Ingrid estaba a medio tumbar en la cama, con la sabana en la cintura y abrazaba una almohada, mientras que Huge echaba más leña a la chimenea; estaba completamente desnudo frente a ella, y contrario a la vergüenza que creyó sentir, no podía pensar en otra cosa que no fuera lo magnifico que era.
Con su fuerte espalda y sus piernas fibrosas; el le habia contado, que desde niño le gusto el campo y que siempre ayudaba a su padre en las labores de la casa, por eso su complexión era musculosa y fuerte; también le contó que provenía de una familia adinerada pero sin sangre azul, hasta que un tío lejano falleció y le heredo su titulo de barón.
Le contó de como conoció al vizconde y al duque y algunas aventuras que vivieron juntos. Por más que Ingrid se negara a reconocerlo, sabia que estaba completamente perdida por ese hombre, tan jovial, varonil, amable y caballeroso.... ¡por dios, si que eres hermoso!
-Gracias madame, pero le aseguro que usted es más hermosa que yo- Huge sonrió al ver como se escondía debajo de la almohada y se encamino junto a ella.
Estaba tan,pero tan feliz por saber que ella pensaba en el, que se tumbo de un brinco a su lado y comenzó a besarle cada rincón de la espalda y los hombros de ella.
-Mi dulce dama ¿no piensas salir de tu escondite para que yo, pueda seguir deleitandome con tu tersa piel?
-¡No!.... definitivamente no- dijo con rotundidad Ingrid.
-¡Ah no! pues no me dejas de otra, más que empezar a besarte de los pies a la cabeza- Huge se arrastro hacia los pies de ella y comenzó a esparcir besos por sus tobillo hasta los muslos y su sinuosas caderas, donde, se detuvo al percatarse de que ella lo estaba observando detenidamente. - ¡Así que ahí estabas!
-Milord, es extremadamente enfadoso cuando quiere- Ingrid se incorporo y se inclino al frente para besarle en los labios.
Huge sonrió como un bobo cuando ella se aparto y se deslizo debajo de el para comenzar a acariciarlo.
-¿Por que tiene que ser tan guapo? y sobre todo, ¿por que tiene que ser tan arrebatador?
-Pues... es fácil de responder sus preguntas madame- dijo mientras se acomodaba entre sus piernas.
-¡Así!... responda entonces milord- dijo con voz seductora.
-Pues soy así, para poder encandilarte y poseer tu cuerpo cuantas veces quiera........¡Auch! eso dolió.
-Se lo merece por ser tan vanidoso y egolatra.....¿Que hace, déjeme salir?
-No no no madame, el pellizco que me dio a herido mi vanidad, así que, ahora me vengare de usted- y sin mas preámbulo Huge se hundio en su blanda carne, sacando un grito ronco de ella.
Así bonita... ven ami.
-Huge... por favor... vas a matarme.
-Ah... si, así... besame Ingrid... tócame.... por favor tócame.
-Huge...
Ingrid se aferro de sus hombros mientras que era embestida por el; se besaban apasionadamente y se dedicaban miradas descaradas y cargadas de deseo... una vez más estaba apunto de tocar el cielo, y así fue....
Ambos cayeron rendidos, por tercera vez en la cama, con la respiración entrecortada, sudorosos y con la satisfacción pintada en el rostro. Huge la abrazo y se acurruco con ella.
-Podría quedarme así por toda la eternidad- dijo el- no quiero abandonar nunca tu lecho.
Ingrid soltó una risilla. Ambos estaban por caer dormidos cuando las ultimas palabras del barón, sacaron una mueca amarga en la mujer, que no pudo pegar el ojo en lo que resto de la noche..
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El Temple de la Princesa (2° Saga corazones traicionados) ULTIMOS CAPÍTULOS!!!
Исторические романыAlexandra Aneska Kovács Göröcs había conseguido una nueva familia cuando el conde de Rosenau la rescato de morir de hipotermia cerca de la frontera con Hungría, su país natal. Rápidamente se encariño con las dos jóvenes hijas del conde, que habían q...