Capitulo 31

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Miklos estaba en su despacho, bebiendo todas las botellas de ron. Meditando si en verdad todo esto valía la pena... si todos los años en los que se arrastro frente a Leopoldo y Eszau le rendirían frutos. Sonrió con amargura y recordó todas las veces en que le humillaron y denigraron y eso fue suficiente para saber que SI, todo valía la pena, y cuando también se deshaga de Leopoldo, todos deberán rendir respeto y su linaje llenara al imperio de historia y sera el más importante emperador de todos los tiempos.

La puerta de su despacho se abrió súbitamente y un agitado Goddor entro corriendo sujetando un papel en las manos.

-Mi señor, terribles, terribles noticias.

-De que hablas Goddor, no estoy de humor para escucharte.

-Mi señor, esto es delicado, nuestro informante en Viena a escrito... al parecer...

-Al parecer¿que?

-Dice que un ingles se presento en la corte sin ser anunciado o invitado y pidió una audiencia privada con el emperador.

-Y eso a mi que...

-El informante escribe que... q-que usted... él le dijo.... ¡todo mi señor, todo lo que hizo!

-¡¿Que?!

-¡El emperador no le creyó y lo mando ejecutar! pero Augusto de Baviera estaba presente e intervino por el, y le sugirió un trato al emperador. Ahora el emperador va a solicitar su presencia en la corte Austriaca 3 días después de la llegada de su carta.

-¡Maldita sea!

-Eso no es todo mi señor... él cree que Augusto y el ingles partieron hasta acá, saben que usted no puede negarse a ir y que tal vez aprovechen su ausencia para ...

Un guardia entro del mismo modo que lo habia hecho Goddor al lugar.

-Conde, encontraron a 5 guardias fronterizos atados y amordazados a las afueras del pueblo, dicen que escoltaban a una caravana de extranjeros que se dirijan aquí, supuesta mente enviados por el marques de Mayne. No estaban registrados.

Miklos y Goddor intercambiaron miradas antes de que el General arremetiera contra su escritorio, tirando todo sobre el y soltando un grito de furia.

-Tráiganmela....¡Tráiganmela ahora!

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Tal y como lo habia previsto, la princesa  observaba a través de la ventana el movimiento de los guardias por todos lados. Grupos y grupos de ellos salían de los terrenos del castillo para buscar a Corinna, y es que Miklos no solo quería evitar que huyera, sino que también, evitar que algo le pasara. Se volvió loco cuando supo de la relación de los Von Hallen con su tío Leopoldo. Tan grande fue su desquicio, que no le importaron las palabras del doctor y la habia golpeado en el rostro abriendo de nuevo su labio partido y provocandole una corte en la mejilla con el enorme anillo de oro que siempre usaba.

Claro que Miklos se arrepintió después al ver sus puños manchados, pues la levanto del piso y la deposito  con sutileza en la cama para que el medico la revisara.

-Alexandra... yo... mira lo que me hiciste hacer...  he arruinado tu rostro.

-¡Oh princesa! es un salvaje...  muévase, debo revisar al bebe. Le dije que su estado era delicado,si le sobreviene un aborto perderá la vida...-Le habia espetado el medico con valentía.

 Entre las olas de dolor, Alexandra habia creído que Miklos lo mataría por haberle hablado de ese modo, pero por primera  vez desde que lo conoció, vio miedo en su rostro, miedo y arrepentimiento. Cuando el medico se habia ido, Miklos habia entrado, pero ella  habia fingido estar dormida- Las palabras que le dedico le causaron  un escalofrío de horror en todo su cuerpo...

El Temple de la Princesa (2° Saga corazones traicionados) ULTIMOS CAPÍTULOS!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora