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Después de unas merecidas vacaciones pasado el trajín de su viaje de investigación, Edna decidió hacer acto de presencia en su casa. Sabía que se había aprovechado de su excusa para estar más tiempo del necesario fuera de sus obligaciones, pero eso no era algo que iba a quitarle el sueño o a hacerla sentir mal al final de día. Ella había trabajado mucho y sin descanso desde hacía muchos años así que era hora de que se desconectase del mundo y disfrutase de su tiempo libre.
Pero eso había sido antes. Ahora tenía que volver a su vida de Encargada de la Limpieza y a soportar todo el asunto relacionado con Anne. Anne… esa pequeña y frágil chica que en esos momentos estaría pasando por un infierno en la casa de Luke. Una sonrisita apareció en su rostro al pensar en esto.
Se puso de pie, dejando atrás la comodidad de su mullido sofá y se encaminó hacia el baño dispuesta a tomar una reconfortante ducha. Tenía planeado ir a visitar a su hermano después de eso, para que le hiciese un resumen de todo lo que había acontecido durante su ausencia. Y después iría a la casa de Luke para comprobar si la terrana estaba completa o no. No es como si eso le importase mucho, de todas formas.
Al final, no tuvo que hacer lo primero. Cecil se había aparecido en su casa en algún momento mientras se duchaba y arreglaba, y estaba esperándola sentado cómodamente sobre el sofá en el que ella había estado arrellanada anteriormente. La miraba seriamente, sin ningún atisbo de jovialidad o felicidad.
—Hasta que apareces. —Fue el saludo que le dio. Edna ignoró el tono de voz que él empleó para hablarle, sabiendo que Cecil tenía motivos de sobra para estar molesto.
—Estuve ocupada. No es como si hubiese salido a hacer un tour por el mundo. —Le respondió mientras se sentaba a su lado.
—Edna, no trates de engañarme. Sabes perfectamente que sé que hace tiempo que terminaste con tus "investigaciones". —Le dijo con calma. —Pero no te asustes, no voy a preguntarte qué estuviste haciendo hasta ahora. No me interesa.
—Entonces, ¿qué haces aquí?
—Supuse que querrías un informe. Así que, ¿por dónde empiezo?
Después de eso, ambos hermanos se enfrascaron en una larga y profunda conversación sobre todo lo que había ocurrido desde la ausencia de la mujer. Aparte de los asuntos referentes al trabajo, Cecil le comentó sobre sus dudas respecto a la procedencia de Luke, ganándose una risita divertida por parte de la mujer. Pero inmediatamente le contó sobre la extraña relación entre Luke y Anne, la expresión del rostro de Edna cambió a una muy seria.
— ¿Crees que haya algo entre ellos? —Preguntó por fin, mientras se recostaba en el sofá y miraba el techo.
—No lo sé con exactitud. Pero sí te puedo decir que Anne ya no parece tenerle miedo. Y aquella noche en la que ambos estaban enfermos debido a los hechizos, pude darme cuenta de que su relación era muy fuerte; ambos, inconscientemente, buscaban estar más cerca del otro. Todo esto es muy extraño.
—Y eso te molesta, ¿verdad? Te molesta que la relación entre esos dos deje de ser del tipo "victima-victimario" y pase a ser algo más… profundo —Fue más una afirmación que una pregunta, Cecil lo sabía, pero igual le respondió.
—Por supuesto. No tolero la idea de que Luke esté con una terrana.
Edna sonrió ampliamente al escucharlo y le dio varios toquecitos afectuosos en el hombro. Si Cecil pensaba de esa manera, entonces ella no tenía que preocuparse porque su hermano se interesase románticamente en Anne.
—Me alegra saber eso. ¿Pero sabes? Es preferible que esté con él a que esté contigo. Porque al final, cuando todo esto se descubra y haya que encontrar un culpable, Luke será el único que saldrá perjudicado.
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La Premonición
FantasyAnne no podía quejarse. Tenía unos padres maravillosos, un novio que la quería y hacía cualquier cosa por ella; le iba bien en sus estudios y estaba a pocos meses de graduarse como Diseñadora de Modas. Anne era feliz con su vida tal cual estaba y no...