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Los cambios llegan cuando uno menos se los espera. A veces son para bien, trayendo un sin número de cosas buenas consigo; otras veces son para mal, dejándote confundido y abatido a mitad del camino. Para Luke, el cambio, este cambio, vino acompañado de tantas cosas que era imposible separarlas y ponerlas en el grupo de las cosas buenas o de las cosas malas. Eran sólo cambios, nada más ni nada menos, y así era todo más fácil y menos confuso. Menos doloroso.
Cuando se había despertado aquella tarde, no había sido consciente de qué hora era, cuánto tiempo había transcurrido o cómo había llegado hasta su habitación. Sólo era consciente del dolor que sentía en todo el cuerpo, de la oscuridad que lo rodeaba y de algo que en esos momentos era difícil de nombrar; ¿Frío? ¿Calor? ¿Ambas cosas? Quizás se debía al hecho de que no estaba plenamente despierto o al hecho de que lo que le había sucedido lo había dejado más tonto y despistado de lo normal.
Se había removido en la cama para tratar de levantarse y estirar sus adormecidos músculos. Una maldición había salido de sus labios inmediatamente se había movido, confirmando la teoría de que el dolor que había sentido no iba a ser suficiente.
Se había pasado una mano por el rostro y por el pelo, quizás en un intento por aclarar su mente y sacarse de su estado de ensoñación. Flashes de lo que había acontecido la otra noche había llegado a su cabeza lentamente, iluminando un poco su oscuro despertar y haciéndole abrir los ojos al recordar sucesos que no debieron haber pasado.
Inconscientemente, se había llevado una mano al rostro y había tocado el lugar en el que Anne lo había besado. Estaba seguro de que no lo había imaginado; aún podía sentir la tibieza de sus labios sobre su piel, por más extraño que pareciese o sonase. Y en esos momentos sintió la temperatura de la habitación subir unos cuantos grados, haciéndole sentir incómodo y algo falto de aire. Consecuencias del rumbo que habían tomado sus pensamientos.
Se había quitado el grueso abrigo de lana que de alguna forma había vuelto a su cuerpo antes de ponerse de pie y dirigirse hacia donde estaba el interruptor, cerca de la puerta. Había encendido la luz y se había dirigido hacia donde estaba el espejo, para examinar su reflejo. Había visto las ojeras bajo sus ojos, la expresión de cansancio en su rostro y el sonrojo de sus mejillas. Su mano había vuelto hacia su rostro y había tocado su mejilla, sintiendo el calor bajo sus dedos. ¿Acaso tenía fiebre?, había sido la pregunta que había pasado por su mente.
La puerta se había abierto lentamente y la persona que había interrumpido sus pensamientos se había quedado estática en la puerta, con una expresión extraña en el rostro. Luego se había acercado a él y lo había abrazado como si hubiese tenido años que no lo había visto, dejándolo sin aliento por unos instantes. Había sentido sus manos en su rostro, había aguantado la fija e incrédula mirada que le había dirigido y se había sorprendido al sentir sus fríos labios sobre su mejilla derecha. Un "bienvenido" había salido de sus finos labios y él pudo sentir el alivio que venía acompañado con esas palabras.
Si antes había creído que estaba confundido, se había equivocado; eso no era confusión comparado con lo que estaba sintiendo en esos momentos.
Otra persona había entrado a la habitación segundos más tarde y también lo había examinado con la mirada. Él abrazo que le había dado al comprobar que ya estaba bien había sido un poco frío, quizás, pero aun así había sido un gesto que lo había sorprendido. Y, tal vez, en otra ocasión y bajo otras circunstancias, lo hubiesen hecho temer por su vida y salir corriendo; ese tipo de gestos no venían muy a menudo de la persona que se lo había dado.
La primera persona que había entrado, Cecil, había vuelto a pegarse a él inmediatamente su hermana había quitado sus brazos de alrededor de Luke. El joven había pensado en ese momento que Cecil parecía reacio a alejarse de él, temiendo que quizás el joven desapareciese si se alejaba de su lado por un nanosegundo.
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La Premonición
ФэнтезиAnne no podía quejarse. Tenía unos padres maravillosos, un novio que la quería y hacía cualquier cosa por ella; le iba bien en sus estudios y estaba a pocos meses de graduarse como Diseñadora de Modas. Anne era feliz con su vida tal cual estaba y no...