Habían pasado dos meses desde que el barón de Arlongford y sus amigos se habían marchado, 65 días para ser exactos, y en esos 65 días la dama de compañía de la condesa y la futura duquesa de Weilburg no podía estar más confundida; y ¡como no estarlo! si había decidió enfrentar al hombre y decirle que se olvidara de ella, pero claramente había fracasado, por que en esos 65 días, lady Briest había recibido 65 hermosos y perfectos ramos de las más bellas flores, y cada uno acompañado por una igual y perfecta nota de amor.
-¡Oh Ingrid! ¡por dios santo, mira estas flores! ¡son hermosas!- Ingrid esquivo la sonrisa cómplice de Emilia.
-Es verdad- dijo sin ganas Corinna.
-Jamas había visto tanta emoción en ti hermana- dijo Emilia con sarcasmo.
-No me molestes, por que no vas a revisar una vez más el buzón para ver si te llego otra empalagosa carta de "tu duquesito".
-Lo vez Ingrid, ha actuado así desde que Liam se fue.
-No es correctos que te dirijas a el por su nombre de píla Emilia, las señoritas decentes no hacen eso.
-Pero es mi amigo, ademas que de malo tiene.
-Es fastidiante- dijo Corinna dando un ultimo vistazo al ramo de flores que adornaba el vestíbulo.
-Por que no mejor nos dices ¿que es lo que sucede querida?, me preocupa tu actitud últimamente - dijo Ingrid con una voz maternal.
-No tengo nada- dijo la joven y empezó a gritar- ¡Herr Nico....Harriet... alguien que me traiga mi silla de ruedas por el amor de dios!
-Pense que ya no la usarías, ya casi no se nota tu...
-¡Que? mi cojera... ¿eso es lo que ibas a decir?... ¿que tu hermana ya no luce como un invalida?.... pues te tengo noticias querida... si SOY una invalida y estoy harta de esta estúpida prótesis, ya no voy a fingir ser alguien que no soy, y si me permiten me voy a mi nueva recamara.... una donde una invalida si pueda acceder sola.
-Corinna espera por favor... por que no me dices que es lo que te pasa... hermana- Ingrid frunció el ceño al ver a ambas hermanas alejándose, una enfadada y otra preocupada.
-¿Que te pasa querida niña?-se pregunto a si misma Ingrid.
-EL corazón roto ... difícil padecimiento para tratar.
-¡Por dios santo, herr Nico! que susto me dio.
-Lo lamento mi lady.
-Herr Nico ¿tiene alguna idea de que es lo que le pueda pasar a la condesa?
-¿A mi querida Corinna? ¿que no es obvio?- el hombre contemplo incrédulo a la dama y al ver que no tenia idea soltó un suspiro de frustración- Mi querida lady Briest, ¿como puede no darse cuenta de que la joven condesa esta enamorada hasta el tuétano de el guapo vizconde de Chester? o más bien ¿Como puede no saber lo que la condesa intento hacer con el caballero?
-Herr Nico, sea más claro por favor.
-Bueno digamos que ella intento hacer con el vizconde lo contrario de lo que usted quiso con el barón.
Ingrid se sonrojo por el comentario,pero repentinamente comprendió lo que el mayordomo le decía, y sin más, soltó un quejido de asombro.
-¿Quieres decir que ella? ¡Oh dios mio, mi pobre Corinna!
-Terrible suceso, pero se repondrá, ahora dígame mi lady, ¿llevo las flores a su recama, junto con las de ayer?
-Creo que sabe la respuesta herr Nico.
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El Temple de la Princesa (2° Saga corazones traicionados) ULTIMOS CAPÍTULOS!!!
Исторические романыAlexandra Aneska Kovács Göröcs había conseguido una nueva familia cuando el conde de Rosenau la rescato de morir de hipotermia cerca de la frontera con Hungría, su país natal. Rápidamente se encariño con las dos jóvenes hijas del conde, que habían q...