Capitulo 33

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Miklos estaba que ardía en rabia, y aguardaba con ansias el momento en que los traidores salieran de su escondite para rescatar a la coja. Apunto estuvo de hacer llamar a Goddor cuando recordó que el mismo lo habia asesinado por inepto, de hecho sus hombres de confianza cada vez eran menos, los hermanos Holstein  fueron los primeros es defraudarlo y también los liquido; ahora solo le quedaban un puñado de soldados jóvenes que más bien le tenían terror en lugar de respeto.

Mientras se recostaba en su cama, Bosckai se preguntaba por que siempre se tenia que complicar todo ¿por que no podía tener su final feliz? o ¿que es lo que hizo para merecer este calvario?, el solo quería triunfar en la vida, ser importante, respetado y feliz con la mujer que siempre amo, su querida princesa ¿acaso era muy difícil de comprender? 

Tantos años construyendo su destino, sacrificando todo para no terminal igual que su padre, un tonto granjero conformista y su madre, una ilusa doncella de la archiduquesa Sophia. No, claro que no, el siempre supo que su vida era entre los nobles; por eso se unió al ejercito del imperio y soporto duras guerras entre el fango y la pestilencia, y ninguna estúpida princesa le arrancaría todo lo que había conseguido.

-Alexandra Aneska Kovács Göröcs  seras mía y el imperio también lo sera, cueste lo que cueste- se decía a si mismo el general en el instante en que la puerta de su habitación se abría dejando ver a un joven soldado.

-Mi lord, ya todo esta listo, se ha confirmado la entrega de la nota y la condesa ya esta donde lo pidió.

-Excelente, excelente... ¿mi caballo?

-Ensillado en la entrada oeste, mi lord.

-Bueno, entonces ¿que estamos esperando? ¡vamos, vamos! que me urge terminar con todo esto.

El soldado espero a que su señor saliera primero para después caminar tras de el. Avanzaban por el largo pasillo hasta las escaleras -las cuales bajaron de dos en dos escalones- y justo como dijo, en la entrada se encontraba el enorme semental negro del conde y una gran escolta .

-Muy bien caballeros, hoy es el día en que yo Miklos Bosckai su conde regente y  general,  por supuesto con su ayuda y su leal servicio al imperio, terminaremos con esos malditos rebeldes  conspiradores que han osado atentar una vez mas contra todo lo que hemos defendido con sangre y lagrimas.- los soldados gritaron  "si" a la par-  Hace 12 años una tragedia tuvo lugar aquí en este castillo, nuestros amados señores  Göröcs fueron terriblemente asesinados por los enemigos del imperio, y bañaron con su sangre las pacificas tierras de Somogy. La herida aun no a sanado y la esperanza se creyó perdida; pero dios, a escuchado nuestras suplicas y nos ha dado una nueva luz para iluminarnos, el regreso de nuestra amada princesa Alexandra, quien esta secuestrada por esos malditos. Así que les suplico que peleen como si la vida se les fuera en ello y que defiendan con honor y amor a su señora, no se dejen engañar, el diablo también viste de cordero y sabe envenenar las mentes débiles con mentiras. Recuerden que son soldados del gloriosos imperio de Astro-Húngaro. Yo , en el nombre del emperador, volveré a comandarlos hasta la gloria y al fin la paz volverá a nuestro hogar.

Las palabras de Miklos ocasionaron sentimientos encontrados entre los soldados, pues pocos eran los testigos de aquel fatídico día, que seguían inseguros de lo que había pasado, pero al fin y al cabo eran soldados del imperio y mientras que el emperador dejara a el general al mando, era su deber ser obedientes. Para los mas jóvenes, Miklos era una héroe y un hombre de temer, pues no objetaban a su tiranía y la justificaban a pesar del miedo que lograba provocar en ellos. Y fue así que con fe ciega siguieron al pie de la letra las ordenes que se les fueron dadas, sin importar el sufrimiento de sus compatriotas y de esa pobre condesa.

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Todo era desesperación, nadie se hubiera imaginado que la princesa estuviera una vez mas en peligro de muerte. No había nada que hacer, dios había elegido el camino a seguir, un camino lleno de traición, dolor y sufrimiento, Húge estaba devastado, le dolió en el alma dejar a Ingrid marcharse sola con Augusto, gracias a dios la hemorragia había parado , pero aun nada estaba escrito, no se sabría si la criatura siguiera viva o si la vida de su amada estuviera fuera de peligro, pero el barón se aferraba con uñas y dientes a una pequeña esperanza. 

Ahora era momento de terminar con esto de una vez por todas, debía cumplir con sus promesas sin importar que perdiera la vida en ello, se lo debía a Oszkár, a su amada, a sus queridas amigas sus amigos del alma a todos y cada uno de los hombres y mujeres que se jugaban la vida por su misma causa. Pondría toda su confianza en ese hombre de apariencia temible y de carácter duro que cabalgaba a su lado, el único que parecía pensar con la cabeza fría y que le había asegurado que todo estaría bien. Su gran amigo el duque de hielo.

No hacia mas de una hora que el hijo de Fedor, su ahora, único hijo, les hubo informado que Miklos había colgado en una pequeña jaula a lady Corinna en el desfiladero de un barranco por las montañas del este, una trampa sin duda alguna, pero que mas se podía hacer. Su amigo Liam se había vuelto loco cuando se entero, lo que lo hizo pensar ¿cuanto tiempo habría negado sus sentimientos hacia esa dama?, pues de algo estaba seguro, su libertino amigo estaba enamorando hasta el tuétano de esa hermosa y delicada flor silvestre.

La voz de Nikola interrumpió sus pensamientos.

-Bien caballeros, quiero que sepan que sera un honor luchar a su lado, y una bendición morir por esta causa que durante mas de 10 años he defendido con la misma devoción que todos ustedes.

-Nadie va a morir Nikola- dijo Huge.

-Caballero, de mi muerte es de lo único que estoy seguro esta noche, no poseo su rebosante juventud pero si el mismo espíritu que lo impulso a usted y a sus amigos a viajar a tierras lejanas, y con mucho pesar he de admitir que ustedes los ingleses no son los pomposos y estirados caballeros que creí.- una ligera sonrisa se colo por el rostro de todos los presentes- tienen mis respetos.

-Y ustedes el nuestro- hablo el duque - se muy bien que la muerte nos asecha, pero también se que dios estará de nuestro lado.

-Así sera, saldremos victoriosos y se hará justicia por todos los caídos- hablo Fedor.

-Ya saben lo que tienen que hacer, que dios se apiade de nuestras almas y nos permita triunfar.- Hablo el barón- ¡Por la princesa Alexandra y el príncipe Oszkár!

-¡Por la princesa y el príncipe!

-¡Duque, Duque! tenia razón... el ejercito de Miklos esta disperso a 50 metros de barranco, y otros 10 soldados vigilan a la condesa- decía un joven que recién llegaba de espiar al enemigo.

-¿Estas seguro de esto Edmond?, estamos en desventaja.

-Mi querido amigo, desperdicie toda mi juventud  intentando siempre ir un paso adelante de quienes creía mis enemigos, que te puedo jurar por mi vida misma que mi plan no tiene margen de error. Conozco demasiado al diablo como para saber que es lo que lo mueve.

-A veces me das miedo ¿lo sabes?- le susurro Huge a su amigo.

-Siempre lo he sabido...

-¡Emboscada! ¡No atacan!





El Temple de la Princesa (2° Saga corazones traicionados) ULTIMOS CAPÍTULOS!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora