Capítulo 22

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Este capítulo me parece muy tierno... 50 comentarios y subo el siguiente, ¡disfruten! x


—Peter —gimo contra su boca, empujándolo dentro de su apartamento. Estoy en un estado de frenesí, pero lo necesito. Ahora mismo.

Su cuerpo choca contra algo, y se escucha el ruido de algo cayendo y estallándose contra el suelo, pero no le podría dar menos importancia. Suelto una risilla ante mi desespero, destrozar el lugar en el proceso de conseguir lo que quiero, pero soy una mujer en una misión. Lo único que veo y siento es a él.

Vuelvo a atacar su boca, mis manos desapareciendo por debajo de su jersey, y se lo quito por la cabeza con ímpetu.

—Fuera —demando, tirando también de la camiseta. Peter no opone resistencia alguna y me ayuda a quitársela de inmediato.

—Hmmm —me lamo los labios cuando veo su torso desnudo, y dejo un beso en su pecho, para después buscar su boca nuevamente. Mis manos acariciando su espalda.

Peter agarra el dobladillo de mi vestido, y muy lentamente lo sube por mi cuerpo. Estiro mis brazos para facilitarle el trabajo, pero él no parece apurado en lo absoluto. Yo, por lo contrario, estoy inquieta. —Peter —suplico, y él se deleita ante mi evidente desesperación.

Su boca encuentra mi cuello, dejando un rastro de besos por todo él, y suelto un gemido, tirando la cabeza hacia atrás, ofreciéndole más. Sonríe contento contra mi cuello, mientras sigue su ataque ahí.

Gimo nuevamente. —Puedo oler lo mojada que estás para mí —susurra Peter, su cara en mi nuca—. Estoy seguro que si ahora mismo te tocara estarías chorreando —sus palabras me encienden, y me dejan hecha un mar de deseos. Derretida ante su tacto. Ante sus palabras. Ante él.

Tiemblo del placer, y arqueo mi espalada, inclinándome hacia Peter.

Sus manos recorren mis brazos, acariciándome muy suavemente, y pasan por el lado de mis pechos, sin llegar a tocarlos. Sus dedos encuentran mi barriga, y palpa el bulto con ternura, para después volver a subir, y desabrochar mi sujetador con un solo intento.

Lo dejo caer rápidamente, y Peter sonríe ante mi desespero. Vuelvo a arquearme hacia adelante, rozando mis pezones ya duros contra su pecho. —Mierda, Lali —dice, su voz rasposa, cuando siente el contacto.

Baja su mirada a mis pechos, y sin más preámbulos se mete uno de mis pezones en la boca. Lo succiona con delirio, y no puedo contener los gemidos que escapan de mi boca.

Sus manos van bajando lentamente, hasta posarse en mi trasero, y me lo agarra con fuerza, manoseándome a su antojo. Suelto un chillido, y Peter mueve sus caderas hacia adelante, restregando todo su miembro por debajo del pantalón contra mis bragas.

Suspiro de placer.

Su boca encuentra mi otro pezón, prestándole la misma atención que el anterior.

—Más, Peter, por favor —le suplico.

Sus dedos agarran mis bragas, y me las baja muy lentamente, dejándome respirando pesadamente. Levanto los dos pies para quitármelas, y Peter recorre mi cuerpo de arriba abajo, lamiéndose los labios ante la contemplación.

—Eres un ángel —susurra tan bajito que apenas lo escucho, pero su declaración, más para sí mismo que para mí, me hace sonreír.

Segura, pero con mis manos temblorosas, bajo el cierre de su pantalón. Estoy excitada.

Peter inhala fuertemente cuando los bajo sin preámbulos, quedando cara a cara con su miembro, escondido debajo de sus calzoncillos. Respiro exageradamente contra él, y miro hacia arriba, encantándome su reacción. —No me tortures más, nena —dice, agarrando mi pelo en un puño, y acariciando mi cuero cabelludo con sus dedos.

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