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¿No les ha pasado que sueñan con un lugar repetidas ocasiones, pero no recuerdan haber estado ahí?

Recuerdo, en el Laberinto, haber soñado con un prado lleno de flores, este prado se encontraba en las cimas de unas montañas... Recuerdo haber visto gente sin rostro, pero sé que algo en ellos, sus facciones, su color de piel, quizás su pelo, se me hacía familiar... El sueño siempre era el mismo... un atardecer, una persona mirándome con aquel rostro difuminado e irreconocible, la persona me hablaba, no recuerdo qué cosas me decía, no recuerdo la voz, pero sé que me hablaba de cosas de mi pasado... quizás eran conocidos míos, no lo sé, quizás CRUEL no logró borrar todo, y aún quedaron recuerdos en mi inconciente... La cosa es que yo me sentaba sobre la hierba y las flores, el olor a vida inundaba el aire, fragancias eran transportadas por la reconfortante brisa del campo, mientras la persona hablaba yo estaba tranquilo, como si estuviese en un lugar familiar, conocido... Pero de pronto la brisa se ponía más brava y empezaba a agitar las flores, el cielo comenzaba a oscurecerse a medida que el sol se escondía bajo las montañas, un pánico se apoderaba de mi, una sensación de miedo, vacío. En el momento en que el sol desaparecía, la persona también se esfumaba, disolviéndose en el aire. Cuando me despertaba no podía recordar nada de la persona, su cabello, su ropa, su tez, sus palabras... olvidada, la persona había sido olvidada y nunca más aparecía en ningún otro sueño... Sólo podía recordar que estuvo ahí, pero luego todo desaparecía... Lo odiaba, era como si me quisiesen devolver los recuerdos pero luego se arrepintieran.

Volví a tener ese mismo sueño, pero ésta vez fue con Newt.

El enorme páramo se extendía ante mi, cubierto de flores, lleno de aromas. Me encontraba disfrutando del entorno, de la brisa, de la frescura, hasta que escuché unos pasos que se acercaban, me volteé y ví a Newt, tenía rostro, me sonreía.

-¿Qué tal, shank?- preguntó sentándose a mi lado.

-Bien, me gusta estar en este lugar- dije aspirando una bocanada del aire fresco.

-Es genial, las flores, la luminosidad, el aroma...- me sonrió y le devolví la sonrisa...

Se apoyó en mi hombro y una refrescante brisa nos alborotó el cabello. Apoyé mi cabeza en la de él y nos quedamos así un rato.

-Te extrañé- dije rompiendo el silencio.

-¿Acaso ya no me extrañas?- se separó de mi y me miró confundido y algo dolido.

-No, porque ahora estás aquí- lo miré extrañado.

-No estoy aquí.

-¿Qué dices? Pero si...- me interrumpí al ver que los rasgos de su rostro comenzaban a difuminarse, como cuando a uno de le empaña la vista- ¿Newt?- mi voz estaba llena de angustia.

-Shh... tranquilo- dijo con voz cargada de cariño y me acarició la mejilla- no quiero que sufras... y si no me dejas ir, tampoco dejarás ir el dolor...

-Pero... No.... Newt- exclamé tocándole el rostro, casi irreconocible, pero que aún conservaba algunos de sus rasgos. Aún estaban sus ojos, como dos gotas azules y difusas.

-Tranquilo, déjate olvidarme... shh... - me limpió una lágrima del rostro con su pulgar y pude distinguir una sonrisa triste en su casi inexistente rostro.

-¡No! No Newt, jamás, ¡jamás te pienso olvidar!- grité y la fuerza desgarró mi garganta.

Desperté lleno de sudor y lágrimas. Aún recordaba a Newt, aún tenía su rostro en mi cabeza. ¿Acaso estuve a punto de olvidarlo por siempre? No, eso era imposible, yo jamás olvidaría a Newt...

"Un lugar para los sobrevivientes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora