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-✨Mike✨-

–¿Qué diablos dijiste?

Abrí mis ojos inmediatamente nada más darme cuenta de lo que había pronunciado, más bien, en que contexto me atreví a mencionarlo.

–Perdón Aly- – rápidamente comencé a disculparme y pensar en alguna explicación pero ella me interrumpió, con porte más que enfadado.

–Nada de "perdón", no puedes dar ninguna excusa que te justifique ¿Sabes qué? ¡Largate de aquí, quedate con tus actuaciones mediocres!– dijo ella mientras se levantaba de encima de mi y comenzaba a empujarme para que me levantara.

–¿Cuáles actuaciones?– pregunté con la esperanza de que no lo supiera aún.

–¡Las tuyas! Ya no es necesario que finjas mas, supongo que eso te causa mucho daño– tomó sus prendas mientras se las colocaba de forma rápida –Tu hermano me había dicho que estabas fingiendo quererme. . . Pero le dije que se largara y que no intentara volver a hablarme, pensé que solo era una broma pesada para burlarse de mi, pero al parecer era verdad.

Me quedé callado mirándola, no había explicaciones ni adornos que hicieran la mentira mas linda. Tomé mi ropa y comencé a colocármela con rapidez, para irme lo mas pronto posible, pero ella comenzó a llorar mientras tapaba su rostro.

–Aly. . .– terminé de colocarme mis pantalones al mismo tiempo que me acercaba a ella, no sabía que hacer exactamente como para evitar que le doliera esto, supongo que es demasiado tarde para evitar herirla, desde el principio debí de terminar con esto.

–¿Ahora que quieres?– descubrió su rostro, interrogándome con la mirada que poseían sus ojos de colores fríos con rímel corrido.

–Perdón. . .– solo atiné a decir, aunque sabía que aún repitiéndolo miles de veces seguiría doliéndole.

–Ya lo habías dicho una vez, pero pensé que solo había sido yo quien había escuchado mal, si tanto lo quieres como para decir su nombre cuando estás con otra persona ¿Porqué no estás con el ahora?– preguntó mientras se sentaba en su cama, limpiando sus ojos con pequeñas toallas húmedas dentro de una caja chica. Sabía que era una pregunta de la cual no quería saber la respuesta así que solo me quedé mudo, expectante de cualquiera de sus movimientos.

–Espero que logres saber que hay muchas mas personas que darían todo por quererte, sin lastimarte como yo– dije mientras me acercaba a ella, tal vez buscando consolarla de alguna forma.

–¡Te he dicho que te marches de aquí ahora!– me gritó mientras me lanzaba aquella caja, tal vez queriendo decirme que si no lo hacía me golpearía. Di un paso hacia atrás mientras contemplaba como me lanzaba todo lo que estaba cerca de ella, cosas como libros, zapatos, lápices e incluso un frasco de perfume color rosado, el cual cayó al suelo quebrándose al instante y así llenando toda la habitación de el aroma que siempre poseía su cuello cuando la abrazaba.

–No era mi intención todo esto– di la vuelta mientras caminaba hacia la salida.

–¡Te odio, te odio! ¡Realmente te odio! Oh por Dios, te amo– escuché como se tiraba al suelo mientras lloraba aún más, yo sólo caminé rápido hasta salir de su hogar. 

Saqué mi teléfono y marqué rápidamente al numero de Danielle, en cuanto escuché un "¿Hola?" le dije "Alysha te necesita" y colgué, sin agregar nada más, sólo quería que alguien la apoyara.

Después solo me dirigí a mi casa, tendría a mis pensamientos atormentándome un largo tiempo pues estábamos de vacaciones.

Se supone que sin la mentira todo estaría mas tranquilo, mas manejable y directamente no sentiría esta opresión en el pecho. Sólo destruí el corazón de una chica que iluminaba el mundo con sólo una de sus brillantes (y sinceras) sonrisas y desprecié los sentimientos de un chico que endulzaba toda tu vida sólo pronunciando una palabra con su hipnotizante voz.

Sentí como mis ojos ardían, allá iba: a llorar, pero ¿Qué más podía hacer? El daño ya estaba hecho y no se arreglaría ni siquiera mínimamente aún con todos los "lo siento" que mi boca pudiera pronunciar en todo el tiempo que le restaba a mi vida, sólo quedaba arrepentirme con toda el alma.

Me limpie una lágrima que se colaba por mi párpado inferior con el dorso de una de mis manos, luego alcé la vista para ver por dónde estaba caminando, pero sólo me topé con un par de ojos de color muy difícil de saber que me miraban con curiosidad.

–¿Estás bien?– me preguntó mientras se acercaba mas a mi.

–Creí que no te agradaba.

–Eres un puto sapo sin corazón que le hizo daño a mi amigo, pero eso no significa que dejaré que te suicides hoy– hizo una pausa y echó un vistazo a sus alrededores –¿Por eso estás cerca de el borde de este puente?

Miré a mis lados y luego volví mi atención hacia Kellin.

–No lo se.

. . .

Ya llegué, de nuevo, supongo que seguiré escribiendo para actualizar varias veces estos días.

A aprovechar las vacaciones we >:'0

Bai

RᴀA R E? • PerrentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora