Capitulo 4

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Durante todo el resto del viaje, el barón de Arlongford no volvió a insinuarse a Ingrid ni una sola vez, era educado y la saludaba del mismo modo que a Emilia o Corinna; tenia algunas atenciones con ella , pero solo las que el código de etiqueta marcaban, y para Ingrid,  fue muy frustrarte; por otro lado el Duque era exactamente el mismo, no hubo ningún cambio entre ellos, más que la sensación de confianza que había nacido; por otro lado esquivaba las preguntas incomodas que le hacían sus pupilas después de que el duque la acompaño esa noche a su camarote.

Gracias a dios, viajaban en carruajes separados lo que la ayudo a calmar sus nervios mientras atravesaban Steinach, rumbo a la residencia Von Hallen.

-Ingrid ¿tus nervios ya están más calmados? o ¿sigues teniendo esa sensación extraña?- pregunto Corinna.

-Si Ingrid, jamas te habíamos visto tan seria y pensativa- Emilia poso su mano en la de ella- ¿es por que el barón nos acompaña?

-Podrían por favor parar con eso, no hacen más que mencionar al hombre cada 2 minutos; ¿por que son tan insistentes?

-Por que queremos verte feliz, eres joven aun y un ser maravilloso, pero ya deberías dejar el pasado atrás; mira lo que le acarreo a mi Edmond el vivir en el... perdió a toda su familia.

-Si Ingrid, sabemos que tu marido siempre vivirá en tu corazón, pero ¿no crees que a el le gustaría verte feliz, en lugar de llorar por el?- dijo Corinna con anhelo- míranos a nosotras, también perdimos a nuestra familia, sufrimos mucho de la mano de Collin y aun así, ya no hay rencor en nuestros corazones, el recibió el castigo que se merecía de la mano de dios.

-Entonces, el hecho de que lo hayan enviado al otro lado del condado ¿no significa nada?

-Bueno querida, no hay necesidad de tenerlo bajo el mismo techo es... ser practico, no lo compares con el odio- dijo Emilia guiñándole un ojo.

El carruaje se detuvo y el cochero les indico que ya habían llegado: una a una bajaron para contemplar la cara de estupefacción de los 3 caballeros que las acompañaban.

-Lady Emilia, ¿en verdad ustedes viven aquí?- Pregunto Huge asombrado- pero si parece el palacio de Kent.

-Es un hermoso lugar mis ladies- dijo Liam observando cada detalle de la estructura frente a el. Era una Mansión enorme, por lo menos tendría unas 30 habitaciones y los jardines eran muy extensos.

- Y yo que creí que eras una gitana o alguna moza- dijo en broma Edmond mientras alcanzaba la cintura de Emilia; quien le dio un buen golpe con su abanico- ¡auch! era una broma querida.

-Pues ahora puedes arrepentirte y pedirme perdón por llamarme ladrona- todos rieron por el comentario incluso el barón, que al parecer, había recuperado su buen humor.

-En verdad es muy hermoso, espero que pueda darme un detallado recorrido por toda la propiedad lady Corinna- la joven se puso tan roja como un tomate.

-Claro Liam, mi hermana estará encantada, ella cultivo las flores lilas que adornan los escalones- Emilia empujo ligeramente a su hermana junto al vizconde, ocasionando que las correas de su prótesis se aflojaran y su bastón se atorara en el pasto haciéndola terminar entre los brazos de ese guapo caballero.

-Vi lo que hiciste coquine- le susurro Edmond en el odio a Emilia.

-Y espera a ver lo que haré con Ingrid y el barón- le regreso igual en susurro.

-Discutiremos en otro momento esa situación querida- Edmond beso su mano- ahora por que no mejor entramos, la verdad muero de hambre.

-Excelente idea milord- dijo Ingrid que se sentía incomoda por la indiferencia de Arlongford hacia su persona- me adelantare, no creo que Helga recordara que llegábamos hoy.

El Temple de la Princesa (2° Saga corazones traicionados) ULTIMOS CAPÍTULOS!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora