-✨ Mike ✨-
Después de aquella charla con mi hermano, el se había ido a su tan esperada cita con Danielle.
Estuve pensando por mucho tiempo que podría ser tan malo, pero realmente no había algo.
Todo lo exageraban al máximo.
Seguía siendo el chico tímido que no hablaba con nadie, a excepción de un chico llamado Kellin, con el si hablaba de vez en cuando.
Volví a intentar un par de veces después, pero siempre hacia lo mismo, mirarme como si fuera un bicho raro y luego correr lejos de mi.
¿Acaso daba miedo?
Puede que simplemente le caiga mal sin ninguna razón, de esos casos donde vez a alguien y ya intuyes que será la cosa mas mierdera que conocerás en tu vida.
Si era la segunda iría preparando mi helado para la depresión.
Llegué a el plantel, siendo recibido por Tyler y Frank, los cuales hablaban de que agradable era el olor a limón, no se cuantas líneas habían esnifado.
–Hey Maic, llegas temprano– me felicitó Frank mientras me daba palmadas en el hombro, pero tenía que estirarse un poco para alcanzar.
–Eso se vio tan extraño– dijo Tyler para después soltar ruidosas carcajadas.
Comenzamos a hablar de cualquier cosa que se nos ocurriera, hasta que vimos a lo lejos a nuestro querido amigo.
–Mira, es Jordan– puse mis manos alrededor de mi boca y volví a gritar, pero esta vez mas fuerte– ¡Cojete a Oliver!
El se puso completamente rojo de vergüenza y comenzó a ahogar los insultos en su garganta, o al menos eso parecía.
–¿Yo que?
Escuchamos la voz de Oliver, ahora Jordan estaba peor, pero nos miraba con la esperanza de que no fuéramos crueles y le mintiéramos a su crush de hace años.
Y nosotros por supuesto que lo haríamos, como los buenos amigos que somos.
JAJAJAJAJAJAJAJA.
–Que ya te coja– respondió Tyler por mi.
Jordán trato de fingir que no le afectaba, poniendo la boca en linea recta y mordiéndose los labios para no soltarnos ningún insulto.
–Si cariño, ya casi no me tocas– dijo Oliver poniendo su mano en su pecho dramáticamente y fingiendo llanto.
–Si, Jordan, no seas mamón, dale amor– le reclamó Frank.
Este no necesitó hacer nada porque en pocos segundos tenía a Oliver abrazándolo, siguiendo de alguna manera ese pequeño juego.
El pescado debía de estar en el paraíso ahora mismo, y su cara no disimulaba nada su sentir.
Ellos se marcharon hacia dentro del plantel mientras nosotros seguíamos en el patio.
–¿Ya te hizo caso?
–Estoy en eso, pronto querrá hablarme, yo lo se– le sonreí a Frank, tratando de transmitir confianza.
–¿Porque tan interesado en intercambiar palabras con el?– me preguntó Tyler.
–¿No es obvio? Aquí hay tema– dijo Frank con una sonrisa pícara.
–Ya callate, no soy tu– rodé los ojos y solté un suspiro– Realmente no se porque, pienso que podría ser agradable– me encogí de hombros.
–¿Porque piensas eso?
Fruncí el ceño, dandome cuenta de que hasta ahora no me había planteado esa pregunta ni una sola vez.
Recorrí mi cerebro de extremo a extremo intentando encontrar aquella respuesta, todo bajo la atenta mirada de Tylee y Frank.
Miré hacia enfrente, en dirección a la reja donde todos entraban, notando como aquel chico apenas iba entrando a el plantel.
Seguía su camino con su característico caminar, moviendo sus caderas de forma ligera, balanceando uno de sus brazos mientras que con el otro sostenía aquellas libretas forradas de un color durazno claro.
No miraba a nadie, solo tenía la vista clavada en el suelo, sin dirigir sus ojos a nadie.
Tampoco sonreía, su boca era una completa línea recta.
Tampoco tenía la expresión de que quisiera hablar con alguien y mucho menos de que era feliz.
–Ni idea.
¿Acaso yo era el único que podía ver todos los brillos que le rodeaban?
. . .