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Nina corrió detrás de Levi con una bolsa de papelillos en la mano intentando lanzárselas a la cabeza, él sólo reía ante el vago intento de la chica por lograrlo. Habían pasado toda su tarde y gran parte de su noche en el parque de atracciones y en ese momento, se podía ver claramente el típico juego entre novios cuando uno de ellos molestaba al otro.

En ese caso, había sido Levi quién había comenzado la pelea de papelillos echándole la mitad de la bolsa a la cabeza de la chica.

—Eres muy lenta cariño—se rió de ella mientras paraba para tomar un poco de aire. Nina intentaba continuar corriendo sin que su respiración se agitase de más.

—Verás que te voy a atrapar—le amenazó, él sólo se encogió de hombros y continuó corriendo por todo el parque de diversiones—. ¡Pido tiempo! Saco mi bandera blanca—le dijo ella luego de correr cinco minutos más.

Levi paró y se acercó a ella.

— ¿Te encuentras bien? —intentó ayudarla al ver que ella se estaba esforzando por respirar. Nina asintió lento pero cuando él se distrajo le echó toda la bolsa de papelillos en la cabeza.

— ¡Já! ¡Te he vencido! —gritó eufórica, Levi sólo se rió y la tomó por la cintura.

—Ahora eres mi prisionera, dame un beso y dejo que te marches—le guiñó su ojo izquierdo, Nina posó sus manos en las mejillas del chico y lo acercó a él para besarlo.

Le gustaba besarlo. Los labios de Levi solían tener un sabor particular, era como si viviese comiendo alguna chupeta de fresa y se lo pasara por los labios dejándole siempre el sabor. Levi lamió un poco el labio inferior de ella pidiendo permiso para poder entrar, Nina entreabrió un poco su boca y sintió placer cuando la lengua de él tocó la suya.

No solía besar de esa manera, tan intensa, con ganas de querer más de la otra persona. De poder tomarla entre ambos brazos y hacerlo completamente suyo. Se sentía suya en ese momento y quizás le gustaba eso.

—Estoy muy loco por ti—le dijo—. La primera vez que te vi, no pensé que todo podría acabar de esta forma—acarició su mejilla y le sonrió dulcemente—. No creí que llegaría a estar tan metido en una relación como lo estoy contigo. Me gusta como eso me hace sentir porque no me parezco al chico que era antes e conocerte.

—Tú nunca me has visto como una tonta—confesó—. Siempre me coqueteabas y eso me daba ciertos ánimos de que quizás yo podía superar los eventos del pasado; era genial porque a pesar de tener miedo y muchas pero muchas dudas y negaciones sobre lo que tú podrías sentir sobre mí, había una pequeña esperanza de que todo fuese cierto y que no jugabas con mis sentimientos.

—Yo no juego con los sentimientos de las personas, Nina—le dijo él y la tomó de la mano para llevarla hasta uno de los bancos—. Puedo ser un imbécil pero yo soy claro con las mujeres desde el principio, ella decidían si querían seguir o no. Aunque ahora sólo quiero estar contigo, ellas ya no me importan.

— ¿Ah sí? —jugueteó con su cabello, Levi pensó que eso había sido un tanto sexy.

Se acercó a ella nuevamente y volvió a besarla. Eso se había convertido algo esencial en su día, no podía sentirse completamente lleno si no probaba al menos por un momento sus labios. Él soñaba con sus labios, soñaba con ella en tantas formas diferentes que lo volvían un tanto loco de amor, así como suelen mostrar las películas de romance.

—Me gustas, me gustas mucho—le dijo él.

—Antes solía decir que yo no te gustaba tanto.

—Eso es una gran mentira—la besó—. ¿Es muy rápido para decir que me estoy enamorando de ti? —le preguntó, ella lo miró y sonrió.

—No, porque yo también me estoy enamorando de ti—volvió a besarlo.

Levi tenía ganas de sacarle todas la ropa en ese momento pero debía contenerse por dos razones: (1) estaban en un lugar público—a pesar de lo excitante que seguramente sería tener toda esa adrenalina de por medio—y (2) él le había dicho que la esperaría hasta que estuviese preparada.

Y era cierto, él no la quería para tener una noche de placer y ya, Levi la quería para estar con ella todos los días, para poder comportarse como un niño si eso deseaba, para sentirse como un adolescente enamorado por primera vez y tener y compartir la madurez de una pareja adulta. Él era joven y seguramente no estaba seguro de muchos aspectos de su vida pero sabía que Nina tenía que estar con él, porque Nina sacaba siempre su mejor lado y eso es lo que importa.

No salgas con alguien si no te hace mejor persona. Nunca lo hagas porque simplemente te estás lastimando solo, porque pasará el tiempo y te darás cuenta de que no logras avanzar, esa era la razón por la que Levi había dejado a Scarlett, porque ella no lo hacía mejor, en cambio Nina lograba lo imposible.

—Ya casi son las dos de la mañana—susurró Nina sobre los labios del chico, Levi se encogió de hombros.

— ¿Y si pasamos la noche aquí? Bajo las estrellas—ella se rió.

—Estaría encantada, pero a ti no te gusto tanto—él acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja.

—Es cierto, a mí no me gustas—le dijo—. A mí me encantas—y nuevamente la besó.

Esta historia llega hasta aquí, al menos por este día. Quizás en algún momento te enterarás de lo que pasó luego, si de verdad decidieron quedarse esa noche a dormir o si solamente lo decían en juego. Pero la verdad es que sólo te puedo decir que hay momentos en nuestra vida en donde creemos que no le gustamos a una persona, en donde nos negamos por completo a pesar de tener todas las pruebas en la mano, sin embargo debemos ser capaces de poder aceptar lo que sucede a nuestro alrededor.

Es verdad. A él no le gustaba tanto ella, él estaba enamorándose por completo de cada aspecto de Nina y quién sabe si pronto podría sentir que realmente la amaba.

Te cuento esta historia para que puedas ver las cosas de otra forma, de que quizás un mal amoroso no es el fin del mundo porque luego encontrarás a alguien que realmente vale la pena y tal vez, sólo tal vez, podrás tener ese famoso final feliz que todos los cuentos hablan. Así que disfruta del momento que vives y enfócate en conseguir tu final feliz.

¿Fin?

A Él SÍ Le Gustas TantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora