Capitulo 1

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Ingrid, intentaba cubrir los signos de desvelo que su rostro presentaba; de nuevo había soñado con aquella fatídica noche, así que, lavo su cara con movimientos firmes y algo toscos, intentando regresar un poco de color a sus mejillas -que estaban mas pálidas que un fantasma- y sobre todo, trataba de devolverle a su rostro, esa expresión tranquila que la caracterizaba desde hace muchos años; se coloco ella misma su vestido y se arreglo de una manera impecable con el mismo estilo recatado de siempre.

Habían pasado algunos días desde que el vizconde de Chester las acepto como invitadas en su residencia en Londres después de que pasaron por momentos muy difíciles y para colmo, el detective Epsson les acababa de informar que la salud del primo de sus ladies era estable, pero lamentablemente, su estado de conciencia se había afectado y que era muy probable que sufriera de problemas mentales, aunque el doctor también seguro que el conde seria más inofensivo que un cachorro.

Ingrid bajabo las escaleras con paso calmado, pero en el fondo, estaba preocupada por que ahora tendrían que hablar con el Emperador sobre lo que pasaría con el condado de Rosenau; eso la mantenía en un estado de estrés constante, ya que en todos estos años se mantuvo con un perfil bajo, oculta de los lugares concurridos y de la sociedad de Austria, quien fácilmente la hubiera reconocido por la estrecha relación de la nobleza Austriaca y Húngara; otra de sus ventajas era, el "ya no tener 18 años" y que su cabello se había aclarado bastante.

Para la desgracia de ella, el barón de Arlongford ya se encontraba en el comedor esperándola como siempre; no es que no le gustaran los gestos caballerosos, pero ese hombre lograba inquietarla y eso no era algo que quisiera permitirse después de todo lo que había vivido.

-Buenos días mi lord.- dijo aceptando la silla que él le ofrecía.

-Yo diría que mejor que buenos lady Briest.

-Me alegro que así lo piense. ¿donde se encuentran las señoritas Von Hallen? creí que ya estarían acompañándonos para el desayuno.

-Bueno madame, como se habrá enterado, mis amigos  Weilburg y  Chester llegan hoy a medio día y las señoritas Von Hallen quisieron ir al centro a recibirlos- dijo Huge, mientras le servia una taza de té a Ingrid. En estos días de convivencia, había descubierto que a ella le gustaba tomarlo por las mañanas con tan solo una pequeña cucharada de miel antes de comer algo.

-¡Que maravillosa idea!- Fingió agrado por la acción de ese par de tramposas, casi estaba segura de que lo habían hecho con alevosía y ventaja para que ella, se quedara a solas con el barón. - Gracias mi lord, justo como lo tomo, es usted muy atento.

-Mi lady, permítame decirle que hoy luce radiante y encantadora, y no tiene nada que agradecer, lo hago con mucho gusto, incluso he pensado en copiar su ritual de desayuno- Ingrid, casi se atraganto con el té.

-Disculpe, el té esta un poco caliente- Ingrid se abanicabo con una mano, intentando disipar el bochorno de sus mejillas.

-Tenga cuidado, aun que le diré que la bebida caliente, le a dado un adorable tono rosado a sus mejillas- Huge no podía dejar de contemplar el rostro de la dama, que intentaba desviar su atención hacia otro lado.

-Lord Arlongford, le agradezco los cumplidos, pero quisiera pedirle que ya no lo hiciera, no me gustaría que se mal interpretaran sus palabras, así que le agradecería que me tratara solo con cortesía.

-Lady Briest, me disculpo si la estoy incomodando, es solo que no puedo dejar de admirar su belleza, y no solo me refiero a la aparente, si no que también de su interior- Huge se acerco un poco a ella arrastrando su silla- Me tiene usted encantado, lady Ingrid ¿cree que fuera posible...?

-Por favor mi lord, creo que es una persona agradable y fácil de tratar, así que no haga que cambie mi perspectiva sobre usted. No le permito que me hable de ese modo, me halaga, pero ya es suficiente.- Ingrid se puso de pie frente a un anonadado Huge- con su permiso pediré el desayuno a mi habitación, que tenga un buen día Barón.

Y sin más, Huge vio como la mujer salía con paso decidido fuera del comedor. Se quedo mudo, no esperaba esa reacción, se sentía... estúpido y herido por su descarado modo de decirle que prefería desayunar sola que con el; ya ni siquiera tenia hambre por lo que mando decir a la cocina solo le trajeran café.

Ingrid subió prácticamente corriendo a su habitación, se sentía terrible por haber tratado de ese modo a lord Arlongford, no se lo merecía; la verdad es, que no le resultaba nada desagradable la sutil manera que tenia para elogiarla, con ese tono de voz tan suave y cálido y la manera tan encantadora en la que brillaban sus hermosos ojos mielacios. Demasiado encantador.

-Basta Alexandra, tu ya amaste a un hombre y fue a Orban;- se decía Ingrid mientras se sentaba en el tocador y se miraba en el espejo - Pero es tan atractivo.

-¿Quien es atractivo?- la voz de Emilia le saco un grito de susto.

-¡Por el amor de dios, no vuelvas a hacerme eso señorita!

-Pero si te avise que entraría- Emilia observo el modo en que Ingrid abanicaba sus mejillas- Ingrid... ¿con quien hablabas?, ¿por que te pusiste roja?...y  ¿quien es atractivo?

-Nadie y no hablaba con nadie; lo notorio aquí, es el hecho de que ninguna de las dos me aviso que saldrían al centro a buscar al duque y la vizconde.

-Bueno fue de improvisto- dijo con fingida inocencia Emilia- Ingrid ¿sabes a donde se dirigía lord Arlongford?, acaso ¿ya trajeron a Collin? o Polette estuvo de visita.

-No tengo idea de que hablas Emilia.

-Es que cuando veníamos entrando a la propiedad, Edmond y yo, vimos a el barón cabalgar como,ni siquiera nos saludo.

Ingrid se sintió aun peor, pues sabia de sobra el por que, pero no dejaría que esa jovencita la descubriera- A lo mejor y tenia cosas que hacer- un silencio incomodo se formo en el ambiente-  entonces... veo que el duque ya llego, creí que llegaba a las 12.

Emilia barría con la mirada a su amiga, su mirada le decía que algo había pasado entre ellos.

- Bueno, al parecer el barco cambio de ruta y eso les ahorro algunas horas de viaje, ¿así que no sabes que fue lo que le paso al barón?

-¡Que alegría que ya se encuentre el duque y el vizconde con nosotros! así por lo menos lord Weilburg sabrá mantener a raya a la impertinente hija del Márquez.

-Buen intento Ingrid, ami no me engañas, pero te dejare en paz solo por que tengo algo que decirte.

-¿Que es?

-Tenemos que volver a Austria en dos semanas, he recibido una nota del administrador, donde informa que hubo algunos inconvenientes con uno de los negocios en Vienna, a parte, el vizconde antes de partir, se encargo de escribir una carta donde informaba sobre lo sucedido con Collin; al parecer el administrador informo al Emperador y este nos ha mandado llamar a la corte para discutir los términos del titulo y las tierras de Rosenaun.

Ingrid palideció, cuando escucho las palabras "volver" y "mandado llamar". Su corazón comenzó a latir rápidamente. Jamas se había alterado de esa manera- o por lo menos, no durante los últimos años- la cabeza le daba vueltas y se sentía sofocada.

-Ingrid ¿que te pasa? -Emilia se apresuro hacia su amiga antes de que cayera en el suelo- Tranquila, no pasa nada... Ingrid mírame.

Pero ella seguía sin poder respirar. Emilia reconoció en sus ojos el mismo miedo que vio el día en que su padre la había llevado a su hogar- Escúchame querida, no pasara nada, nadie te vera, tu te quedaras en la casa  con los amigos de Weilburg. Tu no tienes que ir con nosotras.

-¿P-pero y si alguien decide ir?.

-Nadie ira, estamos a muchos kilómetros de distancia del palacio y a miles más de Hungría. Nadie preguntara por la institutriz alemana que vive con nosotras; así a sido desde hace años y así seguirá siendo.

-Oh Emilia, perdóname... mírame parezco una tonta.

-No lo eres Ingrid, eres nuestra mejor amiga, la madre que nos cuida; nosotras te seguiremos protegiendo.- Ingrid se dejo abrazar por Emilia, quien la miraba con ternura; parecía que habían invertido los lugares y ahora ella era la que necesitaba consuelo.

El Temple de la Princesa (2° Saga corazones traicionados) ULTIMOS CAPÍTULOS!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora