Capitulo 25

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Ingrid se había dejado caer al suelo de rodillas y sus ojos expresaban el tremendo impacto que se había llevado, tenia su mirada dirigida al hombre frente a ella pero no lo veía. Holstein se acerco a ella y le quito la soga que sujetaba sus manos en la espalda, al igual que la de sus pies y la mordaza, mientras seguía arrodillada; lo mismo hizo su hermano con el niño, solo que a él, lo volvió a sujetar pero ahora con las manos al frente y aun amordazado.

-Que madre tan poco expresiva.

-Señor Egorov... es verd... dios mio.- susurro la princesa.

-Creo que usted y yo sabemos que ese nos es mi nombre Alexandra, y si, es verdad. Este jovencito es su hijo, sus queridos von Hallen, solo jugaron con usted desde el inicio- Holstein se encamino a Oszkár y sujeto su cara con fuerza, para que ella lo enfocara- Solo mierelo bien alteza, ¿no le recuerda a alguien?

Ingrid miro por primera vez, desde que bajaron del carruaje, los verdosos ojos que la veían entre lagrimas. Su cabello castaño y rizado, las delineadas cejas y esa nariz regia, pero la mirada... esa mirada tan expresiva, tan profunda y enigmática que tanto recordaba en su mente.

-No es posible... yo... no, no puede ser.

 Holstein con una sonrisa perversa desato la mordaza del niño y con un chasquido de dedos, ordeno a uno de los hombres del general, traer la maleta de Dominika y la bolsa del niño. Saco una larga hoja y comenzó a leerla en voz alta.

-Certificado de nacimiento, encargado, doctor Joseph Wizz. Dice... niño único sano y de buen peso... bla bal bla... aquí esta! ¿dígame princesa, no es esta su firma?

Ingrid sujeto el pape que le aventaron en la cara y con el corazón en la garganta leyó la parte donde decía madre, en efecto, era su nombre y su firma; después la parte donde decía testigo donde el nombre del padre de Emilia y Corinna estaba escrito junto a su firma. Holstein le arrebato el papel y dio la orden para que dejaran al niño acercarse a ella.

Oszkár no dudo en correr hacia su madre, pero esta aun seguía en shock.

-¿Mamá?... mamita... mírame!, se que no me conoces pero yo a ti si, yo se todo de ti y de papá también- pero el niño no lograba sacar de su estupor a su progenitora, entonces se acerco a su oído y le susurro-  por favor mamá, reacciona, debemos escapar o nos mataran como a la tía Dominika.

Esa ultimas palabras, hicieron a Ingrid despertar de su trance y con indecisión rodeo su pequeño cuerpo con sus brazos y lo estrecho con fuerza, aun no era totalmente consciente de lo que pasaba y ocultando su mirada en los rizos del pequeño, observo los alrededores y a los hombres que la custodiaban, solo eran cinco, y solo Egorov los miraba con recelo. Observo por ultima vez la espesura del bosque a su alrededor y abrazo con mas fuerza al niño.

Oszkár habia añorado tanto ese momento, lo habia imaginado cientos de veces y al fin estaba entre sus brazos. Era mil veces mejor de lo que lo habia soñado, pero su pequeña burbuja de felicidad, se rompió rápidamente.

-Detrás de ti, hay tres hombres, cuando te diga, correrás con todas tus fuerzas hacia el bosque y te ocultaras hasta que vaya por ti.

-¿Que?

-Corre.... corre!

Entonces el caos se desato. Los gritos comenzaron a resonar en sus jóvenes oídos, y solo la voz de su madre se distinguía entre todos; le decía que corriera, que no se detuviera, y así lo hizo. Oszkár corrió con todas sus fuerza y esquivo a dos de los hombres que los habían capturado, se interno en la espesura del bosque y se escondió en un árbol hueco mientras que con los dientes, mordía la soga para liberar sus manos.

El Temple de la Princesa (2° Saga corazones traicionados) ULTIMOS CAPÍTULOS!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora