Paseando con mi pesadilla

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Miércoles por la mañana.

Estoy atrasada en la mayoría de trabajo de la escuela: en los ejercicios de Algebra, en la exposición de historia, en la investigación de ciencias...

Dejare la secundaria.

¿Eso es una opción?

Si quieres terminar muchos metros bajo tierra claro que es una opción.

Suspiro. Cierro la puerta de mi casa.

No, definitivamente no.

Esto es cada vez mas cansado, no puedo darme el privilegio de tener bajas todas las materias. Tengo que concentrarme y ponerle fin a todo lo que me distrae.

Me pregunto si podría encerrar a Leon por un año en mi sótano, y tal vez junto con él a Sara y Lucas.

No, creo que seria eso un delito.

Deja de pensar estupideces, lo único que tienes que hacer es estudiar, idiota.

A veces pienso que mi voz interior me odia. Pero tiene razón, no mas planes sin sentido...

Tal vez los lleve al zoológico y los deje accidentalmente en la jaula de los monos.

-¡Karim!

-Solo era una idea- me excuse.

Espera, el no puede oír mis pensamientos.

-¿De que demonios hablas?- Leon me miro como si fuera la cosa mas rara del mundo.

-¿Acaso te importa?- fue una pregunta retórica.

Cambio de tema- Acabo de salvarte la vida - dijo divertido - ibas a cruzar estando en verde. Pudiste haber muerto.

-¿Así?

La luz se puso roja. Esa era mi señal para irme y no comenzar ninguna conversación que me atrase mas.

-¿Sabes? Es de mala educación irse sin despedirse.- dijo mientras caminábamos.

-No me fui a ninguna parte si tu sigues aquí- dije fastidiada.

-Que pasa Karim ¿hoy despertaste con el pie derecho?

-Creo que es el "pie izquierdo"- corrijo.

-Tal vez, pero yo soy zurdo.- se encoge de hombros.

Ruedo los ojos y trato de caminar mas rápido.

-¿Por que la prisa?- me detiene del brazo.

Santa paciencia, por favor ayúdeme.

-No molestes, Leon. Quiero llegar temprano al colegio.

-Nunca creí escuchar a alguien decir eso.

-Entonces déjame en paz.

-No, aré mi buena acción del día- se encoge de hombros.

-¿A que-

Leon se agacho y con sus brazos rodeo mis piernas cargándome en un hombro.

-¡Leon! Bájame- chille, pero era inútil, se había puesto audífonos.

Eres Mi Mejor PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora