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—Pídeme la luna y te la bajo—citó Levi uno de los versos de la canción que había escuchado minutos antes en la radio—. Suena algo que podría decir una persona para coquetearle a la chica.

—Sólo si quiere llevársela a la cama—Levi miró a Nina asombrado.

— ¿Por qué creen siempre que queremos estar entre sus piernas? —preguntó indignado—. También podemos ser románticos por naturaleza.

—Dilo hasta que te lo creas—le sacó la lengua, Levi se rió y negó. Mantuvo la mirada en la carretera pero llevó su mano a la pierna de la morena—. ¿A dónde vamos?

—No sé, sólo estoy conduciendo para pasar más tiempo contigo—ella volteó a verlo y Levi no contuvo las ganas de reír por lo que le había dicho.

Rodó los ojos y quitó la mano del chico de su pierna.

—Eres un atrevido.

— ¿No puedo tocar a mi novia? —él volteó rápido a verla y nuevamente mantuvo su mirada al frente.

—No cuando conduces, podemos chocar.

—Relájate amor, yo pasé la prueba de manejo con una excelente puntación—le respondió—. Sé de estas cosas.

Nina permaneció callada por los siguientes veinte minutos mientras que Levi sólo conducía, le había mentido sobre no saber a dónde iban; él había planeado una visita a Asderma, la ciudad vecina a ellos, para ir a los parques de atracciones que se encontraban allí.

Volteó a verla y se dio cuenta que se había quedado dormida, sonrió un poco y continuó el camino por otra media hora más hasta que paró en una estación de gasolina para poder recargar un poco el tanque. Nina se despertó.

— ¿En dónde estamos? —le preguntó ella bostezando, bajó el vidrio del auto para poder ver mejor a Levi quién se encontraba llenando el tanque.

—Paramos pero sólo nos quedan diez minutos de viaje, Asderma está casi cerca—le informó. Ella todavía un tanto somnolienta, asintió y subió el vidrio para poder acomodarse un poco y terminar de despertar.

— ¿Hasta qué hora tienes permitido estar fuera de tu casa? —le preguntó él una vez dentro del carro y manejando hasta su destino.

—Hace mucho que no me dan toque de queda—respondió—. Puedo llegar a la hora que quiera pero debo avisar antes—Levi asintió—. ¿Por qué? ¿Qué piensas hacer?

—Iremos al parque de diversiones, sabes que eso siempre es mejor de noche—le dijo—, pero como Asderma queda a una hora de la ciudad, quería saber a qué hora debíamos irnos para calcular todo.

—Podemos regresar cuando queramos—le respondió ella y tomó su mano. Levi la miró sin quitar su atención de la carretera—. Me gustas mucho, ¿ya lo sabías?

—Parece que causo ese efecto en las mujeres—se rió, ella le dio un leve empujón y sólo negó sonriendo ante su comentario.

Estaba feliz con él, y parecía que todo por fin tendría un final feliz.

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¿O quizás no? Muajajaja

A Él SÍ Le Gustas TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora