Capítulo 16| Compartimos algo más que el útero

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—Eres un intenso, ¿sabías? —bajo el volumen de mi voz y levanto un poco la mirada.

Su sonrisa de medio lado me hace entonar los ojos.

—Y tú una fastidiosa, no presumamos nuestros adjetivos.

Su comentario nos hace reír a ambos.

Por segunda vez logré posponer las explicaciones que Tyler me pedía, si bien estoy consciente de que no se las debo. Sin embargo, al haber mentido para salvarme de una merecida reprimenda, pienso que debería si quiera confesarle parte de lo que sucede. Una verdad a medias.

Con respecto a que Derek sea mi compañero, no se mostró para nada complacido con ese hecho. No estoy segura si le dirá a los chicos de lo que sucede, aunque es lo más lógico. A tan solo pocas horas de entregar la fotografía y con la migraña todavía presente, me dirijo hacia mi dormitorio y en poco tiempo edito los detalles de la imagen.

No me complace el resultado final, una mirada que no transmite el más mínimo sentimiento, además de un atisbo de sonrisa demasiado falso y forzado para mi gusto. Resoplo al cambiar de imagen, y ahí se encuentra. Sonrío de inmediato. En esta el rubio ríe a carcajadas, incluso sus ojos se mantienen cerrados. Estoy segura que él no querrá esta fotografía, si bien no me importaría llevarle la contraria, en esta ocasión no me apetece discutir. No obstante, la edito y guardo en un pendrive. Seth se ofreció a imprimir lo que necesitara, por lo mismo abandono el lugar con intenciones de ir a su dormitorio. Después de varios llamados me percato de que no está, por lo que a regañadientes me apresuro a buscarlo en el campus.

Doy varias vueltas y sigo sin dar con él, llamo a su celular, pero me envía a buzón. No conozco a sus amistades, de tal manera que no sé dónde podría estar.

—Jane —murmuro, al mismo tiempo que me encamino hacia su habitación.

En el transcurso del tiempo nos hemos vuelto cercano los tres, se podría decir que algo así como amigos. Esa es la razón por la que sospecho que Jane puede que sepa del paradero de Seth. Justo cuando voy a ingresar al edificio, otra persona saliendo hace que tropiece. No logro distinguirla entre los demás, si bien eso no evita un insulto de mi parte.

— ¡La próxima me tiras al suelo!

Al encontrarme frente a la puerta de su habitación no dudo en tocar, a los pocos segundos esta es abierta. Mi ceja se enarca ante la presencia frente a mí, una mueca de desagrado se forma en sus labios.

—Agh.

—Lo mismo digo —digo con sarcasmo hacia la pelirroja—. ¿Jane?

— ¿Quién la busca? —su voz cargada de burla me hace entonar los ojos y reír sin gracia.

—Caperucita roja, dile que el lobo me quiere comer —el sarcasmo no tarda en aparecer en mi comentario. Sin esperar una respuesta la aparto.

— ¿Britt, qué hace ella aquí? —una segunda chica hace acto de presencia, me escanea negando.

—Busca a Jane.

Mis mejores intentos de ignorar a ambas pelirrojas son fallidos. Una de ellas me da un último vistazo antes de perderse por el pasillo, el incómodo silencio no tarda en instalarse.

—Y dime, ¿cómo estás? —su tentativa por sacar un tema de conversación me hace reír sin gracia, todavía más por la pregunta que me ha hecho.

—Aquí entre nos, no te interesa y lo sabes.

—Solo quiero ser amable.

—Pues no te sale, Brittany.

Ignora mi comentario mientras revisa sus uñas.

Por segunda primera vez [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora