Capitulo 37

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Después de la ejecución de Miklos, tanto ellos como el emperador y su gente, permanecieron dos semanas más en el castillo esperando que Ingrid estuviera más recuperada de su delicado estado de salud, todo con la finalidad de retomar el camino a Vienna para enfrentar a la corte y poder echar a andar el plan que el duque de Weilburg había trazado.

-Estas lista amor, los carruajes ya están listos. Solo faltamos nosotros y el emperador.

 Huge contemplo como su querida Ingrid miraba cada rincón de la habitación con nostalgia y tristeza. Podía imaginar lo que estaba sintiendo al estar en el lugar, que, alguna vez, fue el hogar de ella y toda su familia, al igual que el temor al tener que enfrentar el destino que su tio el emperador le había mandado.

- ¿Amor?

Ingrid volvió la mirada hacia el vizconde  y le sonrió ligeramente mientras le extendía el brazo para que le ayudara a caminar. Aun que el medico hubiera preferido que estuviera un mes de reposo, no seria posible, por que, era de vital importancia que ella se presentara a la brevedad en la corte. 

-Lo siento es que hay tantos recuerdos, yo...

-Lo se amor mio, pero sin importar lo que pase, yo me quedare a tu lado.- Ingrid miro enternecida a Huge y le beso los labios con dulzura.

-Ya es hora.

Mientras avanzaban hacia la entrada donde los aguardaba el carruaje, la princesa se despedía de todos los momento que vivió en ese castillo, sin percatarse de que en la entrada todas y cada una de las personas que le habían ayudado en el pasado y ahora, le esperaban con sombreros en mano y pañuelos para poder despedirse de ella. y del otro lado se encontraban el Augusto, lord Edmond y lord Liam. Fedor se acerco a ella y se arrodillo.

-Majestad...

-Por favor, levántese. Soy yo la que debe inclinarse a ustedes. Les debo tanto que la vida no me alcanzaría para pagarles lo que hicieron por mi. en mi corazón y en mis oraciones siempre estarán todos sus seres queridos que se sacrificaron por mi persona y por mi hijo. yo..

-Mi lady... solo dios sabe cuantas veces pedimos por usted y por el príncipe. Y aun que el corazón duele, el alma esta tranquila por que nuestra lealtad siempre sera para la casa Gorocs. Que dios la bendiga y que cuide su camino.

Presa de las emociones, Ingrid se abalanzo hacia el hombre y lo abrazo fuertemente, beso su frente antes partir. Mientras se alejaban del castillo Ingrid derramo todas las lagrimas que creyó ya no tener, pues sabia que jamas volvería al lugar donde sus seres queridos descansaban al fin en paz.

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-¡Es imperdonable! ¡Una aberración!

-¡Esto parece un circo!, ¿como pudo ser posible todo esto?

El príncipe Augusto tenia los nervios crispados con cada reclamo que los miembros de la corte de Austria y los nobles húngaros gritaban mientras Leopoldo no hacia mas que aguantar con paciencia el revuelo en que se había convertido la sesión.

-¡Orden en la sala! ¡orden! ¡ como se atreven a dirigirse de este modo hacia nuestro emperador. ¡Que no se les olvide, que su majestad,  sigue mandando en todo el imperio y que es su palabra la que manda y ordena, conde Hervlopovich!

-Por supuesto que no se nos olvida, pero que tampoco se le olvide que hay un código que el mismo redacto ¡y que no cumplió al ejecutar a un noble de tan importante rango como lo era el conde Bosckai!

Edmond y Liam no podían creer la poca vergüenza que tenían los nobles húngaros al faltar le tan descaradamente al respeto de su gobernante. Sin duda es la prueba perfecta de la terrible relación que había entre ambos países. La pobre Ingrid se encontraba en medio de tan acalorada discusión, pues ella y Huge habían sido llamados para valorar la caótica situación que se discutía en la corte.

-¿A caso este hombre y esta mujer no merecen el mismo destino que el conde Bosckai, por el fraude y la vergüenza que ocasionaron por sus intrigas? ¡Exigimos justicia para todo el pueblo de Hungría!  y que esta usurpadora y este extranjero paguen con sus vidas!

Huge sujeto la mano de Ingrid tratando de infundirle valor, pero la situación era complicada y hacia necesario un solo mal comentario para que sus vidas estuvieran en riesgo. Entonces la voz del Emperador se alzo potente en la cámara y todos callaron.

-Bosckai era noble por que yo así lo dispuse, se les olvida que era hijo de granjeros y un soldado sin título alguno, más que los que obtuvo en la milicia. De no ser por Barón de Arlongford la verdad sobre Miklos Bosckai jamas se hubiera revelado. Es increíble que intenten defender lo indefendible; Exigen satisfacción para el pueblo de Hungría por la muerte de ese cerdo, ¡aun  cuando sus Archiduques y sus príncipes fueron masacrados por sus maquinaciones!

Ya he dictado mis ordenes al respecto de este hombre y esta mujer ¡Y se ha de cumplir, les guste o no! Así que Lord Arlongford lady Briest, quedan exonerados de cualquier cargo sobre ustedes. Son tan victimas de las maquinaciones de Bosckai como lo fuimos todos, y aun que su parecido es increíble, nunca sera mi sobrina.

Debemos aceptar que la princesa Alexandra murió junto al príncipe Orban hace 12 años, y aun que me han faltado al respeto a la memoria de mi querido hermano y su familia se han reivindicado pesar de las mentiras. Aun así, tendrán prohibida la entrada a cualquier parte que conforme mi imperio en un plazo de 10 años y tendrán máximo dos meses para abandonar Austria por consideración  y por el afecto que la condesa de Rosenau le tiene. Es mi ultima palabra.


En cuanto el Emperador salio del lugar el revuelo comenzó, pero no importo en lo absoluto para la pareja que se abrazaba feliz al saber que nuevos vientos soplaban a su favor, y a pesar de que muchos de los presentes aprovecharan la situación para fines políticos, su tío se había asegurado de que todos creyeran que ella en verdad era la hija de un conde alemán y que fungió como institutriz y después dama de compañía para las hijas del conde mas respetado de Austria.

A la semana, ¡al fin llegaban a Steinach donde Emilia, herr Nico y Frau Helga los esperaban en la entrada junto con el pequeño Oszkár que se soltó de su agarre en cuanto vio a su madre bajar del carruaje.

-¡Mamá! 

-Oszkár...¡Oszkár!

Ingrid atrapo a su hijo entre sus brazos y lloro... lloro de alegría por que tendría la dicha de verlo crecer y saber que jamas lo volvería  a perder.

-Pense que jamas volverías mamá... Yo fui valiente, pero temí por ti.

-Mi querido hijo, mi amor mi vida entera lucharía para volver contigo. ya nadie nos va a separar. Nunca nadie volverá a alejarnos.

-Querida niña... ¡mi lady! que alegría... ¡que maravillosa alegría!

-Herr Nico, Frau Helga... ¡crei que los perderia! ¡gracias dios mio!

Entonces el niño se soltó de su madre al ver al hombre detrás de ella y lo abrazo, sin que nadie mas se percatara, pues los reencuentros eran tan efusivos entre los duques, después entre hermanas y amigos.

-Usted lo cumplió.... Trajo a mi madre de vuelta.- Huge se arrodillo frente al niño y le correspondió el abrazo, entonces ambos cruzaron miradas y un lazo invisible los unió, y Huge supo que ese niño, se le clavaría en el corazón del mismo modo que su madre y seria tan fuerte, como la fortaleza de la criatura que crecía en el vientre de la mujer a quien seguiría hasta el fin del mundo una y otra vez.

Fin...




El Temple de la Princesa (2° Saga corazones traicionados) ULTIMOS CAPÍTULOS!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora