Ver como se despojaba de su casco y me observaba con intriga solo sirvió para aumentar mi culpa. Pero no permanecí por mucho tiempo ahí, ya que corrí hacia la parada de autobuses donde había acordado encontrarme con Seth luego de que él fuese a buscar los papeles de adopción. Me sentía y todavía me siento culpable. La mayor parte del trayecto permanecimos en silencio, percibía su nerviosismo, pero preferí no decir nada al respecto.
Hasta que llegamos. Llevamos más de cinco minutos observando el imponente edificio de no más de cuatro pisos frente a nosotros, en silencio. Solo espero que él se tome el tiempo de asimilar cualquiera de las respuestas con las que nos podamos encontrar ahí dentro, pero no dejo de mover mi pie con impaciencia, tiempo es lo que menos tenemos.
— ¿Entramos? —su voz suena forzada, pesada. Le envío una corta mirada, en la cual una clara pregunta logra descifrarse: « ¿seguro?». Asiente.
—Adelante.
Los escasos metros hasta entrar al lugar se me hacen eternos, la tensión que se forma en el ambiente que hace mordisquear mi labio con incomodidad. Me tomo la libertad de empujar la puerta e ingresar, seguida de Seth y un sonido peculiar, parecido a un chirrido. Escaneo el lugar con una corta mirada, a pocos pasos se encuentra lo que parece ser un recibidor. Lo codeo con suavidad, no tarda en captar mi indirecta y se acerca a la mujer, quien parece ser una secretaria. No estoy segura si se trata de la misma con la que tuvimos la oportunidad de hablar hace pocas horas.
Me mantengo al margen de la conversación, detrás de Seth.
—Eh-h, buenas tardes. Tenemos una cita con el señor Pocket. Soy Seth Blake —al principio su voz tiembla, pero luego logra recuperarse. La mujer sonríe y asiente.
—El chico de la llamada.
—Exacto.
—Pueden esperar unos minutos, por favor. —Señala en dirección a unos sillones en una de las esquinas del lugar.
Ese par de minutos se hacen eternos, además Seth no deja de removerse y juguetear con sus dedos, contagiándome de su nerviosismo.
—Seth Blake.
Al ser llamado se levanta más rápido que un resorte, en cambio, yo permanezco en mi sitio.
—Ve —lo incito. Su entrecejo se arruga ante mis palabras.
— ¿No me vas a acompañar?
—Creo que deberías ir solo, además... —me veo interrumpida por la secretaria, quien al escuchar nuestra conversación, se adelanta a aclarar:
—Solo puede ingresar uno de ustedes.
El chico cierra los ojos y deja escapar una exhalación, sus dedos se retuercen con algo que percibo como nerviosismo. Me envía una última mirada antes de perderse por uno de los pasillos bajo las indicaciones de la secretaria.
Tamborileo mis dedos en mis muslos por varios minutos, en los cuales mi vista permanece fija en un reloj que se encuentra colgado en una de las paredes. El tiempo parece transcurrir con más lentitud que de costumbre, o tal vez sea por no tener una mínima distracción. Un sonido peculiar, el mismo que logré escuchar al ingresar, se hace presente. Levanto ligeramente la mirada, la confusión se apodera de mi rostro de inmediato. Varias preguntas se arremolinan en mi cabeza, pero no llego a formular ninguna en voz alta.
Sus ojos avellana escanean el lugar hasta detenerse en los míos. Apoderada de la estupefacción, me levanto de golpe. En un par de pasos ya me encuentro frente a él.
— ¿Tú? ¿Qué demonios? ¿Ah? —no logro formular preguntas coherentes, ya que sigo sin entender la razón por la cual haya venido. Una cosa es coincidir en un centro comercial o un cine, pero hacerlo en un orfanato a cuarenta minutos de donde vivimos, es sospechoso.
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Por segunda primera vez [#2]
Novela JuvenilSi no has leído Instituto de Hombres no leas la sinopsis pues contiene muchos spoilers. ¡ADVERTENCIA! NO LEAS LA SINOPSIS SI NO HAS LEÍDO LA PRIMERA PARTE _____ Para Dylan, las cosas luego de despertar en esa tediosa sala de hospital han sido confus...