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El cuerpo de Newt se encontraba tendido en el duro suelo, sus manos estaban atadas a los barrotes de la jaula y había sangre reciente en su boca, su piel estaba blanca, seca y sucia.

-¡No, Newt!- chillé y corrí hacia la jaula, metí un brazo por los barrotes y acerqué su cuerpo hacia mi. Estaba frío y no respiraba, pero seguía estando blando. Tenía los ojos abiertos e inyectados en sangre, su rostro estaba marcado por una expresión de dolor.

Sentí las lágrimas acumularse en mis ojos y comenzar a caer por mis mejillas, gruñí y grité mientras agarraba su cabello y le sacudía la cabeza, como si así fuese a despertar, pero no lo hizo, claro que no lo hizo, estaba muerto. ¿Por qué me afectaba tanto si ya había asumido eso antes, si Newt ya había muerto antes?... Mientras sollozaba comencé a desenredarle los rubios cabellos, estaban algo secos pero, para mi palma, se sentían igual de suaves que la primera vez que los toqué.

-Lo lamento... yo... yo intenté ayudarlo- tartamudeó la chica- en la mañana lo noté raro, creo que... que estaba enfermo... no lo sé... yo lo cuidaba... -sus hombros comenzaron a agitarse con su llanto- no comió en todo el día y... cuando se puso a vomitar sangre no pude seguir viendo... se estaba muriendo... no podía hacer nada... yo... yo lo intenté, pero no había nada que pudiese hacer para salvarlo...

-¿Puedes sacarlo?- Sonya musitó con un hilo de voz.

La chica asintió y abrió la celda, saqué el cuerpo de Newt y lo acomodé en mis brazos. No se veía tranquilo como pensé que se veían los muertos, se veía horrorizado, como si en sus últimos momentos de vida hubiese estado sufriendo. Delicadamente le cerré los ojos para intentar cambiar su expresión, pero el dolor no desaparecía de su rostro, parecía que se había adueñado de todos sus rasgos.

Sonya le sostenía una mano y con la otra se tapaba la cara, estaba llorando, estaba llorando porque Newt había estado vivo hace unos momentos... Habíamos llegado demasiado tarde, ahora Newt se había ido... lo habíamos perdido para siempre.

Thomas se encontraba de pie mirando hacia un lado, en sus ojos había sufrimiento y tenía los dientes apretados, intentando aguantarse el llanto. Brenda se le acercó y Thomas se lanzó a sus brazos y se permitió llorar.

-Su mano está dura- Sonya sollozó con las mejillas mojadas por las lágrimas- está muerto... está muerto... Arthur... mi hermano... ¿¡por qué!?... ¡No! ¡n... no... no debías.... morir... tú de.... deberías estar... vi... vivo- el llanto no la dejaba hablar correctamente.

Sentí como me dolía el pecho y la garganta al ver el cuerpo de Newt tendido inerte entre mis brazos. Le acaricié la mejilla, estaba demasiado fría y algo dura, pero no podía parar de tocar su piel, con mi mano recorrí, cuidadosamente, de sus párpados hasta sus labios y ahí la dejé, palpando su fina boca, aquella con la que tantas veces me había sonreído, aquella con la que me regañaba... su boca... Presioné un poco los dedos en sus labios intentando deformar su expresión adolorida, pero estaba demasiado tieso para hacerlo, ya no podía quitar ese dolor de su rostro, había quedado marcado por el sufrimiento, como las arrugas de tristeza que se le marcan a la gente vieja... Newt había muerto con la expresión de la muerte, no la del sueño... Jamás volvería a ver ni sus ojos ni su sonrisa, jamás volvería a escuchar ni su voz ni su risa...

-Newt... Newtie... -murmuré mientras intentaba sonreír con cariño- si hubieses aguantado un poco más... sólo un poco más... ¿no crees que es demasiado egoísta irte justo cuando nosotros llegamos? supongo que ya no importa ¿verdad?... ¿cuánto sufriste?... ¿has pensado en nosotros tanto como nosotros pensamos en ti?... Newtie, Newtie, Newtie... te extrañamos mucho... al menos te pudimos volver a ver... lo que más me duele es que tú no... ni siquiera llegaste a saber que te estábamos buscando... no quiero pensar que sentiste que alguna vez te olvidamos... no quiero aceptar que te fuiste pensando que te superamos... ¿por qué el mundo nos odia tanto que no nos permitió decirte lo importante que eres para nosotros?...- mientras hablaba mis lágrimas caían y se acumulaban en su rubio cabello, parecía rocío en un pasto seco... un pasto muerto...

"Un lugar para los sobrevivientes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora