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Seguimos al ministro al Berg y de allí volamos durante unas horas, acordando las condiciones en las cuales nos debían prometer la salud y seguridad de Newt y la nuestra. Acordamos que comenzarán las investigaciones en la mañana, por lo que podríamos dormir lo que quedaba de noche. El ministro nos guió hasta unas habitaciones.

Como aún no podíamos confiar plenamente en CRUEL, haríamos guardias, Max y Karlos la primera, luego Hank y Tim y, por último, Newt, Samantha y yo. Una sensación reconfortante me recorrió, un extraño escalofrío que me eléctrizaba de pies a cabeza, una emoción creciente que me llenaba el pecho de euforia. Me acosté sobre uno de los camastros y cerré los ojos, antes de conciliar el sueño, sentí como un peso se intalaba a mi lado, llenando mi costado de un calor agradable. Newt.

Me encontraba corriendo por un terreno seco, algo me perseguía, pero mis pies no lograban avanzar, con cada paso que daba, mis piernas se hundían en la arena, dificultándome la huída. Jadeaba, tosía y carraspeaba intentando encontrar el aire que me faltaba, pero con cada bocanada era como si mis pulmones estuviesen aspirando fuego y arena, un ardor me quemaba el pecho y la garganta me escocía.

-¡Minho!- escuché la voz de alguien, pero no pude reconocer quién. Intenté buscar al emisor con la mirada, pero miles de granos de arena se adentraron por mis ojos, cegadome completamente. Grité, pero ningún sonido salía de mi boca.- ¡Minho!- la misma voz- ¡Minho!- otra vez-¡Minho!- y otra más- ¡Dakho!- mi madre.

-¡Mamá!- grité abriendo nuevamente mis ojos. Ya no había arena, me encontraba en un valle verde, lleno de flores y rodeado de montañas- ¿mamá...?- pregunté al ver que me encontraba solo. Comencé a caminar, buscando con desesperación a mi madre, giraba mi cabeza hacia todos lados, intentando encontrar su cabello negro suelto y liso, brillante como la noche, pero nada, ni su delgada silueta ni su sonrisa preocupada, simplemente no la podía encontrar.

-Hey, muchachito, veo que estás bien- me volteé y mi mirada se enfocó en una silueta masculina, era el hombre que me había cuidado antes de llegar a CRUEL- has crecido, me alegra.....- siguió hablando, pero yo ya no podía escucharle.

-Hey, no te escucho, habla más fuerte- le grité, pero nada, su cuerpo había comenzado a desaparecer hasta que se esfumó por completo.

-No te gusta dormir ¿verdad?- una mujer con una barra de CRUEL se encontraba sonriéndome. Ahora yo estaba en una silla, sentado con una mesa interponiendose entre nosotros.

-¿Por que dices eso?- le pregunté intentando ponerme de pie, pero no pude, mi cuerpo era demasiado pesado.

-Duerme- el rostro de la mujer se transformó en las desfiguradas facciones de un crank más allá del final- duerme.

<<¡Despierta!>>

Desperté sobresalto, el sudor recorría mi espalda y sentía mi corazón latiendo rápidamente, Newt me miraba preocupado, tenía sus manos apoyadas en mis hombros, al verme despertar, me dedicó una cálida sonrisa.

-Una pesadilla ¿verdad?- se volvió a acostar a mi lado y atrayéndome hacia él, estrechándome en un abrazo- te veías estresado, por eso te desperté, si quieres puedes contarme.

-No, ya estoy bien- respondí en un susurró, encogiendome en sus brazos, sintiendo la tan ansiada paz- ¿ya nos toca la guardia?

-En un rato- Tim, que en ese momento estaba de guardia con Hank, se acercó- pero si quieren ya comienzan, yo estoy muriendo de sueño- dijo en un bostezo. Hank, al darse cuenta de que Tim ya no estaba a su lado, corrió hacia él y lo abrazó por la espalda.

-Te me habías escapado- dijo hundiendo su rostro en el cuello de Tim- me asustaste.

-No seas exagerado- rió Tim, pero luego le besó la mejilla- perdón- le besó los labios- ¿estoy perdonado?

&quot;Un lugar para los sobrevivientes&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora