¡Hey! ¿Como andan? ¡GRACIAS POR TODO! Estoy muy emocionada con esta historia, les juro... Perdón por la demora, pero AQUÍ ESTÁ, así que DIIIISFRUUUTEEEEN xxx :)
Ninguno de los tres dice nada. Y no sé quién está más impactado, su padre o yo. Los dos de piedra, en nuestro lugar, miramos a Peter, que está muy calmado. Demasiado tranquilo. ¿Qué está tramando este cabrón? ¿Y por qué no lo estoy dejando en evidencia? Maldita sea.
—¡Enhorabuena, hombre! —lo felicita su padre alegremente, después de unos segundos de desconcierto—. Seguimos en contacto, hijo. —Peter asiente cauteloso—. Fue un placer conocerte, eh...
—Lali —responde Peter por mí, y doy gracias que lo haya hecho, porque no sé si puedo encontrar mi voz en medio de todo esto.
—Lali, claro —pero el tono sarcástico en que lo dice, hace que no pare de darle vueltas a ello. Siento que algo en la forma en la que habla no es del todo buena. Pero seguramente sea yo, así de perseguida, que todo me resulta sospechoso. Dudo de todo el mundo, y aunque a veces eso sea algo bueno, otras, me deja confundida.
Al salir por la puerta, su padre la cierra detrás de él, dejándonos a Peter y a mí solos en su despacho.
El golpe me hace salir de mi trance, y me aparto de un salto de él.
Cruzo los brazos para que vea cuan realmente enfadada estoy, y lo fulmino con la mirada. —¿Qué? ¿No vas a decir nada? —Peter, prudente, toma asiento en su gran silla de despacho—. Primero me echas. Después echas a Adam, así porque sí. Ahora que soy tu prometida, pero... ¿Pero qué coño te pasa?
—Obviamente no sabes quién soy —dice tan tranquilamente—. De lo contrario, no me hablarías así.
—Necesito que me devuelvas mi trabajo. Y a Adam, también... —golpeteo nerviosamente y cuento hasta diez, intentando calmarme un poco—. Por favor.
Me balanceo de un lado a otro incómoda. Algo que me pareció una buena idea en el momento, ahora ya no lo es tanto.
—¿Es ése tu novio?
—¿Quién?
Irritado se levanta y se dirige hacia mi posición. Me encojo de hombros cuando se detiene delante de mí, sin saber qué decir.
Tenía todo planeado para decirle. Todo lo que pensaba sobre él. De este hotel. Incluso pretendía mencionarle a Cassandra. Pero ahora que está frente a mí, que estamos solos, no puedo pronunciar palabra.
—El chico ese.
Me estremezco cuando dirige su boca a mi oído, y baja el tono de su voz. —¿Lo es, Lali? ¿Es con quién te acuestas por las noches? —sus labios están tan cerca que me rozan al hablar. Su aliento cálido en mi oído. Todo mi cuerpo palpita a mil por hora. Inhalo profundamente—. Respóndeme, Lali —ordena.
Inspiro temblorosa sin saber qué hacer conmigo misma. —¿Adam?
—¿Adam? —pregunta extrañado, y se retira. Dando algunos pasos atrás.
—¿Adam es el chico al que te refieres? —intento no tartamudear. Tengo los pelos de punta, e intento recomponerme.
—Si Adam es el chico con el que Cassandra te pilló revolcando con, entonces sí.
—¡No me estaba revolcando con Adam! —grito a la defensiva.
—Bien, que siga siendo así —me avisa.
—Y no tengo porque darte explicaciones a ti —ignoro su advertencia—. Puedes tener todo el poder que quieras, pero eso a mí me importa una mierda —enfado no empieza a describir como me siento en estos momentos.
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Mine
RomanceUn trato. Eso era todo lo que se suponía que era. Un acuerdo entre dos personas. Sólo eso.