—Entonces estoy en un dilema de lo que quiero y no puedo con él—comentó Nina acostada en su cama—. Sólo quiero hablar con él, escuchar su voz—susurró—. ¿Crees que eso está bien?
—Suena como si estuvieras enamorada—le respondió su mejor amigo—, me pasó eso con Bianca. Incluso empecé yo a ser el que comenzaba las conversaciones, ahora ninguna las termina—suspiró el moreno.
—Pero no me siento enamorada—dijo, tomó una de sus almohadas y se la llevó a la cara para dar un suspiro de frustración—. Esto es tan difícil. Todo me recuerda a él y no quiero porque significa que puede hacer conmigo lo que le plazca.
—Eso suena estar enamorada pero es una fase—comentó—créeme cuando te lo digo. Primero te molesta que te escriba, luego la juntas con tu mejor amigo y cuando crees que todo va bien ¡bam! Te empiezas a emocionar cuando te escribe y te ves a ti escribiéndole primero a veces.
— ¿Juntaste a Bianca con Alan?
—Era joven y era un idiota.
—Como sea—habló—, no sé qué hacer con Levi. Me gusta pero no quiero que me guste porque me romperá el corazón. A él no le gusto tanto.
— ¿Puedes dejar de decir eso? —preguntó fastidiado—. Es lo único que dices ahora, ¿por qué no eras así antes? Nos ahorrábamos muchos meses de llanto—Nina frunció el ceño y lo miró molesta— ¿Qué?
—Eres de lo peor.
—Bueno, tú quisiste mi ayuda.
—Y se supone que debías darme tu punto de vista y una solución a esto—respondió.
—Te dije que le preguntaras a Alan.
—Dijo que no podía porque tenía una cita—rodó los ojos—. Cuando se necesita a cupido, nunca aparece.
— ¿Y por qué no le preguntas a Irene? Digo, es su hermana.
—No nos llevamos del todo bien—respondió—, no creo que esté de acuerdo con que salga con su hermano.
—Cierto, había olvidado su pelea—respondió—, aunque tú no tienes la culpa de eso—se encogió de hombros—Nina suspiró, ¿qué podía hacer ahora? Necesitaba descubrir si lo que sentía por Levi era real—. ¡Ya sé! —dijo exaltado el moreno—, ¿por qué no lo invitas a salir? Pasan una linda tarde y lo besas, si sientes algo con eso es porque te gusta.
— ¿Algo como mariposas?
—Ganas de no querer soltarlo, pero sí, vamos a llamarlo mariposas.
— ¿Y crees que acepte?
— ¿Por qué se negaría a besarte?
—No sé, no creo gustarle tanto—respondió, Bruno rodó los ojos nuevamente.
—Estoy cansado de eso—comentó—. A él sí le gustas tanto, Nina. Atrévete a arriesgarte.
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A Él SÍ Le Gustas Tanto
Short StoryNina aprendió a no dejarse llevar por las lindas palabras que le decían los chicos, ella quería acciones pero cuando Levi decide hacerlo, esta se niega rotundamente, y mantiene sólo una frase en mente "A él no le gustas tanto". Pertenece al Universo...