68a parte

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[Narra Lucas]

Me da mucha vergüenza decírselo... Tengo miedo de que ella no sienta lo mismo que yo siento por ella... Bueno, como sea. Ahora tengo que decírselo y si ella no siente lo mismo que yo... Podremos ser igualmente amigos, ¿No? Y si ella siente lo mismo que siento yo... Seré la persona más feliz del mundo entero.

-Bueno... su nombre empieza por la letra-No pude continuar porque Marshall me interrumpió.

-¡Tengo una idea! Para que no te dé tanta vergüenza decírselo, nos podemos ir a nuestras tiendas, entonces irás a la tienda de "ella" y se lo dices. ¿Es una buena idea no?-Dijo él sonriendo.

-Ok, haremos eso-dije yo.

Todos se fueron a sus tiendas. "Ella" se metió en la tienda y a mi se me aceleró el corazón.

No puedo creer que se lo pueda decir y en privado. Bueno, vamos allá.

Me acerqué a su tienda y entré.

-¿Lucas? ¿Qué haces aquí? ¿No se supone que tienes que ir a confesarte a tu chica?-Dijo Antonietta.

-Eso hago.-Dije yo con una amplia sonrisa en mi rostro y un leve sonrojo.

Antonietta se quedó tan sorprendida que empezó a tartamudear y sonrojarse.

-T-tu... Y-yo-yo...¿De verdad que sientes eso por...mi?

-¡Pues claro! Me enamoré de ti en cuanto te vi en el bosque por primera vez. Te veías tan valiente, tan segura de ti misma con tu espada, tan... Tan hermosa...-Dije yo aun más sonrojado.

Antonietta se puso un mechón de su pelo detrás de su oreja.

-Pues... Quiero decirte que yo... Yo siento l-lo mismo...

Me sorprendí tanto al oír aquellas palabras que sentí como si en la tienda hiciera más calor.

Seguro que són los nervios y la vergüenza.

Pero... De pronto...

-¡CHICOS! ¡SALID DE AHÍ AHORA MISMO!-Gritó Midna.

Los dos salimos de la tienda asustados y al fin vimos lo que estaba pasando.

-Oh, no...-Dijimos los dos al ver que el campamento estaba envuelto en llamas.

-¡Chicos venid, por aquí!-Nos gritó Marshall empezando a correr con las demás chicas hacia el lago.

-¡Corre Antonietta!-Dije yo agarrándola por el brazo.

-¿Y qué harás tu?-Me dijo ella preocupada. 

-Tu tranquila, luego os alcanzo-Dije yo sonriéndole para que se tranquilizara.

-No, yo me quedo aquí contigo.-Dijo ella.

-Ok, pero mantente alerta. No quiero que te pase nada.

De pronto se escuchó una risa macábra que provenía del cielo.

Los dos alzamos nuestra vista hacia donde se oía la risa.

-N-No puede ser...

-Así es... hermano-Dijo la voz que se había reído antes.

-¡¿Por qué haces esto?!-dije yo sacando mi espada.

-Pues... para serte sincera es solo para divertirme-dijo la propietaria de la voz anterior.

-Diana...-Dijo Antonietta petrificada.-No me esperaba esto de ti...

-¡Me importa un rábano lo que tu esperabas de mi!-Dijo Diana hecha una furia.-Y... qué pensáis de mi cambio de look?-Dijo ella sonriendo.

Ahora Diana tenia el pelo largo y oscuro como la noche hasta la cintura. Llevaba un vestido negro con cuentas negras que brillaban a la luz de la Luna y unos zapatos de plataforma negros.

También estaba maquillada. Tenia la cara pálida, los ojos le habían cambiado, ahora los tenia de color purpura. El parpado lo tenía de color azul eléctrico y los labios de color rojo pasión.

-Lo que de verdad pienso es que te has vuelto loca-dije yo. 

-¿¡Cómo has podido hacer esto?!-Dijo gritando Antonietta.

-Fácil, con esto.-Dijo Diana

Diana juntó sus manos y de ellas salió una pequeña llamita. Pero poco a poco esa llamita se fué haciendo más grande y Diana la apuntó hacia un árbol que estaba cerca de nosotros.

El árbol quedó reducido a cenizas en un segundo.

Oh, oh... Esa llama se ha convertido en un lanza-llamas muy poderoso...

De pronto Diana se giró hacia nosotros con una sonrisa macábra en los labios.

-Oh, no... No te atreverás...-dije yo leyendole la mente a Diana.

-¡Pruebame!-Dijo Diana apuntando el lanza-llamas hacia Antonietta.

Disparó.

-¡NOOOOOO!-Dije yo interponiendome entre la llama que venia a toda velocidad hacia Antonietta y Antonietta.

No sentía nada, no sentía dolor...

¿He-He muerto?

No, imposible.

Aún estaba delante de Antonietta y aún podia ver la llama delante de mi. Pero era muy raro... era como si la llama estubiera a escasos centímetros de mi cuerpo... pero... no me tocaba.

Giré mi cabeza para ver a Antonietta y vi que ella tenía las manos extendidas hacia delante. Estaba haciendo un... ¿¡Un campo de fuerza?!

-A-Antonietta... ¿E-Estás bien? -dije yo aún dentro del campo de fuerza.

(N/A En el campo de fuerza solamente estaba metido Lucas)

-S-Sí, solamente un poco mareada...-Dijo Antonietta sin dejar de proporcionarle energia al campo de fuerza.

-¡Antonietta para!-Dije yo girandome hacia ella y poniendo las manos sobre la pared del campo de fuerza.-¡Te estás quedando sin energía vital!

-P-Pero tu... y l-las llamas...-dijo ella sin dejar de perder energía.

-¡SOLAMENTE HAZLO!-Dije yo al ver que se estaba poniendo demasiado pálida.

-¡NO! ¡NO PIENSO PERDERTE JUSTAMENTE CUANDO ACABAMOS DE CONFESARNOS LO QUE SENTIMOS POR EL OTRO!-Dijo ella con algunas lágrimas en los ojos.

-An-Antonietta...-dije yo.

-Owww, que bonito... Odio lo cursi. Pobre Antonietta, solamente quiere protegerte y por TU culpa está perdiendo su valiosa energía vital. Sería una pena que yo... por alguna razón aumentase la potencia de la llama y...-Dijo Diana con una sonrisa malvada.

-¡NI LO PIENSES!-grité yo al imaginarme lo que podría pasar.

-Tarde, ya lo he hecho.-dijo Diana dandole MUCHA más potencia al lanza-llamas.

La llama se acercaba a mi y impactó con mucha fuerza sobre el campo de fuerza.

-Tsk...-dijo Antonietta antes de caer al suelo medio desmayada.

El campo de fuerza se rompió.

Ahora si que las llamas me tocaban, pero me daba igual. Tenía que ir a por Antonietta y llevarla a algún lugar seguro.

-Antonietta...-dije yo acercandome a ella.

Pero una cosa me atrapó de la cintura y me elevó hacia el cielo.

-Tu no te escapas de mi.-Dijo Diana acercandome a ella.

¿Qué les pasará a la nueva pareja? ¿Porqué Diana se a vuelto malvada?

¿Dónde están Marshall, Fionna, Midna y Evelin?

Lo descubriremos en el próximo capítulo XD

(hora de aventuras) Fiolee [CANCELADA momentaneamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora