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-✨Kellin✨-

–¿No has hablado más con el?

–No le he respondido ningún mensaje. . .Y me siento terrible– dijo Tony mientras se acurrucaba más en su cama, evidenciando que, en efecto, no le había dejado de doler el cuerpo.

–¿Terrible por no hablar con el o por que te cachetearon bien sabroso?

–Ay, cierra la boca– soltó un suspiro y siguió –¿Como vas con tu preparación para la cita con aquellos tres?

–¿Que quieres que te diga? No es como si me preparara para las citas, además solo acepté para comer– me encogí de hombros observando como curvaba su boca para arrastrar su sonrisa hacia la muerte.

–Bien, de todos modos lleva algo, ya sabes, recuerda que Vic es negro. . .

–Oye, no se que diablos hablas– lo observé por un rato hasta que mi cerebro conectó todo lo que había dicho –¡Eres un cerdo!

Comenzó a carcajearse, pero después paró de hacerlo al mismo tiempo que tocaba una zona de sus costillas, soltando un "Ay".

–Bien, creo que ya es hora de irme– dije al mismo tiempo que me ponía de pie (ya que estaba sentado en su cama)–Recuerda que siempre me puedes llamar y vendré lo más rápido que pueda ¿Está bien?

–Si ya lo se, solo déjame en paz y lárgate con tu Vic, no le des el culo hasta que te demuestre que lo merece– me dijo mientras se acurrucaba en su cama.

–¡Ya te dije que solo voy a ir a comer!– me crucé de brazos mientras fruncía el ceño.

–Comer verga no cuenta.

–Ay que bien mamas– rodé los ojos y avancé hasta la puerta para salir de una vez.

–Eso te lo dice Vic todas las noches ¿no?

–Ya se me había olvidado que eras bien culero– bajé las escaleras mientras escuchaba las carcajadas de Tony desde su cuarto.


-✨✨✨-

Al llegar a el lugar donde quedamos de vernos (osea el parque, si, bien originales los pendejos estos), los vi sentados los tres en una banca, el tal Jaime y Jess riéndose a carcajadas mientras que Vic hacía señas con las manos, como si les estuviera contando alguna anécdota.

Cuando estuve a un par de metros cerca de ellos, voltearon. La sonrisa de Vic desapareció mientras torcía la boca con seriedad, Jess siguió con una sonrisa y Jaime, bueno el estaba codeando a el negro, con una gran sonrisa y moviendo ambas de sus cejas.

–¡Viniste!– dijo este ultimo, al mismo tiempo que se ponía de pie, su novia lo imitó.

–Vic ya estaba preocupado, nos estaba relatando teorías que justificaban que no llegaras a la hora exacta– dijo ella.

–Uh si, disculpen estaba cuidando a mi amigo.

–¿Tu amigo?– me preguntó Jaime mientras Vic se ponía de pie y se acercaba a nosotros.

–Si, un grupo de imbéciles lo golpearon ¿Verdad, Vic?– volteé a verlo mientras alzaba una ceja, el solo miró al suelo con nerviosismo.

–¿En serio? ¿Acaso tenía problemas con ellos?– preguntó ella, tan inconsciente de que uno de ellos estaba a su lado.

–No, ellos tenían problemas con el, son los tipos de personas que les importa demasiado con quien cogen los demás– rodé los ojos, ambos comenzaron a reír mientras el otro chango fingía hacerlo.

–¿Seguro que uno de ellos no era Vic?– preguntó Jaime mientras seguía riendo.

–¿Yo porqué?

–Por pinche homófobo, obviamente– alzó las cejas.

Después de un "Ah, callate" por parte de Vic y muecas confundidas de Jess, comenzamos a caminar, no sabía a donde iban, solo me dedicaba a seguirlos y escuchar la platica de ellos tres hasta que se detuvieron enfrente de un restaurante que no parecía ni elegante ni corriente.

–Ya llegamos– dijo el de cabello hacia arriba, con una sonrisa amplia después tomó la mano de su pareja y entró a el establecimientos.

Al mirar a Vic descubrí que el también estaba viéndome, estaba completamente neutro, solo mirándome y parpadeando un par de veces.

–¿Que verga me vez?– preguntó, rompiendo el silencio.

–Tu cara de pendejo.

–Seré un pendejo pero tu solo eres un rarito– sonrió como si hubiera ganado algún premio.

–Si, soy un rarito que puede hablar con los changos prietos– rodé los ojos, mirando como a través de la ventana Jess y Jaime nos veían con curiosidad.

–Jajajaja– comenzó a carcajearse mientras me apuntaba –oh espera. . . ¿Me estás insultando?

Dirigí mi mano a mi rostro y avancé hasta poder entrar a aquel restaurante, sentándome frente a Jess y Jaime, me miraron mientras alzaban una ceja.

–¿Se pelearon?– preguntó ella.

–Siempre estamos "peleados".

–¿Qué? Entonces. . . ¿Cómo te invitó a salir?– ella recargó su mentón en sus manos, mientras me dedicaba una mirada confusa.

–Preguntale a tu novio, el que propuso esto solo para molestarlo.

Acepto que al decirlo, incluso dolía un poco que te utilizaran como un recurso para molestar a tu amigo el homofóbico.

. . .

Hey, tanto tiempo, tardé pues. . . no hay excusa, pero tengo más ideas que expresar aquí c:

Bai

RᴀA R E? • PerrentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora