*Epílogo*

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Cuatro años después

-Veintiuno- suspiré, había cumplido 21 años según mis cálculos y según los datos de CRUEL. Me sentí viejo.

Seguí caminando hacia la guardería, allí era donde Newt pasaba su tiempo libre, rodeado de estúpidos e insoportables larchitos, no podía entender cómo es que le gustaban los niños.

El Valle de los Guanacos ya no existía, se había convertido en una pequeña ciudadela, con un centro comercial incluído. Latinoamérica, luego de unos años, logró reformarse y nos entregó infraestructura para mejorar la estructura de nuestro poblado, incluso nos enviaron profesionales para mejorar la educación y salud de la gente, ahora éramos una pequeña ciudad al fin del mundo, a lo largo de los años, llegaron unas cuantas personas más, así que, junto con los críos que nacieron aquí, nuestra población había crecido notablemente.

-Newtie, Newtie- lo llamé al llegar a la guardería, al parecer se había vuelto su lugar favorito para descansar, no lo entendía.

-¿Qué sucede Min? ¿No vez que estoy ocupado?- rió dejando a un pequeño de unos dos años en el suelo, caminó hacia mi, saliendo del pequeño corralito en donde están los niños.

-Terminé de colocar los muebles en la casa, es pequeña, pero tiene jardín, te gustará- sonreí- está apartada del centro, a las afueras, junto al lago.

-¿El lago en donde el perro que te confundiste conmigo cazó un pato?- se burló.

-Si, ese lago- murmuré avergonzado al recordar aquello- ahora deja a esos pobres niños y acompáñame a nuestra casa.

-Bien, bien- Newt se despidió de los enanos y luego me siguió por las callejuelas hasta la salida de la ciudad, allí tomamos un pequeño autobús que nos llevó a las afueras de la ciudad, a unos minutos de nuestra casa. Cuando ya estuvimos cerca, Newt se adelantó y corrió emocionado hacia la pequeña cabaña.

-Es nueva, la construyeron como la pedimos, hablé con la municipalidad, ya es nuestra, incluso nos regalaron los muebles- dije corriendo para llegar a su lado.

-Es perfecta- Newt me miró con una genuina sonrisa.

-Es cierto, Thomas va a estar celoso, por hacerle caso a Brenda terminó viviendo en un depto en el centro de la ciudad- reí- pobre shank.

-Shank, hace tiempo no te escuchaba decir esa palabra, poco a poco hemos olvidado nuestros modismos- Newt se apoyó en mi y yo le pasé un brazo por los hombros para acercarlo más a mi cuerpo- viejos tiempos...

-Yo no los extraño, bueno, un poco, quizás aún extraño la sensación de peligro y aventura, pero prefiero esta paz- suspiré.

-Yo igual prefiero esto, pero me hubiese gustado que Alby, Nick y Chuck pudiesen haber llegado aquí, ver esto- dijo señalando el maravilloso paisaje que se extendía frente a nosotros, el lago, los árboles y las aves, todo en completa armonía y nuestra pequeña cabaña, todo era maravilloso.

-Deberíamos invitar a los chicos alguno de estos días, no estaría mal hacer una parrillada aquí- murmuré.

-Ay, Minho, tú siempre pensando en carne- se burló separándose de mi para entrar a la casa. Lo seguí en silencio- aunque me gusta tu idea, Tim, Hank, Pan, Howard, Max, Tommy, Brenda, Karlos, Sartén, Samantha, Lizzy y Aris.... Habría que comprar mucha carne, quizás una parrilla más- suspiró- pero más adelante, primero quiero disfrutar de nuestra casa.

Sonreí.

Nuestra casa.





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Fin de Newt vivo, quizás, sólo quizás, más adelante se me ocurra agregar un segundo epílogo

Gracias por leer

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