-✨Kellin✨-
Ya era la hora de salida y estaba ansioso por que sonara aquel timbre, ya que había recibido una llamada de Tony en la que me decía que se sentía pésimo, aunque no me especificó que era lo que andaba mal, su voz ya me demostraba que estaba muy lejos de estar bien.
Al escuchar el sonido indicando que ya nos podíamos ir guardé mis cosas de forma instantánea y salí de ahí corriendo aunque el profesor apenas iba a decir que ya nos podíamos ir.
Ya iba en la reja para salir por fin de ahí, pero alguien justo estaba en el mismo lugar caminando con lentitud, al observarlo mejor pude percatarme de su castaño y ondulado cabello debajo de una gorra acomodada hacia atrás.
Me hice a un lado para evitar cualquier problema con ese chango al que todos llamaban Vic, pero había puesto su pie enfrente mía y por poco caigo al suelo.
–¿Que quieres?– rodé los ojos en cuanto noté como se había puesto frente a mi para que no pasara o algo así.
–Que bonito me hablas ¿Como está tu amiguita? No la he visto hoy– me dedicó una gran sonrisa, tan falsa como su inteligencia.
–Está mejor que yo, considerando que no te tiene que ver– me encogí de hombros y decidí rodearlo, pero volvió a ponerse en mi camino.
–¿Si? ¿Porqué no faltas tu también? Todos nos ahorramos las náuseas.
–Ni madres voy a faltar solo por que el tipo más pendejito de aquí me lo dice, ahora quitate de mi camino, tengo cosas mas importantes para hacer que estar discutiendo con alguien menos importante que un trozo de carbón– tomé su hombro para que no me estorbara, pero volvió a pararse frente a mi.
–¿Porqué tanta prisa?
–Mira, no se que demonios estés intentando lograr con todo este juego, pero en serio, tengo que irme ahora– traté de caminar pero aún seguía en medio, estorbando.
–¿Si?– tenía una sonrisa burlona que solo me incitaba a darle un golpe.
En ese instante una idea cruzó mi mente como si de un rayo atravesando una rama se tratara.
Di un paso hacia enfrente para estar mas cerca de el, lo tomé de el cuello de la sudadera de colores que traía puesta y lo jalé hacia mi, regalándole de forma rápida un beso en los labios que duró el tiempo suficiente para poder ver con todo detalle los ojos abiertos y sorprendidos de Vic.
Me empujó lejos de el y comenzó a toser, haciendo muecas de asco, arcadas y sufrimiento obviamente falso, mientras sus amigos me miraban raro.
Yo solo sonreí y me largué de ahí con el logro de besar a un homofóbico, me estaba aguantando las carcajadas.
Me acordé de por que tenía tanta prisa y emprendí de nuevo mi caminata con la casa de Tony como destino final. En menos de 15 minutos ya estaba frente a su vivienda, golpeando levemente la puerta, pero no parecía haber nadie ahí.
Saqué mi celular y le mandé un mensaje a Tony, esperando que esta vez si contestara.
"Tone, estoy fuera de tu
casa ¿si estás aquí?""Si, solo estoy yo aquí,
puedes entrar, iría pero no
puedo levantarme de
la cama."No contesté y abrí la puerta, la cual descubrí al instante que no tenía el seguro puesto, ignoré esto y fui directamente a la habitación de mi amigo.
¿Que le habrá pasado para no poder levantarse de la cama?
No me hice ninguna pregunta mas y solo abrí la puerta de su recámara, la que estaba en completo silencio, solo estaba Tony en su cama con una cobija encima de el, lo cubría hasta la nariz.
–Hola ¿como estás?– pregunté mientras me sentaba al lado suyo en la cama.
–He estado mejor– se acurrucó mas en la cama, haciendo que aquella tela cubriera mas su rostro.
–¿Estás enfermo o algo así?– supuse que era otra cosa ya que no se escuchaba enfermo, solo cansado.
–Me duele todo mi bello cuerpo.
–¿Porqué?– solté una risita por su respuesta.
–Odio mucho a Alysha y a Victor justo ahora.
–Acabo de meterle la lengua hasta la garganta a ese wey.
–. . .¿Que?– solté una carcajada por la mirada que me estaba dedicando justo ahora.
–Después te digo– hice una corta pausa –¿Porqué los odias mucho justo hoy?
No me respondió, sólo me miró unos cuantos segundos y luego se sentó en su cama al mismo tiempo que se quitaba aquella cobija que le cubría casi por completo y lo que estaba debajo de ella hizo que mi mandíbula se tensara y mis cejas se quisieran juntar, sentí una bola de ira en mi estómago, esperado impaciente por salir.
En todo su cuerpo estaban repartidos infinidad de moretones, algunos de un solo color y otros tan grandes que viajaban en las mezclas de rojo, verde, morado e incluso amarillo, tenía algunas vendas en ciertos lugares, supongo que la piel no había soportado y simplemente se había roto.
También tenía el labio rojo y roto de algunas zonas, en especial el inferior, viajando mas arriba había un matiz morado alrededor de su ojo derecho, y como olvidar la hinchazón en sus mejillas.
–¡¿Quién diablos te hizo esto?!– grité sin poder contener la ira dentro de mi, quien fuera le reventaría la cara.
–No lo se, no podía ver, pero los pendejos de Vic y Alysha les dijeron que lo hicieran– volvió a acostarse –No iré por un buen rato, me duele absolutamente todo, juraría que hasta pestañear.
–No lo dudo, lloras cuando te caes, con esto debes de estarte muriendo– solté una carcajada.
–Literal, estoy muriendo, por esto y porque estoy aburrido, mi madre no prendió la tele– dijo viendo este mismo aparato, el que estaba apagado.
–Entendí la orden implícita– me levanté y tomé en control, prendiéndola, luego le di el aparato con botones a Tony para que pudiera cambiarle todo lo que quisiera.
–Gracias, ahora explicame por que la princesa besó al hermano feo del sapo que es principe– me miró acusadoramente.
–Ah si, no se quitaba del camino, así que decidí provocarle el vomito para que se fuera a la mierda– solté una carcajada, pero aún Tony me veía no muy convencido.
–¿A si?
–Si, puedes preguntarle a cualquiera de los que estaban viendo todo en vez de hacer algo productivo con su vida.
–Claro que lo haré– volteó a mirar la pantalla, pero después de algunos segundos volvió a mirarme –¿Me traes comida? por favorcito.
. . .