X
Mientras paseaba por el bosque, Anne no podía dejar de pensar en lo furioso que estaría Luke cuando descubriese que había salido. También pensaba que él iba a sentirse satisfecho por el hecho de que había "escapado" después de su amenaza. Se había dado cuenta hacía tiempo de que Luke era del tipo de persona a la que le gustaba ser temido y respetado de una manera casi reverencial; lo cual era algo tonto, si le preguntaban.
Ella se había propuesto hacer a un lado sus miedos y tratarlo como hubiese tratado a cualquier amigo suyo, pero aún así no dejaba de sentir escalofríos cada vez que lo miraba, cuando estaba cerca de él, o cuando recordaba cuanto él la detestaba por ser una terrana; sin mencionar, cuando le llegaban a la memoria todas las amenazas que había lanzado en su nombre.
Luke era escalofriante la mayor parte del tiempo, pero había momentos en los que era amable, incluso se podía decir que hasta tierno. Anne estaba segura, o por lo menos quería estarlo, de que lo que sucedía con Luke era que él pensaba que todas las personas a su alrededor iban a lastimarlo. Quizás ese miedo fuese debido a su orfandad —a la ausencia de su familia biológica— y, por supuesto, a crecer bajo el cuidado de Edna (porque estaba segura de que la mujer no era precisamente el ser más amoroso de todo el mundo, por más que algunas veces quisiese aparentar lo contrario).
Por esa razón, impulsada por el hecho de que Luke no podía hacerle daño, se había propuesto entablar una relación con él. Tal hecho no significaba que ya no le tuviese miedo o que pensaba que a base de intentar entablar una conversación con él y furtivos acercamientos de vez en cuando, iba a lograr cambiarlo. Sólo significaba que ella estaba tratando de combatir el miedo que sentía por él y al mismo tiempo hacerle ver que ella no era el tipo de persona que él seguro se imaginaba que era.
Además de todo, estaba el extraño fenómeno que ocurría entre ellos dos cada vez que tenían el más mínimo contacto físico; Anne creía fervientemente que por su parte, sola y sin recursos, nunca iba a poder descifrar ese acertijo. En cambio, si Luke la ayudaba, todo sería más fácil y distinto.
Movió la cabeza para despejar esos pensamientos y se dirigió hacia una parte del bosque que desde su alejada posición se veía más iluminada gracias a la luz de la luna. Estaba siguiendo un camino recto, sin dejarse arrastrar por los amplios senderos del bosque o los páramos que veía alumbrados a lo lejos, para así no perderse y poder regresar a la casa de Luke sin problemas. Además, era un paseo corto, sólo unos cuantos metros lejos de la casa para despejar su mente y apreciar un poco la verdadera belleza del paisaje que percibía cada noche a través de la ventana del salón.
Al llegar a su destino se quedó sin palabras. Estaba en un claro en donde las copas de los árboles eran menos frondosas y estaban más separadas las unas de las otras, por lo que se podía apreciar un amplio trozo de cielo. Este estaba plagado de brillantes y titilantes estrellas y la luna, redonda y hermosa, estaba en lo alto, alumbrándolo todo con su luz plateada.
Podría decirse que era la viva imagen de un lienzo de Van Gogh, salvo por los colores, que eran más oscuros. Ella siempre había sido amante de su obra "Noche Estrellada", por lo que al alzar la cabeza y ver esas estrellas, que eran como brillantes lámparas en el cielo, no pudo evitar pensar en la pequeña réplica de la obra del pintor que colgaba en la pared de su habitación, allá en la Tierra.
Anne estaba extasiada. Nunca había visto un cielo tan hermoso, mucho menos una luna tan grande. Era, en comparación con la de la Tierra, tres veces más grande; quizás un poco más. Parecía el capricho de un pintor, que había querido plasmar su noche de ensueño en el oscuro cielo del Hellaven.
ESTÁS LEYENDO
La Premonición
FantasiAnne no podía quejarse. Tenía unos padres maravillosos, un novio que la quería y hacía cualquier cosa por ella; le iba bien en sus estudios y estaba a pocos meses de graduarse como Diseñadora de Modas. Anne era feliz con su vida tal cual estaba y no...