Por segunda primera vez [#2]

Epílogo

¡Hola, mis amores! Estuve mucho tiempo perdida, peor regresé con más ánimos que nunca. Se supone que tendría que estar estudiando, pero preferí terminar el epílogo, ya que recibí dos notificaciones en instagram de dos chicas que me habían etiquedato en una publicación sobre historias, ¡y me emocioné demasiado! Me percaté que había abandonado mi cuenta por demasiaod tiempo, ¡y aquí estoy!

Disfruten la lectura, recuerden que probablemente (muy probablemente) suba un par de capítulos extras. No se librarán tan fácil de mí, eh.

— ¿Nick te zafó un tornillo o qué? —digo en dirección a Jane, quien me obligó a utilizar un corto vestido blanco.

Con mis ojos recorro cada detalle de mi cuerpo, el cual se ve reflejado en el espejo frente a mí. Mi cabello ha vuelto a ser del todo castaño luego de tinturarlo hace un par de meses.

—A ver, te dije que tenemos una sorpresa. ¿Podrías ser tan amable de usar los tacones que traje para ti? —sus manos están apoyadas en mis hombros.

—No los usaré y punto. O uso mis zapatos o no saldré de aquí, punto final.

La chica parece exasperarse gracias a mi actitud, sin embargo, me permite utilizar aquellos converse.

Actualmente estamos por finalizar nuestro segundo año en la universidad, un hecho impactante para mí. Es emocionante poder repetir mis antiguas aventuras, pero esta vez de manera legal. Desde mi perspectiva, los diecinueve años me han sentado de maravilla, a excepción de mi estatura, que sigue siendo igual desde hace años. Para mí, el único inconveniente es ir a prisión, puesto que ya no llamarán a mis padres, sino a un abogado, como por ejemplo hace seis meses que sin querer choqué el auto de mi hermano en un supermercado, estuve dos días en una celda hasta que se apiadaron de mí y los chicos pagaron mi fianza. No fui a prisión más que dos días, pero tuve que hacer servicio comunitario en una zanja.

— ¿Por qué debo llevar esta cosa en mi cabeza? —hago referencia a la corona de flores que adornan mi cabello.

—Solo camina.

Soy casi arrastrada por todo el campus de la universidad por Jane, quien no deja de repetir que será una sorpresa que llevan planeando un par de meses. Cuando abro la boca con intenciones de replicar, la cierro de inmediato al observar a un Nick sumamente arreglando delante de nosotras.

— ¿Vas para una boda o qué? —me burlo de su aparecía pulcra.

— ¿No pudiste ponerte los tacones, Dylan Parker? —se queja, pero obtiene ni un ápice de atención de mi parte.

—Agradece que está usando el vestido —murmura Jane—. Toma esto, y sonríe. —posa en mis manos un ramo de flores.

Observo el ramo entre mis manos con desconcierto, si bien no logro objetar al respecto, ya que Nick entrelaza su brazo con el mío y me hace caminar un par de pasos.

La estupefacción se apodera de mí cuando una ligera melodía comienza a escucharse hasta tomar fuerza y las personas, que antes permanecían sentadas, se levantan. Sé que estamos en el campus, pero apenas lo parece con aquellas decoraciones y adornos florales. Logro percibir rostros conocidos entre el público mientras Nick tira de mí para obligarme a avanzar sobre el camino de flores. Veo a Seth entre los invitados y no dudo en sonreírle, él se graduó el año pasado, no lo había visto hace meses. También me percato de la presencia de Glenis y Gladis, junto a mis padres, Marissa y Clarissa sonriendo hacia mí, incluso a la rubia Catherine.

La sonrisa no se ha borrado de mi rostro, aquella sonrisa pronto se convierte en una carcajada al observar a quienes serían mis damas de honor en lo que parece ser una boda ilegal. O en este caso, mis damos de honor: Will, Ethan y Evan. La carcajada se vuelve más estruendosa al observar al ministro que ejecutará la supuesta boda: Daniel con un traje negro y un libro entre sus manos.