Capítulo 14| Plan de investigación

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Desde la conversación que tuve con Seth no lo había vuelto a ver. No me pareció recomendable presionarlo para que me contara más sobre su vida, ya que no lo vi conveniente. Además, prefiero esperar a que tenga la confianza suficiente como para platicarme sobre lo que le sucede.

Al tener la bandeja con mi respectivo almuerzo en mano, me detengo. Busco con la mirada una mesa libre donde poder sentarme, si bien la cafetería me mantiene infestada. Al no encontrar a los chicos resoplo, sin embargo, me fijo en dos de mis amigos a pocos metros. Nick y Daniel. Sonrío con intenciones de acercarme, aunque no llego a llevar mi plan a cabo, puesto que el rostro inexpresivo de mi hermano me hace detener.

Sigo la dirección de su mirada y mis cejas se elevan al encontrarla. Jane a pocas mesas de distancia lo observa, no solo eso, se observan.

Daniel parece persistente al hablarle, si bien él parece solo asentir cuando lo ve necesario. Por otro lado, Jane se encuentra estática e incluso ha dejado de consumir sus patatas. Su contacto visual se rompe cuando una chica pasa frete a ellos dejando caer una bandeja y atrayendo la atención de varias personas, se cohíbe y cubre su rostro con parte de su cabello.

Sin esperar nada más camino a paso rápido hasta la mesa de Jane y me siento de golpe. Su sobresalto deja en evidencia que la he sorprendido.

—Te vi echándole el ojo a Nick —murmuro al apoyar mis codos en la mesa.

Sus ojos se expanden ante mi afirmación, sus mejillas no tardan en adquirir un color carmesí.

—Yo-o no-o —niega y balbucea—. Lo siento. No fue mi intensión.

Cambio mi expresión grave por una divertida.

—No te disculpes.

— ¿No te molesta? —inquiere. Su pregunta me hace fruncir las cejar y negar.

—No, estoy acostumbrada a que babeen por él. Admítelo, está bueno. —Señalo en su dirección.

Sus mejillas se encienden todavía más antes de cubrirlas con sus manos.

—Dios, lo sé. Dime que no estoy roja —ruega, a lo que río.

—Lo estás.

Se hace el silencio, a la vez que como un poco de mi hamburguesa. Ella parece observar con disimulo sobre mi hombro antes de plantar su mirada en mí.

— ¿No te fastidia? Digo, que se lo queden viendo tanto —interroga pasando saliva, como si esa simple pregunta le molestara.

—No, es decir, a veces. Pero no soy tan celosa como él.

— ¿Quién no es tan celosa? —preguntan tras de mí.

Sonrío cuando Seth toma asiento a mi lado.

—Nada, es que aquí Jane... —señalo a la aludida, sin embargo, detengo mi comentario al percatarme que se ha ido.

— ¿Dónde está? —inquiero al buscarla con la mirada, pero no doy con ella.

Resoplo ante su acto, estábamos hablando bien y de repente se esfuma.

—Es rápida —dice el chico a mi lado, a lo que asiento.

—Oh, por cierto, ya acabé con el trabajo. Por aquí debo tener tu carpeta —murmuro y me inclino a sostener mi mochila.

Mi entrecejo se arruga al observar un papel tirado junto a la misma, por lo que dudo entre tomarlo o no. Mis ojos viajan entre las letras hasta que algo capta mi atención. Levanto la mirada hasta posarla en Seth y le tiendo la hoja.

—Sigues con eso —digo justo al momento en el que acepta lo que le entrego.

Son los papeles que tuve la oportunidad de ver hace poco tiempo en su dormitorio, esos mismos donde se confirma su adopción. Su rostro demuestra su incomodidad antes de guardarlo en su mochila.

Por segunda primera vez [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora