Capítulo 11

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Oigo sus pasos silenciosos a medida que se va acercando, para después sentir como la cama se hunde a mi lado.

Abro los ojos lentamente para mirarlo, pero exclamo un grito ahogado al ver su cara.

—¿Qué te ha pasado? —mi voz preocupante mientras lo observo.

Parte de su rostro está bañado en la oscuridad, pero la parte que, si puedo ver, está llena de arañazos y golpes. Y la sangre chorrea de ella—. Oh, Dios mío... ¡Peter!

—Estoy bien, Lali. Sigue durmiendo.

—Te estaba esperando a ti —susurro.

Me enjaula con un brazo y se estira a un lado, pero me escabullo de su agarre. Me levanto, ignorando su declaración. Tengo que ayudarlo de alguna manera.

Regreso con un poco de algodón mojado en agua, y papel seco, lo único que podía encontrar en el baño.

Peter al verme llegar con ello en la mano, se sienta en el borde de la cama. Cuando ve que me paro a una adecuada distancia de él, me agarra por la cintura y me atrae haca sí. Una de sus piernas entre las dos mías, su muslo debajo de mí.

—¿Qué ha pasado, Peter? —pregunto con preocupación, mientras intento curarle las heridas lo mejor posible. Intentando que no me tiemblen las manos por la cercanía.

—No es nada importante —respira pesadamente contra mi cara, tan nervioso de estar así de cerca como lo estoy yo.

—Para mí es importante —susurro, mientras termino de curarle sus heridas. Pero Peter no retira su mano, sino que la tensa ahí. Su agarre firme en mi espalda.

—Estaba muy preocupado por ti —declara, sus ojos verdes más brillantes en la oscuridad—. No sabía que te pasaba ayer. Como podía ayudarte.

—No es tú culpa —sonrío—. No debería haberte seguido.

—¿Y por qué lo hiciste? —suelta una risa falsa antes de continuar—. He intentado lucharlo. De verdad que lo he intentado. Te he estado tratando como una puta mierda para que te alejaras de mí, incluso cambié el contrato para que hubiera una clausura estricta de que no podemos estar juntos. Cualquier cosa antes de que pasara. Pero sigues aquí, y no te puedo alejar más. No quiero seguir luchándolo —su mano traza círculos suavemente en mi espalda—. Después de ese beso... —respira profundamente—. Aunque tengamos los días contados.

—Estoy dispuesto a arriesgarme —las palabras salen solas de mi boca.

Me tira en la cama para después posicionarse encima de mí, con sus manos apoyados a mi lado. Sus ojos no dejan los míos mientras acerca su cara lentamente hacia la mía. El momento que sus labios se ponen en los míos, algo dentro de mí explota en mil pedazos, y cierro los ojos para aferrarme a esa sensación.

Siento su boca gentil moverse al ritmo de la mía, su lengua explorando cada rincón posible, mientras yo también lo intento.

Abro mis piernas para él, y siento su dureza contra mí. Me muevo para buscar mas fricción, y él hace lo mismo.

Y me pierdo en esa sensación.

***

Cuando me despierto la mañana siguiente Peter no está aquí.

Me llevo una de mis manos a mis labios, y sonrío ante el recuerdo de lo que pasó anoche. ¿Qué mierda pasó anoche?, una vocecita grita en mi interior, pero no dejo que arruine mi felicidad. Estuvimos hasta las altas horas de la noche besándonos sin parar, pero nada más. Sólo eso. No fuimos más allá, y aunque tendría que aliviarme eso, no puedo ayudar sentirme un poco decepcionada con el hecho. Lo quería.

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