Eres Mi Mejor Pesadilla

La trampa

Algo no estaba bien en mi cabeza. Era un total desastre. ¿Que eran las imágenes que aparecían en mi mente en el momento en el que Mark me llamo como la hija de un asesino?

¿Mi padre? No, no es verdad. No recuerdo casi nada de él pero se perfectamente que él era un buen hombre. Me compraba helados y juguetes ¡amaba a mi mamá! Él no es a la persona que Mark se refiere.

Cuando puedo volver a mis sentidos me percato de que Mark esta tirado en el suelo con un labio roto. Tal parece que Leon fue quien le propinó ese golpe.

– ¿Por que dijiste eso? –preguntó cuando por fin encuentro mi voz– ¿Acaso me odias tanto como para decir tal mentira? ¡Tú no conoces a mi padre! ¿Como te atreves a decir tal cosa?
– Lo conozco –responde limpiándose la sangre de su labio– Lo conozco muy bien.

¿De dónde? ¿Como conocía a mi padre? No tendría sentido, ni siquiera sé si lo que dice es cierto. Pero... ¿Que pasa si es verdad? ¿Mi padre un asesino?
Me percato que ya llevamos minutos en silencio y el frío a congelado mis manos.

– Será mejor que entremos –dijo León– Te vas a enfermar.
No le hice mucho caso– ¿Dime que sabes de él? ¿Que puedes saber tú de él?
– ¿Cómo no conocer a la persona que casi acaba con mi familia?
– ¡Estas mintiendo! –gritó, para luego repetirlo en un tono mas bajo– No puede ser cierto.

A mamá no le gusta hablar de mi padre, aunque siempre creí que es porque recordarlo le hace daño, nunca la escuche decir algo malo sobre mi papá; lo amaba. O tal vez... Pueda ser que mi papá haya hecho algo realmente malo como para que ella no quiera recordar.

¿Que es lo que se me cruza por la cabeza?

Esta mas que claro que solo esta mintiendo porque he terminado con él. Además de que Leon fue quien abrió la puerta.

– Entremos –dijo Leon en tono demandante. Esta vez le hice caso y juntos regresamos a la casa dejando a Mark tirado.

Una vez adentro ninguno se atrevió a decir algo. No debería, pero no puedo dejar de pensar en lo que dijo Mark.
Leon entra al baño y sale con una toalla amarilla, se acerca para tenderla en mi cabeza y comenzar a secarme.

– ¿Lo sabias?
– ¿Saber que?
– Lo que me iba a decir, por eso quisiste detenerlo.
Termino con mi cabeza y quito la toalla– No importa. Eran todas mentiras.
Tuve duda al preguntar, pero al final lo hice– ¿De verdad lo eran?
– Tú padre no es ese tipo de persona.
– No lo conoces.

Sus ojo encontraron los míos y las comisuras de sus labios se elevaron.

– Lo sé. Mark está mintiendo.
– Por lo menos tu estas seguro.

Subo a mi habitación dejándolo atrás. Sé que esta preocupado, pero justo en este momento no tengo cabeza para él. Solo quiero que mamá regrese lo antes posible, y que me aclare todo.
Minutos después de estar tirada en la cama abrazando a ala almohada escucho la puerta principal cerrarse. Si, tal parece que Leon decidió marcharse. ¿Se habrá ido molesto porque no quise hablar con él?

Media hora después escucho la puerta principal abrirse. Mamá ha llegado.

Los pasos se aproximas a mi habitación y llaman a la puerta.–Pasa. –dije sentándome sobre el colchón.

– Mi amor. Mira lo que encontré, –dijo animada levantando una blusa rosa– La vi, y pensé en ti. Tal vez te quede algo...