-✨Mike✨-
–¿Que haces aquí?– preguntó con una mirada confundida, parecía bastante alarmado.
–Hey, Tony ¿Cómo has estado?– comencé una conversación común como lo haría normalmente, recargué uno de mis brazos en la pared, sonriendole.
–Bien, creo– dijo luego de un torturoso silencio dónde su rostro se tiño de un rojo que no pasó desapercibido por mi –¿Vas a responder a la pregunta que te hice?
–¿Cuál pregunta?
–¿Qué haces aquí y de que tanto hablabas con Kellin?– alzó una de sus cejas. La misma mirada que poseía cuando apenas le dirigí la palabra.
–Ah, yo estaba pasando por aquí y. . .– paré de formular la mentira por su expresión incrédula –Convencí a Kellin de que hiciera que cambiarás de opinión sobre lo que me dijiste cuando nos vimos por última vez.
–De hecho sólo trató de persuadirme para que insistiera aún más, pero se que no lograré que cambies por mas que esté presionándote, así que puedes estar tranquilo viviendo feliz junto con cualquier person- – antes de que pronunciara por completo la ultima vocal de esa palabra le interrumpí con un beso en los labios. Mi cerebro me lo pidió y yo obedecí.
Me separé de el más que listo para un futuro golpe, cerrando los ojos con fuerza y alejando el rostro, no pasaron ni tres segundos cuando cara fue girada por el impacto en mi mejilla (ahora roja). Me sorprendí bastante por la fuerza que aplicó en el golpe, se supone que era bastante débil. Compuse mi postura para pedirle perdón, pero el sólo me miró fulminante, callándome antes de abrir mi boca.
–Cierra los ojos– me ordenó con la mas sospechosa de las voces, por supuesto, acompañada de una sonrisa que no necesariamente inspiraba confianza.
–No, se que si lo hago mi cara dolerá de nuevo– me negué, con una visión no muy nítida de lo que pasaría en mente.
–Ay si, tu carita. Tu me tuviste llorando semanas, pendejo.
Bufé resignado y cerré los ojos, esperando un impacto doloroso en cualquiera de las áreas de mi rostro. Pero sólo sentí un contacto dulce en mi mejilla, luego escuché un chasquido de sus labios, a continuación se alejó de mi cara, o al menos eso pude notar. Aún tenía los ojos cerrados, esperando la orden para abrirlos.
–Ya abre los ojos, subnormal, los vecinos nos están mirando aún más raro– al abrir mis ojos vi como miraba hacia las casas detrás de mi.
–Perdón– solté una risita.
Lo distinguí ahora con el rostro mas rojo, parecía que quería mirarme pero al mismo tiempo no, ya que pasaba varias veces su vista por mi existencia, pero este movimiento duraba un par de segundos.
–Tony. . .– le llamé.
–¿Qué pasa?– preguntó al mismo tiempo que me posaba su vista en mi, por más de dos segundos.
–Perdón por haber preferido una relación fingida, no pensé que terminara mal. Tenía la idea fija de que esto de alguna forma triunfara.
–¿Entonces tu ya. . .– dejó la pregunta en el aire, sin capacidad de terminarla.
–Terminó con ella lanzándome su perfume– solté una risita recordando la escena. Ya podía reír de lo estúpido que fui ¿Verdad?