—¿Se conocen? —pregunto, poniéndome de pie, necesitando distancia de Peter.
—Fuimos familia una vez —dice Lynn, con una sonrisa.
Peter resopla. —Nunca fuimos familia.
—Te ibas a casar con mi hermana —ella contrataca.
—¿Tu hermana? —pregunto yo, aún sin terminar de juntar las piezas del puzle.
—Britney.
—¿Britney es tu hermana? —pregunto, aún un tanto confusa.
Lynn mira de mí a Peter. —Veo que las eliges inteligentes, eh, cariño.
Peter se levanta también, y se posiciona a mi lado. Me rodea la cintura con uno de sus brazos, pero me aparto sutilmente. Necesito la mente despejada, cosa que resulta imposible si me inclino al contacto de él.
Peter suspira, y por un segundo se lo ve algo apenado, agitado incluso, pero después vuelve con su faceta. De tío despreocupado. —¿Qué quieres, Lynn?
—Buena pregunta —dice ella, mostrando sus dientes perfectos en una sonrisa plena—. Ves —dice, dirigiéndose a mí—. Eso sí es una buena pregunta.
—Última vez que pregunto, Lynn, ¿qué quieres? —la voz de Peter sale grave y amenazadora, e inconscientemente doy un paso atrás.
Lynn me observa, pero esta vez no sonríe al contestar. —A ella —me señala.
En su lugar el que suelta una carcajada es Peter. Doy un paso adelante, y desde atrás me agarro a su brazo. Él lo tensa, protegiéndome.
—Tienes cinco segundos para irte —dice Peter, sin ni siquiera contestar a su propuesta.
—Peter, nos conocemos. En una propuesta tú tienes algo que me interesa, y yo tengo algo para ofrecerte —pausa un momento, con la intención de dejarnos procesar la información—. Algo que va a interesarte mucho.
—Tres segundos.
—No le vamos a hacer daño. Puedes venir tú incluso con nosotros, así ves que realmente no queremos hacerle daño.
—Dos.
Mi cabeza va a mil. ¿Qué tengo de especial para que todos me quieran? No tiene sentido. Necesito respuestas. —¿Qué quieres de mí? —pregunto, incapaz de contenerme. Peter se tensa más de lo que ya estaba, y sé que ahora está cabreado conmigo. Pero le resto importancia. Necesito saber que sucede.
Todo mi cuerpo está escondido, protegido, detrás de Peter, pero logro sacar la cabeza para mirarla. Aunque apenas la veo. —No eres tú, querida, es lo que tienes dentro.
Una de mis manos se suelta del brazo de Peter, el otro firme en su lugar, y pongo una mano sobre mi panza. —¿Mi hijo? —pregunto en un susurro.
—Lali —la voz cortante de Peter me avisa, pero no lo escucho.
—¿Qué queréis con mi hijo?
—No le vamos a hacer daño. Sólo necesitamos unas pruebas. Saber de qué se trata.
—¿De que se trata mi hijo? ¿De que coño estás hablando? —me altero.
Lynn está por contestar, pero Peter no espera ni un segundo más. —Fuera.
Lynn ve algo en la mirada de Peter, porque da media vuelta y empieza a irse. Pero cuando está a punto de desaparecer de nuestro punto de visión, se gira y nos mira. —Tenemos a Jackson Slyer. Y tranquilo, te hemos ahorrado el trabajo de sacarle información. Sabemos dónde está Bianca —después de eso, desaparece por completo.
Peter no tarda ni medio segundo en reaccionar, su cuerpo en alerta. —Hija de puta —gruñe, y sin pensarlo corre detrás de ella.
Yo, a diferencia de él, estoy perpleja en mi sitio. Mis pies no se pueden mover, ni aunque quisiera. Estoy tan desorientada en mi lugar que no siento la presencia de alguien detrás hasta que noto algo afilado contra mi cuello.
—Eso ha sido demasiado fácil —dice una voz aguda que reconozco como la de Britney. Y ahora estoy inmóvil por una razón completamente diferente—. Funciona de maravilla —susurra en mi oído. Siento como me pesan los parpados, y aunque lucho para intentar mantener los ojos abiertos, mi cuerpo no es lo suficiente fuerte. Así que me dejo caer. Aterrizando en el vacío.
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Mine
RomanceUn trato. Eso era todo lo que se suponía que era. Un acuerdo entre dos personas. Sólo eso.