sonya, tu ve a recolectar madera seca para alimentar el fuego, trae toda la que tus flacuchos brazos puedan cargar, si podías traer más y no lo hiciste ¡te las verás conmigo!- dicho esto, entró a la cueva. Thomas y yo lo seguimos.

Apenas entré busqué a Pan con la mirada, la chica se encontraba haciendo unas especies de mochilas junto con Tim, Harriet y otros larchos que no conocía. Pensé en acercarme, pero ante la mirada de advertencia de Jules caminé hasta donde se encontraban las provisiones.

"Un lugar para los sobrevivientes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora