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Levi se encontraba comiendo una bolsa de doritos en la cocina cuando escuchó que el timbre de su casa había sido tocado, se dirigió hasta la puerta y al abrirla se encontró a Alan en ella—. Rubio, tenía tiempo sin verte por aquí—le dijo—. Mi hermana no está, salió con Charlie a hacer no sé qué.

Alan asintió—. Lo sé, quería hablar contigo—este lo dejó pasar a la casa.

— ¿Conmigo? —preguntó con curiosidad—, ¿Qué me quieres decir?

—Es sobre Nina.

—Entonces me interesa—respondió—, ¿Qué sucede con ella?

— ¿Te gusta? —Levi se sobresaltó por lo directa que había sido esa pregunta, pero se incomodó un poco al no tener una respuesta clara.

¿Le gustaba Nina? Sí, estaba interesado en ella pero ¿podía estar hasta el punto de sentir algo por ella? ¿De gustarle lo que ella es realmente?

—No sé—dijo llevándose un dorito a la boca— ¿Quieres? —le ofreció un poco, Alan negó y Levi tomó otro para hacer la misma acción.

— ¿Cómo no sabes?

—No es como si estuviera seguro—respondió—, me parece una linda chica y siento interés en saber cómo es pero creo que no la conozco lo suficiente como para gustarme.

— ¿Pero te gustaría tener algo serio con ella?

—Algo así— se encogió de hombros—, quiero demostrarle que sí puedo serlo. ¿Ella te mandó a hablarme?

—No—dijo de inmediato—, sólo tengo curiosidad.

—Ajá—dijo, no se había creído nada—, dile a Nina que de verdad estoy interesado, pero no le digas que me gusta, eso es provocar ilusiones y amores en donde todavía no hay.

—Me gusta esa sinceridad.

—No quiero ilusionarla, quiero que vea las cosas como son y para eso debes ser sincero y directo—respondió—. Nina es una gran chica, así que espero que todo salga bien entre nosotros.

A Él SÍ Le Gustas TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora