Durante todo el resto del viaje, el barón de Arlongford no volvió a insinuarse a Ingrid ni una sola vez, era educado y la saludaba del mismo modo que a Emilia o Corinna; tenia algunas atenciones con ella , pero solo las que el código de etiqueta marcaban, y para Ingrid, fue muy frustrarte; por otro lado el Duque era exactamente el mismo, no hubo ningún cambio entre ellos, más que la sensación de confianza que había nacido; por otro lado esquivaba las preguntas incomodas que le hacían sus pupilas después de que el duque la acompaño esa noche a su camarote.
Gracias a dios, viajaban en carruajes separados lo que la ayudo a calmar sus nervios mientras atravesaban Steinach, rumbo a la residencia Von Hallen.
-Ingrid ¿tus nervios ya están más calmados? o ¿sigues teniendo esa sensación extraña?- pregunto Corinna.
-Si Ingrid, jamas te habíamos visto tan seria y pensativa- Emilia poso su mano en la de ella- ¿es por que el barón nos acompaña?
-Podrían por favor parar con eso, no hacen más que mencionar al hombre cada 2 minutos; ¿por que son tan insistentes?
-Por que queremos verte feliz, eres joven aun y un ser maravilloso, pero ya deberías dejar el pasado atrás; mira lo que le acarreo a mi Edmond el vivir en el... perdió a toda su familia.
-Si Ingrid, sabemos que tu marido siempre vivirá en tu corazón, pero ¿no crees que a el le gustaría verte feliz, en lugar de llorar por el?- dijo Corinna con anhelo- míranos a nosotras, también perdimos a nuestra familia, sufrimos mucho de la mano de Collin y aun así, ya no hay rencor en nuestros corazones, el recibió el castigo que se merecía de la mano de dios.
-Entonces, el hecho de que lo hayan enviado al otro lado del condado ¿no significa nada?
-Bueno querida, no hay necesidad de tenerlo bajo el mismo techo es... ser practico, no lo compares con el odio- dijo Emilia guiñándole un ojo.
El carruaje se detuvo y el cochero les indico que ya habían llegado: una a una bajaron para contemplar la cara de estupefacción de los 3 caballeros que las acompañaban.
-Lady Emilia, ¿en verdad ustedes viven aquí?- Pregunto Huge asombrado- pero si parece el palacio de Kent.
-Es un hermoso lugar mis ladies- dijo Liam observando cada detalle de la estructura frente a el. Era una Mansión enorme, por lo menos tendría unas 30 habitaciones y los jardines eran muy extensos.
- Y yo que creí que eras una gitana o alguna moza- dijo en broma Edmond mientras alcanzaba la cintura de Emilia; quien le dio un buen golpe con su abanico- ¡auch! era una broma querida.
-Pues ahora puedes arrepentirte y pedirme perdón por llamarme ladrona- todos rieron por el comentario incluso el barón, que al parecer, había recuperado su buen humor.
-En verdad es muy hermoso, espero que pueda darme un detallado recorrido por toda la propiedad lady Corinna- la joven se puso tan roja como un tomate.
-Claro Liam, mi hermana estará encantada, ella cultivo las flores lilas que adornan los escalones- Emilia empujo ligeramente a su hermana junto al vizconde, ocasionando que las correas de su prótesis se aflojaran y su bastón se atorara en el pasto haciéndola terminar entre los brazos de ese guapo caballero.
-Vi lo que hiciste coquine- le susurro Edmond en el odio a Emilia.
-Y espera a ver lo que haré con Ingrid y el barón- le regreso igual en susurro.
-Discutiremos en otro momento esa situación querida- Edmond beso su mano- ahora por que no mejor entramos, la verdad muero de hambre.
-Excelente idea milord- dijo Ingrid que se sentía incomoda por la indiferencia de Arlongford hacia su persona- me adelantare, no creo que Helga recordara que llegábamos hoy.
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El Temple de la Princesa (2° Saga corazones traicionados) ULTIMOS CAPÍTULOS!!!
HistoryczneAlexandra Aneska Kovács Göröcs había conseguido una nueva familia cuando el conde de Rosenau la rescato de morir de hipotermia cerca de la frontera con Hungría, su país natal. Rápidamente se encariño con las dos jóvenes hijas del conde, que habían q...