Secuestrada para ser mamá (Finalizada)

3: El jefe

DELIA
Secuestrador3: Jefe, ya está aquí lo que nos pidió, fue la que cumplía con las características que usted ordenó jefe._ Dijo el secuestrador_
Jefe: Muy bien veamos que tan bien hicieron su trabajo. _ Dijo antes de observar con detalle _
Jefe: Pero que es lo que veo, me pueden decir por qué la amarraron y le pusieron una mordaza, que no ven que es ella es nuestra invitada especial. _Dijo exaltado_
Secuestrador3: Lo sentimos jefe no queríamos que se escapara pero yo le quito todo. _Dice_
Jefe: No ustedes ya la asustaron demasiado mejor váyanse tómense el resto del día libre, yo me encargo desde aquí. _ Acariciando mi mejilla con sumo cuidado_
Jefe: Veamos lo haré con cuidado para lastimarte lo menos posible de acuerdo. _Dice él_
(Cuando los otros tres hombres salen de la casa el "jefe" me quita la sienta de la boca, los amarres de las manos y los pies con mucho cuidado). 
Jefe: Bueno pues como te diste cuenta los hombres que se fueron me llaman jefe, pero tú cómo ha partir de ahora vas a vivir conmigo, además quiero llevar una buena relación contigo pues quiero que me quites la molestia de tener que castigarte por tus actos mal realizados, me puedes llamar por mi nombre; me llamo Sebastián mucho gusto como te llamas tú. _ Muy tranquilo dice él_
Yo: Mi...mi..... nombre es...es..... Delia, usted si me va a decir que hago aquí, para que me quieren, mi familia no tiene mucho dinero como para pagar un rescate, hay muchas jóvenes muy bonitas y realmente hermosas halla afuera, porque me quieren a mí que no soy para nada bonita ni mucho menos delgada. Si lo que quiere de mí es prostituirme no creo que le paguen mucho dinero por mi. _Tengo miedo, estoy muy asustada_
Sebastián: A mi no me importa que tan bonita o guapa seas, además a ti quien te dijo que no eres bonita ni guapa, porque déjame decirte que tú no eres nada fea. Y no te quiero prostituir, en dado caso te quiero para disfrutarte yo solito. _Forma una sonrisa macabra_
Yo: Ya que me dijo que no es importante mi belleza entonces me puede decir para que me quiere y que hago aquí. Si ademán no me quiere para sacar dinero de mi cuerpo.
Sebastián: Ya me dijeron qué haces muchas preguntas y es verdad. Esta bien te voy a decir para que te quiero y qué haces aquí. Ven vamos.
Yo: Antes puedo pedir algo, bueno realmente dos cosas.
Sebastián: Acabas de llegar y ya pidiendo cosas, pero esta bien dime que quieres y veré si te lo cumplo.
Yo: Quiero mis cosas, mi bolsa, mi mochila. La otra cosa es que quiero ir al baño.
Sebastián: Lo primero claro que no voy a darte tus cosas para dejar que llames a alguien para que te saquen de aquí. La segunda si la puedes tener acompáñame te dire donde está el baño pero no te tardes mucho para después mostrarte lo que quiero que hagas.

Caminamos por unos grandes pasillos está llegar a una puerta él me dice que es el baño que no me tarde que me espera para llevarme a ver lo que tengo que hacer a partir de ahora. Quiero llorar hasta más no poder, quiero ver a mi familia, dormir en mi cama, los volveré a ver.

Sebastián: Sal de ahi ya, no pienses escapar no hay manera para ti de salir de esta casa.
Yo: Ya estoy aquí. _ Abro la puerta_
Sebastián: Muy bien continuemos.

Llegamos a una puesta desde antes de entrar se pueden oír llantos muy fuertes, llantos de niños tal vez de bebés. Que está pasando ahí adentro.
Cuando Sebastián abre la puerta lo que veo me sorprende mucho adentro hay dos bebes en unas especie de cunas también un niño pequeño y una niña pequeña sentados en las esquinas del cuarto; los cuarto están llorando desconsoladamente se puede sentir el dolor, la tristeza y demás sentimientos en cada uno de sus llantos es una escena que da miedo ver a estos cuatro angelitos solos, asustados, con temor a tal vez todo lo que les rodea. Quien les hizo esto, porque tratar de esta manera a cuatro angelitos que no tienen la culpa de nada, quien les quito la felicidad que un niño o una niña de estas edades que ellos tienen, no puedo creer lo que mis ojos están presenciando, esto es como un cuento de terror en el que después de torturar a las víctimas quedan en shock por lo que acaban de pasar.